Aventis
El capitalismo, extiende sus variantes estratégicas
y la economía política con base en el llamado imperialismo burgués, busca los
aspectos fundamentales de su propia historia para acumular capital que, sea
punta de lanza en escala mundial.
El capitalismo inglés, eje de todo intento hacia el
mal, busca comprender las diversas formas que debe operar el Imperio Británico,
para controlar en éste caso, a Latinoamérica. Aunque, existe una intervención
silenciosa de las grandes potencias, (Manfredd Kossov), y de ésta manea
despertar rivalidades tendenciosas que buscan un dominio territorial local,
pero, a la vez, mantener un sistema de restauración y equilibrio en el período
iniciado desde el post- napoleónico hasta nuestros días. En el caso del acuerdo
de una Santa Alianza entre Rusia, Francia, Austria Prusia y el Vaticano.
Por el otro nivel, tenemos de nuevo a Francia,
Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Ucrania, Colombia, Perú, Chile e
Islas Caribeñas- Petrocaribe-, lo importante, es la penetración de dichas potencias en la expansión del
coloniaje latinoamericano, en este caso, Francia es el comodín.
1810, cristalizó la política británica hacia el
Sur. Simón Bolívar y José Miguel Méndez, orientaron a ambos países hacia el
incremento de una política de estabilización monetaria y desvanecer las mentes ministeriales,
los colonos tanto venezolanos como ingleses preferían la intervención armada y
la diplomacia, que caer bajo el influjo de los españoles, estadounidenses y
Franceses, cuya presencia siempre fue y es influyente, porque, fue el iniciador
del Poder Comunal.
El 3 de Mayo de 1811, el Congreso de USA gestiona
una reunión secreta y aprueba una resolución, viendo la situación de España y
de sus provincias americanas y latinas. Busca potencias sus fronteras,
invadiendo la mexicana, hasta lograr quebrantar la revolución francesa
territorio mexicano en 1864. Desde allí, el acicate de expansión capitalista e
inversión privada, nos llama a una modalidad entre europeos, latinos y los
imperios.
El Caribe y los sectores más poderosos de América
Latina acordaron junto a los banqueros, empresarios y políticos ingleses,
llevarse hacía los mercados europeos, todas nuestras riquezas y transformarnos
en factores de consumo de los entes dominantes, era un proyecto oligárquico
bien planeado y que tomo forma desde 1823- 1898. A través de la guerra de
despojo contra México en 1847 y la invasión filibustera de América Central en
1856, allí se constituyó el imperialismo de libre comercio, Luego, entraron en
el juego político, Cuba y Filipinas. El Tratado de Utrecht,(1713), permitió a
España e Inglaterra abastecer al Cono Sur de esclavos, como un punto de
inflexión para los poderes estadales, reinantes en cada territorio.
Mientras que Napoleón se proponía acabar con las
monarquías que operaban dentro del viejo absolutismo medieval, estaba claro que
sí la revolución francesa no salía de París, se hundía. Es una ambivalencia de
poderes, donde el flujo de mercancías y capitales era y es para la mejor nación
del mundo, Gran Bretaña.
En aquella oportunidad, la Corona Inglesa, no estaba
dispuesta a dejar que se repitiera la misma situación comercial que con
tantas dificultades y sobresaltos había
experimentado durante el siglo XVII, cuando, no le quedó otra alternativa que
acudir al contrabando para poder acceder a los mercados latinoamericanos y del
Caribe, el cual era controlado férreamente desde la Península Ibérica. Los
bachaqueros de aquél entonces derrotaron a Napoleón, a pesar de sus triunfos y
los empresarios e industriales de ese momento hicieron contrapeso para sacarlo
del escenario europeo y ponerle fin a las corrientes progresistas de ese
instante.
Luego de caer Napoleón, se formalizó una sociedad
mercantil para abastecer de materia prima a Europa y las colonias españolas, no
cayeron en potencias hostiles, le tenían miedo a Francisco de Miranda, por ser
un hombre diplomático y de guerra, hasta el mismo Bolívar, el Libertador de Suramérica.
Luego de la Primera Guerra Mundial se rediseño el mapa europeo que permanecía
intacto- 1914. 1918- y, el futuro de las colonias europeas luchaban por su
liberación política.
El desarrollo capitalista, se despliega con toda su
fuerza en el Sur, de nuevo controla la industria de alimentos y materia prima.
Los gerentes, mueven a la población hacia las periferias urbanas y controlan
las tierras de éste vasto Continente.
Por esto, era necesario infectar a Chávez Frías con
un virus y no matarlo por las armas, sabían los norteamericanos que la
población indígena era su componente vertebral y, desde Bolivia hasta
Venezuela, éstas poblaciones étnicas controlan las tradiciones yerbateras,
pócimas y zootecnia de cada territorio., son los verdaderos curanderos y,
tienen el remedio para el cáncer en ese gran pulmón llamado Amazonia hasta el
Delta del Orinoco, por eso Guyana se resiste, era en la antigüedad territorio
venezolano y pertenecía a la provincia de Guayana, nuestra estrella octava en
la bandera tricolor y bolivariana.
El uso militar de la fuerza viene para América
Latina, la Corona Británica será decisiva frente a la Argentina. Las Malvinas
es su punto de descanso para navegar los submarinos nucleares y misiles
cruceros.
Estados Unidos, Francia e Inglaterra insisten en
acabar con el imperio Otomano, luego Egipto., más tarde La Tierra Santa y Gaza.
Ya saquearon al África Central, como en India. Existe una nueva etapa de
expansión, de consolidación imperialista y, América Latina es su ensayo
posterior de la Guerra por el petróleo en el Medio Oriente. Es el Capitalismo
Internacional con sus garras abiertas en el águila. En definitiva, es una guerra
a nivel planetario, como mediática. Mientras, los pueblos lucen dormidos a
manos de empresarios que mueven sus bachacos para derrotar y destabilizar
países que tenían sus puntos de ventas y rutas. Ya destrozaron la economía en
Irak, Libia, turcos, Siria y ahora, es Venezuela y, nosotros dormidos.
Gran Bretaña, con ayuda de los norteamericanos
busca ampliar su imperio y construir una nutrida estructura institucional,
diplomática, comercial y financiera para impedir que los mercados latinos
avancen, como lo quería Chávez.
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