¡Proposiciones
urgentes!
Por: Darío Morandy | Domingo,
23/04/2017 09:33 PM |
Compañero Presidente, es indiscutible que el
momento que vive la patria se torna cada vez más turbio. Ese implacable zumbido
que aumenta progresivamente, no es otra cosa que el descontento, la indignación
y la crispación de un pueblo que hoy reclama decisiones para atender los
grandes problemas del país.
Compañero Presidente, no es el tiempo de aplazar verdades. El pueblo trabajador
está sufriendo las consecuencias de incontroladas tasas de inflación que se
traducen en pérdida del poder adquisitivo, una persistente recesión económica
que se ha combinado con la exacerbada corrupción y el nepotismo que identifican
a una burocracia absolutamente ineficiente. La inseguridad ciudadana cabalga en
lomos de la impunidad y se retroalimenta con la destructora escalada de violencia
social convocada y dirigida por la inescrupulosa oposición política venezolana.
A este dramático cuadro se suma la devastadora maniobra de “guerra económica” y
el impulso del “caos constructivo” como estrategias del capital transnacional
en alianza con la oligarquía nacional que solo buscan el control de la
renta petrolera y nuestros recursos naturales.
Compañero Presidente, este pueblo noble y trabajador que ha resistido con
lealtad, hoy exige que sus dirigentes se coloquen a la altura del momento
histórico. No tolera más improvisaciones, es el momento de decisiones radicales
para retomar el rumbo de la transformación estructural. La patria reclama
nuevos consensos sociales. El disenso es el punto de partida porque la
diversidad nos hace grandes como pueblo. Es tiempo de dejar a un lado la
arrogancia política y buscar el encuentro para impulsar políticas
institucionales que nos permitan atender las expectativas, aspiraciones y
necesidades de todos los venezolanos.
Compañero Presidente, después de consultas de todo género y con el oído puesto
en la calle, me permito hacerle las siguientes proposiciones:
1.- Reformar el Consejo Nacional de la Economía
Productiva integrando
nuevos miembros con una visión diferente de la política económica necesaria,
voceros de cada Facultad de Economía de las distintas universidades y miembros
de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Incorpore la voz crítica de
Jorge Giordani, Víctor Álvarez, Felipe Pérez Martí, Carlos Carcione, entre
otros. Fortalezca la participación del poder popular para que sea efectiva y no
simbólica. Hágalo más operativo y menos burocrático y exíjale que en 30 días le
presenté un “Plan de Emergencia” que contemple:
A.- Un programa nacional de abastecimiento de
alimentos que vaya más allá de los CLAP que pueden ser necesarios
coyunturalmente, pero resultan muy excluyentes y parecen dirigidos sólo a los
ciudadanos afines al gobierno. Excluyen, deliberadamente, a sectores de clase
media. Reactivación de MERCAL y PDVAL. Es impostergable quitarles ese negocio a
los mercaderes de la crisis.
B.- Una nueva política cambiaria que democratice el
acceso a las divisas y elimine el negocio de las divisas preferenciales.
Unificación cambiaria y subsidio directo con tendencia a la desaparición
progresiva. El control de cambios no controla nada.
C.- Una Reforma de la Ley Orgánica de Precios
Justos para hacerla más aplicable, racional, social y menos coercitiva.
D.- La congelación de precios de productos de la
cesta básica alimentaria por 3 meses para articular políticas económicas
que nos permitan controlar la inflación.
E.- La revisión de la política de compensación
salarial y la recuperación de la Protección Social de pensionados, jubilados y
familias con alto grado de necesidad. Es más importante recuperar el poder
adquisitivo que ganar dinero y no poder comprar lo necesario.
F.- Control estatal de las importaciones y
eliminación del subsidio a empresarios que solo producen para la especulación.
(No más divisas para una elite que sólo busca apropiarse de la renta
petrolera).
G.- Reforma Tributaria Solidaria que contemple
impuesto especial a las ganancias del gran capital, impuesto de emergencia a la
banca y empresas aseguradoras, impuesto al lujo, racionalización del IVA, etc.
H.- Suspender el pago de la deuda que reclaman
empresarios nacionales y extranjeros hasta que se demuestre su veracidad a
través de una auditoria con participación de la Contraloría Social.
2.- Conformar una Comisión Paritaria
para la Transformación del Poder Judicial integrada por 30
miembros en igualdad de condiciones y en representación proporcional de
distintos sectores del ámbito judicial, incluyendo a profesionales que hayan
desempeñado funciones de jueces y magistrados, sin considerar sus vínculos
político partidistas. Especialistas con indiscutida solvencia ética que en un
plazo de 30 días presenten un cronograma de transformación del Poder Judicial
que comience con la elección popular de jueces de los distintos circuitos
judiciales y termine en la renovación del Tribunal Supremo de Justicia en
concordancia con los mecanismos establecidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Sería una especie de Constituyente Judicial que nos
ayude a sanear el poder Judicial.
3.- Conformar un Consejo Consultivo Electoral con representación de los
distintos factores políticos y en un plazo de 15 días presentar una propuesta
de cronograma de elecciones regionales y municipales, revisión del proceso
de renovación de organizaciones con fines políticos y elecciones parlamentarias
en el estado Amazonas. Propuesta que sería elevada ante el Consejo
Nacional Electoral como expresión legitima del Poder Electoral. Nada justifica
el atraso de las elecciones regionales y municipales y menos en Amazonas.
4.- Conformar una Mesa Técnica para la
Reactivación de las Empresas Básicas integrada por especialistas y técnicos vinculados
al desarrollo de las distintas empresas, voceros de los trabajadores escogidos
en asambleas por departamentos. Expertos y trabajadores que deben ser
convocados sin importar sus vínculos políticos. Se trata de devolver la
conducción de las empresas a quienes realmente las conocen y, con la
participación activa de los trabajadores, puedan constituir un frente de
trabajo para hacerlas productivas y liberar a los militares de esa
responsabilidad.
5.- Conformar una Mesa Técnica del Sector Minero con potestad para evaluar
el Proyecto del Arco Minero del Orinoco y sus posibles consecuencias contra la
nación y el medio ambiente. Dándole el apoyo necesario para realizar todas las
consultas públicas, sobre todo en las comunidades indígenas.
6.- Convocar un Consejo Nacional de Seguridad
Ciudadana
para evaluar las políticas de seguridad ciudadana en desarrollo y
establecer los correctivos necesarios para hacerlas más eficientes, eficaces y
humanas. Convocar voceros de todos los implicados en tan complejo tema. El
exterminio de delincuentes no resuelve nada. Necesitamos devolverle
tranquilidad y confianza a la gente para cultivar acciones de paz y tolerancia
colectiva.
7.- Conformar una Comisión Nacional Consultiva
sobre el tema de la reclamación del territorio Esequibo con participación de
reconocidos expertos en la materia contenciosa y diplomática para construir una
propuesta que sea elevada al “Buen Oficiante” como punto de partida para buscar
una solución en el marco del Acuerdo de Ginebra. No nos quedemos en la
reiterativa remembranza histórica del despojo y los gritos patrioteros.
Contextualicemos el problema en su compleja dimensión.
8.- Conformar un Consejo Nacional contra la
Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito. La corrupción está carcomiendo las instituciones
democráticas en todos sus niveles. Hay un quiebre ético nacional. Ha surgido una
casta burocrática que se enriquece y acumula capital en alianza con empresarios
improductivos. Todo trámite viene acompañado de la “matraca oficial”. Es
escandaloso el descaro de negocios turbios sin cuidar ni las apariencias. El
dispendio y la ostentación se imponen en medio de las carencias de muchos.
Convoque la reserva moral del país y ordene una cruzada contra la corrupción y
por la recuperación de la ética de la función pública. Hay hombres y mujeres
con sobrada solvencia para asumirla: el padre Numa Molina, el General Jacinto
Pérez Arcay, Eleazar Díaz Rangel, Fruto Vivas, representantes de las distintas
universidades y medios de comunicación social. No se trata de “caza corruptos”,
ni policías anticorrupción, debe ser una instancia con mayor densidad creativa
para sentar precedentes en la formación y educación del ciudadano del tiempo
nuevo.
9.- Convocar una nueva alianza política donde el PSUV deje a un
lado sus pretensiones hegemónicas y se abra un debate sobre el rumbo de la
Revolución Bolivariana, sus errores, desviaciones y omisiones por superar. Así
mismo, los logros a defender. Que se decrete una especie de amnistía política
(interna) para avanzar hacia la reunificación del chavismo como expresión
social y política diversa. Es urgente desaparecer el criterio de herederos con
riesgo de despilfarrar la herencia. No es tiempo de cooperantes complacientes,
ni de arrogancia perniciosa. Es tiempo de reencuentro en igualdad de
condiciones para enfrentar la batalla de las ideas de manera democrática y
transparente.
10.- Golpe de Timón en toda su dimensión. Cambie ese gabinete. No se
conforme con enroques que no combaten los vicios y la exacerbada
burocratización. Ese gabinete está agotado y engatillado, perdió la creatividad
e iniciativa política. No sirve para este tiempo. La gente lo percibe como
símbolo de corrupción e ineficiencia y sospecha de vínculos con empresarios que
han desfalcado la nación.
Preséntele al país la lista de los
responsables del desfalco a CADIVI y solicite a los organismos competentes las
acciones inmediatas para que no se imponga la impunidad. Esa es una deuda que
no admite postergación. Allí, está el complemento del Golpe de Timón. Recupere
el equilibrio de los Poderes Públicos, el desacato de Poder Legislativo se
resuelve con simples decisiones y usted lo sabe.
Compañero Presidente, en sus manos está la última posibilidad de retomar el
rumbo y volver a Chávez con el Plan de la Patria. Necesitamos abrir cauces para
superar la coyuntura. Usted puede conducir un desenlace en armonía con los
preceptos de la Revolución Bolivariana. Este pueblo espera decisiones para
atender los grandes problemas del país. No se distraiga en cuestiones
intrascendentes, asuma su papel. Construya un nuevo discurso que convoque a la
unidad nacional y a construir nuevos consensos sociales. En estas propuestas
puede estar la perspectiva de un Dialogo Nacional amplio, democrático y
transparente que no alimenta esa retorcida polarización y busca conjugar
respuestas colectivas a la compleja situación que vive el país. No es tiempo de
improvisaciones… No es tiempo de aplazar verdades, ni soluciones…
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