HISTORICIDAD DEL GENERO
En el fondo, a menudo debemos poner a prueba la capacidad de fe en defender nuestra cotidiana manera de vivir para tener un noble principio en confesar, no me gusta estar en este mundo para descifrar una lucha por la ambigüedad. Se que tengo un conjunto de valores a interpretar una realidad, donde se puede acelerar el ritmo cardiaco. Mi lucha, por lo que expreso no se ha librado todavía, desde los diez y seis años busco esa figura materna que esclarece la ruta de nuestros pensamientos para llevarnos a un encuentro consigo mismo. Esa, es nuestra propia realidad.
Los intereses son muy convergentes. Cada vez, debemos darle mayor expansión al espíritu para entender que nuestros conflictos internos se desvanecen cuando observamos una confrontación de ideales que rompen con las circunstancias históricas que me dio la vida. Allí, es donde los intereses se manifiestan para dañar nuestra independencia como ser humano y darle verdadera libertad al espíritu.
Como era de esperar, todo resulto como lo esperaba desde septiembre. En mí nunca hubo impostura, engaño y traición, siempre he demostrado lo que soy y me puedo calificar que no soy amateur. Los valores enseñados por los jesuitas y en el Seminario Kermaria demostraron mi nivel espiritual como las enseñanzas bíblicas que me enseñaron en ciertos circuitos cristianos,
Entonces el concepto tradicional de mis sentimientos no estaba equivocado, las palabras dichas expresaron de una mera directa una repulsión hacia mi persona, Lo cierto es que no tengo doblez y hablo claro. La existencia individual debemos cuidarla para manifestarles a nuestros contemporáneos que somos hombres de un solo sentimiento y parecer, deseando solo el bien para todos.
El ciudadano que desee ser objetivo, necesita de sus sentimientos para mostrarnos el verdadero sentido de la sociedad, no hay que vanagloriarse porque en la actualidad, las malas interpretaciones no existen, solo aspectos positivos o negativos de una realidad contextual que nos llevara al error sino somos estudiosos de la sociedad humana y donde a todo lo rodea una retórica, ya no puedo ser más victima de mi propio proceso histórico. Hay que dejar los perjuicios atrás y ahondar en la personalidad de cada individuo que este activado en nuestro circuito de trabajo,
Hay que librar buenas batallas con caballos que espanten a los golondrinos que residen en los tejados para dañar y destruir los espacios públicos, los espíritus malignos. Hoy, no hay que encubrir nada, todo debe salir a la luz para contemplar el cielo y expresarle a mi Creador lo significativo y sencillo que deseo ser para él, con el fin de agradar a Dios.
Es cuestión de principios, nadie desea un mal para otro. Solo que el bien nos arrope y podamos fomentar el equilibrio en nuestro mundo interno y no dejarnos engañar por los lisonjeros del tiempo que son los fantasmas. Ojala que Dios les bendiga, a todos que depositaron su confianza al hombre mismo.
