LA IDILIACA CIUDAD
En mí nunca ha existido algún cambio, soy la misma persona de siempre y mis ideas han evolucionado, según vengo escribiendo en el tiempo. Todo, ha sido una secuencia que viene controlando mis emociones, pero, siempre he sido absuelto de toda duda, porque, mis expresiones nunca han sido confusas, tengo una razón para hablar. Mis métodos, ideales como argumentos determinan que nunca he tenido una mente perversa o mal intencionado. Me veo frente al espejo para sugerirme el regreso a mi mismo. Nunca acepto el orden establecido. Hay que moldear la conducta, la mente y el cuerpo no pueden ser divididos. Un desequilibrio físico puede precipitar efectos que eventualmente pueden conducir a un desequilibrio mental, así que, evitemos una colección de causasen nuestras vidas que pueden dañar nuestros nervios.
No hay que tener resistencia ante la vida, debemos compartir las experiencias y honrar lo más querido de nosotros, los valores, nunca volveré a fiarme de nadie, en un momento de mi vida recientemente jugaron con mi destino, pero, logré descubrir las respuestas y preguntas para no confundir mi mente, el hombre nunca será el dueño absoluto del universo y de la persona y cosas que convergen en él. En una oportunidad, confesé una celada, pero respire cuando regrese a casa en La Fría y luego Bachaquero. Ya no visitaría el Seminario Kermaría.
Espero no ser un impostor. ¿ Qué sentido tiene?. Yo nunca secuestre a nadie. El sentimiento amoroso nunca envejece, por eso, mi conciencia siempre ha sido un reflejo de la verdad y estaré allí, acompañándote en el cambio de opinión.
Cuando regresé de Cúcuta, teniendo trece años en vía hacia el fundo en Caño Zancudo, me quedé en el aire, inmediatamente mis padres se regresaron a la Termoeléctrica de La Fría, (Táchira Edo- Venezuela).
De todos modos, los hombres somos un potencial remplazo. Siempre serpenteaba en la hamaca con un pedazo de queso y yuca en la mano, todo alrededor es un verdor. Bueno, estoy ordenando mis cosas y como no tengo repuesto, aprendo a caminar solo.
Siempre, estaremos apegados a la vida, concentrados en una exploración constante para desarrollar nuestra capacidad de análisis y no ser victima del desasosiego de la soledad, hay que seguir conquistando nuevos mundos.
No hay nada que temer, todo continúa con algunos momentos de ansiedad, sin embargo, se deben evitar éstas conductas intranquilizantes, ya no habrá más pánico. La verdad, ya no siento cierto temor por las monjas, un buen día se armó todo un lío por ellas. Siempre habrá un momento por curiosear y acercarnos al objeto deseado, sin traumas.. Siempre, tendremos un personaje ficticio en nuestras vidas y, por encima de todo, debo entender que existe una conducta de riesgo, ya no podré recordarme de los vampiros que se paseaban a mi espalda.
Ciertamente, cada vida constituye un espectáculo y estamos llenos de intimidades, ya no podré fisgonear ante las entrepuertas del apartamento y volver hacia esa idílica ciudad.
