Aventis
En Venezuela, nos encontramos en una realidad cotidiana que
revela una historia de dos a tres años, las colas. El Pacto Patriótico
descalabra posiciones ideológicas- políticas en el seno de nuestro partido
entre el Legado de Chávez y el pragmatismo- capitalismo, aunque las manos se
encuentran levantadas en una misma causa. Hay causas irreconciliables .Hay intereses
predominantes en el gobierno bolivariano, la enemistad es casi total entre
dirigentes que antes atendían una sola voz en sus reuniones semanales. Vale más
el plano personal que el partidista.
La puerta de la
presidencia en Miraflores está cerrada para algunos. Nadie puede terminar
siendo amigo de nadie, es una lucha por las esferas del poder.
Nadie apostaría en
1945 ni en los años subsiguientes a que Estados Unidos y Japón se constituirían
en los sólidos aliados que son hoy después de que el primero experimentara el
poder de destrucción de las bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y
Nagasaki. El cuatro veces presidente,
Getulio Vargas, conocido como el Perón brasileño dijo: “Nadie es lo
suficientemente tu amigo que no pueda ser tu enemigo, nadie es lo
suficientemente enemigo que no pueda terminar siendo tu amigo”.
Venezuela, no es
monocromática, el país político no es de un solo color, sino de todos los
colores partidarios de nuestro espectro, y por lo tanto, la patria y el
Gobierno Bolivariano deben ser para todos los colores, para todos los
venezolanos de buena voluntad. Vivimos y compartimos la gran casa nacional que
es el país y como residentes de una misma casa no podemos declararnos la guerra
ni profesarnos la rabiosa hostilidad con la que algunos quieren identificarse
para forjar la identidad que todavía no tienen.
Quizás, nos
preparamos para un gran cambio, sea de izquierda y derecha, venimos perdiendo
elecciones, nos salva es los números y el contexto territorial, leamos al CNE y
sus estadísticas. Esa es la verdad.
Si todos somos
hermanos venezolanos, y buscamos y queremos lo mejor para nuestro país, ¿por
qué nos podemos coordinarnos en el trabajo y la voluntad de crear una relación
constructiva, de mutuo respeto y beneficio, no solo con el presidente de la
República y su partido sino también con todas las demás fuerzas políticas?. Lo
que hace grande a un jefe de Estado y que hace que éste sea visto como un
presidente de todos y para todos los bolivarianos y no un mandatario de una
parcela partidista, es su disposición a formar su equipo de trabajo sin mostrar
compromisos previos limitativos; es su libertad para escoger a los mejores
hombres y mujeres, sin importar su bandería política, sin considerar si son o
no cercanos a su proyecto político. Porque, en éste tiempo es sumar y no hablar
con violencia y utilizar un lenguaje soez.
Lo mismo ha
sucedido con China y Estados Unidos, que después de ser enemigos
irreconciliables, hoy desarrollan una fructífera relación comercial basada en
el beneficio mutuo. La reciente aproximación entre el gran coloso del norte
capitalista y la pequeña nación antillana, Cuba, dejando atrás antiguos
resquemores, es otro ejemplo de que no hay enemigos eternos. Los casos similares
son tan numerosos, que sería prolijo enumerarlos. Si estos acercamientos fueron
posibles entre enemigos que jugaron a destruirse cruelmente e hicieron correr
ríos de sangre, ¿por qué no puede ser factible entre antagonistas que no se han
hecho tanto daño, que menos que enemigos solo han sido adversarios?
Más Allá, Hay ciertos aspectos en los que el presidente
Barack Obama lleva adelante políticas de guerra aún más duras que las que
impusiera el otro presidente George W. Bush. Por ejemplo, los bombardeos con
aviones no-tripulados sobre Pakistán, Afganistán, Libia y otros lugares en los
que los blancos no son sólo los supuestos “terroristas”, sino “todo hombre de
edad militar en la zona será considerado como combatiente, salvo que la
evidencia póstuma demuestre lo contrario”. Según un extenso artículo aparecido
en el matutino ‘The New York Times’, a los efectos prácticos, Obama ha
impulsado lo que sólo puede describirse como una Doctrina de Guerra Total
integrando las acciones de gobierno, militares y de guerra psicológica a través
de los multimedios, bajo una única Doctrina. El concepto de la “Guerra Total”,
o sea, la guerra no sólo contra fuerzas militares, sino contra todos los
civiles independientemente de su edad, sexo, y contra toda la infraestructura
del país, se transformó en una terrible realidad en el siglo XX y XXI,
potenciada por los descubrimientos científicos y el progreso tecnológico
puestos al servicio ilimitado de la guerra. La Guerra Total hoy sigue muy viva
y su principal impulsor son los Estados Unidos y sus Aliados. Ahora, presente
en Latinoamérica.
Esto lo pretenden
justificar en todos los frentes gracias a los multimedios adictos en los
Estados Unidos, Europa y los demás países. En el caso de la Doctrina de Guerra
Total de Obama, los multimedios acompañan la política oficial de EE. UU.,
describiendo el asesinato de personas inocentes -que por mala suerte o
casualidad se encuentran en el lugar equivocado, en el momento equivocado en
que caen las democráticas bombas norteamericanas- como combatientes militantes.
O informadores cooperantes en el caso nuestro, una burda manifestación de cobardía
propagandística.
En diversos
escritos y ensayos, me he ocupado extensamente en describir la manera en que
operan las estructuras de poder del Nuevo Orden Mundial, cuáles son sus planes
a largo plazo respecto de nuestro país y región y cuáles sus instrumentos
primarios de dominio. La clave en el momento actual radica, a nuestro juicio,
en comprender cabalmente dos hechos fundamentales: que por diversas razones esos centros de poder
mundial han elegido a la Argentina como caso testigo para “gerenciar la quiebra
y posterior disolución de un Estado nacional, lo que representa una enorme
amenaza para nuestro país, Venezuela ,seguramente la mayor de su historia, y
que el sistema neoliberal supranacional hoy se halla en pleno colapso que está
a punto de convertirse en un colapso descontrolado lo que, aunque por un lado
es peligroso para todo el mundo y la región , potencialmente representa, sin
embargo, una enorme oportunidad para nuestro país y región.
Lo que hoy le ocurre a la Argentina, de ninguna manera puede imputarse a alguna
seguidilla desafortunada de errores y aciertos. Es la traición a un proyecto
político, el colapso argentino refleja el éxito rotundo
de un modelo de postración y dominio nacional diseñado desde las estructuras del
poder supranacional e implementado eficiente y eficazmente por un estamento de
gerenciadores sionistas y operadores locales. Estos últimos abarcan a “los
políticos de siempre” de los principales partidos, a comunicadores y
multimedios favorables a este plan de dominio – con los Hadad, Grondona,
Gelblung, Clarín, Página 12 y La Nación, a la cabeza -, a ciertos miembros de
las fuerzas armadas, y al numeroso ejército de analistas, economistas,
opinólogos y expertos de todo tipo. Cada uno aportando lo suyo – sea por
ignorancia, connivencia y debilidad, si no lisa y llanamente, por traición a la presidente Cristina.
La sapiencia
popular dominicana siempre ha sospechado y dicho que los políticos solo son
enemigos en público pero que comen en una misma mesa. Es decir, la sabiduría
popular intuye que detrás de los furibundos ataques y la oposición rabiosa se
esconden hasta simpatía y amistad personal que se tributan a nivel privado
lejos de los micrófonos y las luces de la cámara. Y esto se da porque la enemistad
no es absoluta como se pretende aparentar de frente a los medios de
comunicación masivo. Con ello demostramos que los políticos somos capaces de
aceptar al contrario. Que es posible amar al ‘enemigo’ en la esfera privada, y
en la esfera pública desarrollar el antagonismo político más intenso, como
diría Schmitt. De modo que la aparente intransigencia opositora con la que se
proyectan algunos políticos bolivarianos tiene más de poses de conveniencia,
para consumo de la opinión pública, que de esencia y de principios.
Esos personajes
traicionaron a Chávez y a Cristina, en nuestro caso, el Palacio de Miraflores
de traidores al Proyecto Bolivariano y propulsan el Pragmatismo y Capitalismo.
Luego del 6 de diciembre, vamos a un nuevo Pacto de Punto Fijo.
La furia del
sionismo se ha hecho presente en Argentina y Venezuela, en nuestro país se
financia con Las Corporaciones a las
sectas protestantes, cuyas propiedades en el eje territorial son tierras diplomáticas inglesas, con un
doble notariado y Estados Unidos es la vía diplomática de transición de diálogo
y convenios para dichas agregaciones religiosas de carácter espiritualista. Esta
fase sionista se dirige a Latinoamérica
con su nueva sede en Perú.
Deuda externa,
déficit fiscal, saldo comercial negativo, altas y bajas tasas de interés, el corsette
de la Convertibilidad, el espectro de la inflación y las colas en los abastos.
Estos son apenas algunos de los graves peligros económicos que en forma crónica
acechan a la economía argentina y venezolana que sirven para mantener a nuestro
pueblo apesumbrado y a nuestras dirigencias políticamente correctas dócilmente
alineadas, detrás del modelo neoliberal de la globalización y serviles ante sus
exigencias y recetas. Pero hay algo más detrás de todo esto que nos estaría
indicando a las claras que la crisis no es sólo de la Argentina. Ni siquiera lo
es solamente de la región o del conjunto de los así-llamados países emergentes.
La verdadera y mucho más grave crisis que hoy se le viene encima como una
locomotora a toda velocidad a todo el mundo es la crisis del sistema
capitalista especulativo globalizado. Los que conocen el tema dentro el propio
mundo industrializado ya hablan de un colapso controlado del sistema financiero
global. De manera que más vale que vayamos comprendiendo de qué se trata y que
tipo de dirigentes políticos tenemos en la cúpula del poder
.