Somos un maquillaje perfecto para entusiasmarnos con los adjetivos y mantener una relación privada para convertirla en hermosa, son escenarios melancólicos que nos hacen caminar como gusanos. Nadie es inocente porque se extravía en el camino. Por esto, es bueno desnudarse en esa ruta y abrir el espectáculo para quienes nos juzgarán con un encantador bouquet de alegrías falsas y nos llevan a distraer el espanto de nuestros sueños. Es romper el jarrón de las flores silvestres con el bouquet, es ver nuestros niños crecer con el fin de despojarnos de nuestra infancia. Es un mundo falso, donde se aromatiza el ambiente para darnos cuenta de lo falso en nuestras sábanas blancas que suspiran ante la escena del sueño.
Simplemente, debemos saber fusionar el amor con el humor. Contemplar el proceso es un placer que se constituye en parodia junto a las mujeres bonitas para darnos una perversidad que se hunde bajo la maldad y la dosis incorrecta de una virtud. Solo un arrebatado insomnio, puede ver mi caducado protentatismo para ir al templo a expulsar mis pecados y orar por quienes no deseaban mi permanencia en la asamblea. El catolicismo y sus variantes religiosas son la explotación de la conciencia del hombre que se experimenta insoportable y le da asco hasta los sapos que ronquean en el jardín o el pequeño gallinero de quienes desean juzgar alguna maldad.
Es un desafío sorprendente involucrarse en el lograr una amistad, todo me parece una cadena de mentiras y nadie desea ser el héroe o la heroína en este tiempo carente de reflexión espiritual. Son aleteos fascinantes de pestañas que brotan tras la búsqueda de un mundo ya grabado y que las mentiras violan nuestro ingreso a un nuevo ciclo. Siempre se debe caminar por un corredor para que gente extraña, no tome nuestros brazos y busquen violar nuestra dignidad como ser humano. Aproveche, aquella tarde para huir, nunca vi caer el sol, ese amanecer. Salí de luto, porque no esperaba esa despedida que se constituyó en pocos meses en un verdadero argumento para un artículo. Todo en la vida se da, por un apretón de manos y, debemos darnos valor para generar historias compartidas, no basta llorar a gritos lo ya anunciado.
Somos precoces y divorciados de la existencia humana, donde vamos dando conciencia a una libertad para justificar lo sexual, como sus secretos.. Nuestra voz, nunca puede estar compungida, tampoco podemos plantarnos ante la inmensidad del tiempo, simplemente soltemos nuestros misterios para alucinar risas que nos guíen la conciencia para colar ideales con un misterioso emblema de detalles que parecen normales y nos llevan a recapacitar bajo una minima aceptación que en el lustro se traduce como traición y, después nadie se calla, hay personas que ponen a llorar a los demás y se dedican solo en escuchar consejos de quienes se dicen sus amigos, solo basta estar en la zona de fuego.
