Asidero
Las lágrimas, brotan en el rostro de cada
venezolano, acostumbrado a vivir bien en épocas pasadas. y es que, en
Venezuela, luego de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez fuimos abrazados por
la Internacional Socialista para adentrarnos en espacios de trabajo y
desarrollo, al compás que se abría las compuertas de las Corporaciones
Transnacionales. Tanto, la democracia social cristiana- COPEI- como el Partido
del Pueblo Acción Democrática- AD- se compartieron el poder.
Los cestos de basura mal oliente, son
frecuentados cada día por los perros y grupos de niños y hombres que buscan una
porción de alimento para sus proles, ante lo silente de una dirigencia política
de izquierda muy atroz.
Estamos en un Estado Revolucionario, anclado en
el pasado y que es colonizado por fuerzas extrañas a su verdadera identidad
nacional. La verdadera izquierda se ha vuelto a reencontrar con el pueblo y
encauza su camino con la brújula de la esperanza y fe, mostrada por su fervor,
más allá de los criterios que se formaron en el pasado para trascender en el
espacio de libertades que nos ofrecía la república.
Muchos venezolanos, han recalados en otras ciudades
del mundo, buscando su libertad y de trabajo, gente joven abierta a la
construcción de un nuevo proceso ideológico de su país de origen.
Estamos, sometidos a un poder que va más allá de
una ideología política válida, es el cerco de militares y un reducido grupo de
ciudadanos contra el pueblo que es civilista y democrático. Esto, conlleva una
violencia contra las mismas instituciones y, lo peor, nos encontramos frente a
fraudes electorales por ventajismos y distorsiones del mismo organismo que
convoca al llamado de votar.
España, una vez más, al otro lado del Atlántico
nos recibe con un Rajoy que busca unidad democrática en Catalunya y Venezuela.
Hay más de 600000 millones de dólares extraviados
por la corrupción de altos jefes de izquierda y venezolanos, residentes del
Estado Bolivariano son objeto de una catarata de difamaciones y disparates por
enchufados que, de una manera velada, mantienen un compromiso con el
oficialismo y la presidencia de la república.
Estamos, cerrando un ciclo. Un proyecto de transición
fallido, porque, el presidente Nicolás Maduro Moros, cambió todos los planes
del plan originario de la patria y, hombres como Rafael Lacava y militares como
Acosta Charles fueron obviados por su carácter y comportamiento nacionalista e
incluso, alcaldes como Alejandro Feo La Cruz.
Nos encontramos de nuevo, en un punto cero.
Venezuela, actualmente es producto de un proyecto frustrante que ni siquiera es
de izquierda, es la resultante de una dictadura ligada con negociaciones fuera
del ordenamiento legislativo. Es una crisis financiera, que tuvo su partida en
el año 1995 y que las autoridades convalidaron a través de la banca, el asalto
al país y convirtieron los bancos del Estado en los centros de especulación bursátil
y comercial por los créditos otorgados para la importación de insumos y materia
prima con un dólar paralelo ficticio y que tiene sus oficinas centrales, fuera
de Venezuela.
Quienes tienen miedo, ya los pierden, el hambre
los azota y las manifestaciones de repudio, reivindican lo nacionalista y
lamentablemente el presidente, Nicolás Maduro Moros debe identificarse de una
vez, con los militares o con el pueblo. El presidente Chávez le llamó a formar
un liderazgo con el pueblo que incluya el militarismo, pero, no con la parte
oscura de ese poder.
Es un momento histórico para reivindicar la gesta
histórica del Che Guevara hacia el Sur y de Carlos Andrés Pérez, ambos
asentaron los contenidos de esa lucha política, recordando a Trotsky y formando
naciones, más allá de los ideales. Venezuela, es una comunidad política
posnacional. Y desplegamos nuestra bandera tricolor a todos los países del
mundo.
El militarismo ha agotado el verdadero
nacionalismo y, exaltación de los sentimientos patrióticos al aceptar ideas de
países provenientes de un comunismo colapsado en el pasado, hay nueves
vertientes económicas. El nacionalismo, es construcción de un Estado, hay que
acabar con los complejos de repercusión ideológica y política, todo, en la actualidad,
nos lleva a un conducto económico.
Hay una dirigencia comunistoide de desecho. Lo
que propaga es mentira y falsedades, nadie, ya les cree.
Hay que despejarnos de fantasías, esa
sentimentalización de la sociedad en la actualidad es muy artificial y las
ideas de Chávez y Carlos Andrés Pérez, quedaron en un ciclo de la historia
pasada, ahora es necesario construir un discurso nacional. Es sensaciones de
embrujo es mental, es una afición a la nada, el pueblo, necesita llevar el
mendrugo de pan a sus casas, así de fácil. La comida traída por importación no
satisface los estómagos venezolanos, es muy débil, son otras tierras. La
nuestra es rica en minerales y fuentes de agua fortalecidas por venir de las
montañas, ricas en cobre, magnesio, zinc.
Hay que cambiar el discurso político. Hace falta
de una conciencia de dimensión nacional, nuestros dirigentes en los Consejos
Comunales poco, tienen que decir y repiten lo mismo, es el mismo significado de
las palabras, no se adecuan a las reformas del Estado y las ignoran. Formamos
nuevos policías para la matraca, no para el cuidado del ciudadano, para nada,
se eliminó el Cuerpo de Vigilancia de Tránsito, ya la sociedad es una mayoría
con mucha claridad.
La izquierda venezolana debe nacionalizarse,
pensar en el pueblo y dejar atrás esas ideas incubadas de países e islas
foráneas que no reflejan un crecimiento de desarrollo. La crisis de la
izquierda clásica se emparento con el militarismo y, por eso, no hay
articulación con los poderes es el colapso económico y financiero por default parcial
y global. Hemos inutilizado, nuestros símbolos nacionales y de lucha socialista.
Solo, nos reconocen, como un narco estado.
A la vez, nos ha dañado un pluralismo religioso,
es bueno, la libertad de cultos, pero, ahora se extiende a falsas religiones y
al santerismo, somos un país de demonios.
El país, ha sido destruido por una extensión del
catolicismo y del evangelismo. Esto, nos ha llevado a una crisis nacional. ORA,
un partido que se dice defensor del evangelio y busca representarlo en las
instituciones civiles, no puede darle un aval al comunismo. Esto, implica
confusión de fe y nos recuerda que la Iglesia nacional en España estaba a favor
de Isabel II y de un liberalismo al menos abstracto y Henry Ramos Allup, es
autor de un libro muy bueno y exacto sobre el Liberalismo y el presidente
Nicolás Maduro práctica algunas ideas expuestas allí en ese texto, pero hay una
dualidad de ideas entre liberalismo capitalista y comunismo materialista del
capital de Marx, un antagonismo feroz que se come las entrañas del venezolano
que ignorancia por parte del presidente en no encauzar al país, bajo un solo
ideal político.
Estamos, muy ligados a España y, por esto,
debemos reorganizar o recomponer una genealogía de nuestra nación que tenga en
cuenta, la pluralidad de todos los agentes que intervienen en ella, y a falta
de este discurso, la izquierda y los militares monopolizan todo, me refiero a
esa parte de la izquierda que usurpa los valores del venezolano y del Che, como
los principios idearios de Ali Primera. Son unos engañadores y mentirosos que
nos metieron en una cajita de CLAP, por eso, vivimos en riesgo muy acentuado de
vernos excluidos del debate público.
El populismo, es un riesgo para la democracia y
la izquierda venezolana, solo responde a la crisis de las élites y cuya
representatividad, proviene precisamente del Palacio de Miraflores con sus
efectos letales y muy peligrosos. El pueblo solo quiere recrearse en su
democracia izquierdista, tal como la reinvento Carlos Andrés y la retomó Chávez
y respeto, colocando en nuestra Constitución que somos un país democrático. Así
que se acerca un choque entre el populismo de Nicolás y la articulación del
pueblo que fue engañado y, en el cual, no se respetó el mundo financiero,
rompiendo con todas las estigmatizaciones. Nos encontramos con un gobierno que
disfrazó los ideales de Chávez y rompió con el Plan de la Patria, muchos fueron
engañados y la estabilización del país es muy difícil, bajo la direccionidad de
este gobierno., por ahora, es una parte del pueblo que absorbe estos choques,
pero, hay que disolverlos para desvirtuar una guerra civil que ya gatea.
Nuestra Constitución Bolivariana, es una
fortaleza de Estado, ideada por Chávez para bienestar del pueblo y ha dejado atrás
su adolescencia del bipartidismo vertebrador, somos una República en ejercicio
de su libertad y nadie puede coartarla. Respetemos, el texto constitucionalista
y abriguemos la legitimación de nuestros poderes hacia el verdadero
proteccionismo de ella.
La actual ANC, no convocada por el pueblo,
oscurece nuestro cuerpo democrático republicano.
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