El corazón, no apunta con los dedos, sino con los sentimientos. Las historias se cruzan como un sainete y todotas son parecidas y llega por momentos a envolvernos. Constituyen una gran sorpresa, porque la vida nos revela hechos verdaderamente sensacionalistas que determinan una postura y con los ojos perdidos tenemos que ver al pasado para visualizar el futuro.
La magia esta en cada acto de nuestras vidas. Los espantos, son plumas rotas que intentan llamar nuestra atención para darnos en el transcurrir del tiempo una gran tristeza en los ojos, con sus gotas de lágrimas, porque, eso le da atracción, es una verdadera aplanadora para el cerebro. Al final, todo queda literalmente inerte y la noche, los hoteles, restaurantes y panaderías siguen abiertas a nuevos clientes.
Es una conjuración de principios que tienden a crear líos de identidad, donde la pasión es puro equivoco, sino existe la querencia. Aquí, no existe equivocaciones. En la Iglesia Evangélica donde me congregaba, la mujer de mis sueños resulto difícil encontrarla. Ese Ser maravilloso la perdí hace cuarenta y dos años por la mala suerte, nerviosismo y mi torpeza al aceptar opiniones de terceros. Algunos de esos filibusteros están ahora casados, su maldad fue grande y, por eso no creo en la religión. En mí, todo se encuentra escrito, el periodismo me abrazo desde los diez y nueve años. Con un fuego lento hasta despertar mucha pasión, todo lo escribo y lo publicado se encuentra en albúmenes de fotografías, celosamente guardados con mi nombre.
Me ha costado reconstruir la historia. Solo deseo escribir mis memorias y sin escándalos, pero, debemos reconocer que la felicidad es una brecha y debo ir tras ella para lograr la meta final. De modo, que, es una especie de paranoia, donde las horas pasan como la noche y donde los celulares agonizan de tanto timbrar. Los lectores, tendrán calma y sí me siguen mucho más. He rezado de rodillas por mi paz. Para mi, resulta imperdonable tratar con personas que tienden a la disociación. Cuando camino sobre una ruta de estructuras mentales que me hacen muy sensibles y no puedo habilitar espacios de otros, menos enamorarme, porque, el amor no existe.. Los escritores debemos estar ausentes de emociones y deseos, resultaría una contradicción tenerlas por el fácil arte de la manipulación y escribir a diario puede levantar el ego a unas personas que se encuentran fuera de nuestro contexto político, hay que evitar los motivos reaccionarios que pueden dañar nuestra propia estructura psíquica. Los escritores, solo deseamos que ésta sociedad se enderece y sepa interpretar nuestras opiniones.
