El futuro de Venezuela, refleja un gran show, porque no estamos preparados ideológicamente. Será una lucha feroz por las ideas y, donde existirán muchas personas interesadas para generar imágenes y donde las simpatías serán pocas. En mi humilde opinión, constituyen gestos y entrevistas. Poco el manejo del discurso público, pero, lo más resaltante es que todos se rodean de brujos, chaparrones, videntes, chamanes y santeros. Mientras, nuestro corazón seguirá latiendo para ver la confirmación de un país en marcha, donde muchas madres besarán en un gesto de amor a su bebé, que irá creciendo hasta darnos cuenta de la noticia en la computadora. Que, somos de nuevo, padre. Porque hemos gestado un milagro que hace milagros y fantasías.
Josefina, cada tarde me acorralaba a preguntas, no me dejaba reflexionar, recordaba su momento de estudios en el colegio de monjas. Ante ella, mi comportamiento era como de un cobarde y, como desde esa edad escribía pequeñas crónicas, no dejaba que mi lápiz transcribiera algunas líneas que determinaban una opinión o síntesis personal sobre algo. Simplemente, desde los trece años ya en Venezuela nos involucraron en una campaña electoral donde nuestra salud mental es pobre, ya que carecemos de Ideología y posición política. No hemos madurado.
Cada quien, forja su estilo de escribir, yo tengo el mío. Le doy respuesta a los puntos de mí cuenta, avanzando con una frecuencia moderada. Debo, forjarme hacia mi nuevo destino. Lo importante no es aburrirse, intolerante, mucho menos impostor. En mis relatos, trato de ser el desentendido para ser objetivo, ya que todo es una despedida y en algún momento no asustar a nadie, es que por igual, el aplauso existe y parece ser correspondido. Es necesario, lograr hacer travesuras. Buscar una maravilla humana es contraproducente. Es negarse a ser un payaso en la vida, para, tener una agenda apretada entre la universidad, el colegio privado y la escritura. Lo admito, formamos parte de una gran rutina. Prácticamente, tomamos el micrófono o la computadora y empezamos hacer ruido. Algunas veces, asumimos una faena de hipnosis, porque, hay palabras profundas y logramos salir en el tiempo estipulado.
Cuando estudiaba en el Colegio de Monjes, una hermana loca me persiguió y casi me rompió a besos, trató de vampirizarme a besos, pero, los espíritus que se resguardaban en su habitación no la dejaban tranquila. Tenía unos labios voluptuosos, que, me hablaban suavemente a mis oídos. La verdad, cuando me di cuenta, ya estaba de regreso a casa.
Luego, la vi resignada en un paredón de La Fría y en Bachaquero. Había dejado los hábitos. Abrazaba un mundo de visiones que le hacían ver de concierto en concierto con un vaso de té o café en sus largos dedos, ya su atractivo se clavó como vago para darse una dimensión espantada de su propia vida. Siempre seré un bobo asustado
Quiero mi vida y la política. Es una manera de ser galante, leal y generoso con la vida, solo hemos aprendido ser apasionado por el romance y el dinero
