Las transnacionales, bajo una concepción modernizada de comercio libre y globalizado, vienen trayendo trastornos abruptos a la nueva sociedad latinoamericana, que, visualiza como nuestra historia transcurre sus pasos bajo un vértice de rutas ocultas que fomentan una anarquía que al Estado se le hace difícil controlar. La repuesta de nuestro presidente ha sido contundente ante la avidez de nuestros empresarios, que, de una manera sorpresiva solo piensan en sus intereses personales. Lo importante es darle libertad al pueblo para que conforme su propia línea de motivación social. Y logre métodos de producción para favorecer a su colectivo, es dosificar el poder de una manera muy acertada para lograr incentivar a comuneros que deseen crecer bajo la accesoria directa de los ministerios sectorizados para tal fin.
Las propuestas ideológicas deben ser discernidas bajo el manto geopolítico de una lealtad hacia la concepción del nuevo Estado, tutor verdadero de la nueva sociedad sureña. Se debe aniquilar la pobreza fomentando las fuentes de producción agrícola y produciendo más alimentos de consumo masivo. Hay que asumir debates necesarios para cultivar el pensamiento de los nuevos líderes y dirigentes de base.
Así como existe una actitud hacia la Reforma del Estado, lo debe haber hacia el petróleo para mejorar como proyecto la infraestructura industrial del país. Ya no debe existir ningún tipo de tabú, debe existir confianza jurídica por parte de todos los motivadores económicos. Por lo tanto, debemos proteger nuestros sistemas de producción para logar una mayor asertividad de agricultores y comuneros que sueñan con la nueva.
La reflexión, es el mejor camino para encauzar una inversión certera. América Latina sigue sufriendo los avatares del gobierno estadounidense y debemos estar preparados para derrotar cualquier intento de guarimba proveniente de las zonas de seguridad Hay que lapidar nuestra historia pasada y asumir nuevos criterios para reformular el parque industrial, ampliar el conocimiento ideológico y avanzar en la formación de ideales que nos eleven espiritualmente en la concepción histórica de que somos personajes para los nuevos retos de éste siglo XXI.
Hay que experimentar las distintas etapas de nuestras vidas, pero, debemos avanzar en otra índole de proyecciones como es aumentar la taza de empleos, pronunciarse en apoyo a una verdadera conciencia de clase y obviar temas que tratan el esclavismo como coyuntura política. Hay que cortar con la marginación a que somos sometidos constantemente y avanzar en el discurso empresarial y político, obviar errores es de sabios y de quienes manejan el campo tecnológico y empresarial.
Es menester, unificar a toda Latinoamérica bajo una sola concepción de trabajo y avance social, derrotar al latifundismo y aupar los modos productivos, sean públicos o privados, Pero, encartonados en un solo principio pragmático donde la historia abre su abanico para descifrar nuestra identidad nacionalista a favor de un pueblo que puja por lograr sus libertades.
Para esto, debemos ir a una igualdad de género. Alentar una mayor participación de nuestra juventud en el campo laboral y consolidar las iniciativas asumidas desde la Asamblea Nacional., es una buena oportunidad de rectificar las desigualdades y crear luchas sociales para el cambio positivo. Los inversionistas deben adaptarse al cambio de mercado e ir a la adquisición de productos no cautivos para lograr una dispersión de la economía. Es un nuevo impulso para evitar las marcas y adquirir productos de calidad a un precio justo.
