Aquella mañana, era el día de la confesión general, todos ya en fila para entrar al templo. Ya no tengo voluntad de confesarme porque he perdido la fe en el hombre religioso, nunca me ha gustado que la religión riñe con el erotismo, puede ser con la ciencia. A Leonarda le explique mi distensión con el cura del Seminario Kermaria y el anciano de la asamblea protestante donde me congregaba y bauticé, simplemente todo es un dogmatismo falso sobre la realidad y soy muy sensible y despierto para lanzarme fácilmente a un redil de ideas comunes, porque, a la larga la búsqueda de la verdad se encuentra en la esencia de uno mismo y que necesitamos morir para descubrir esa verdad.
La única idea que tenía el sacerdote era lanzarnos a la piscina, enfurecer al débil, acosarnos y humillarnos hasta lo último con una imagen de Rafael Caldera en un cuarto oscuro y gritando consignas a su favor en una silla, colocado sobre ella y con la puerta cerrada. Obviaba que, allí nos encontrábamos personas sensibles y que deseamos como fin, liberarnos de algún sufrimiento de carácter ético. El resto del tiempo, visitaba el altar para ver a las jóvenes pasar al rosario, luego de ir al liceo militarizado Jáuregui. Comprendí a la vida, como portadora de un sereno sueño que cristaliza nuestras almas.
A la subida, sucedían sueños extraños desde Las Pavas hasta el lugar santo. Los pájaros encantados con el follaje de los árboles dejaban sentir su trinar, hasta que una mariposa atrajo mi atención por sus colores, tenia un vuelo fascinante y detrás de ella, una hoja seguía su viaje por los troncos mohosos y se detenían ambas en los lugares para anidar orquídeas, eran lugares de serpientes venenosas y pequeños gallinazos que se escondían en la espesura del bosque, eran un reto ante nuestros ojos.
Los curas generaron miedos en nuestra juventud, en realidad estimularon la apatía hacia los problemas sociales y la afectividad, algunos amigos preconizaron en su primera etapa de matrimonio conflictos de apareamiento frente a sus parejas y ya profesionales, tuvieron que entrar en terapias para generar terapias consigo mismos.. El Estado político era cómplice y nunca reacciono al respecto y, hoy observamos una sociedad completamente deformada y permisiva. Simplemente, en ese momento nos cruzamos de brazos y fuimos descalificados por la falta de coraje para enfrentar la realidad y, simplemente el cura guía no deseaba nuestra intimidación con las jóvenes del lugar, escape del seminario un jueves por la noche, luego de visitarnos un joven dirigente socialcristiano quién, hoy funge de gobernador de un Estado andino.
Mi amistad con Teresa estimulaba mi alma., desinteresada como siempre, le preguntaba al guardia nacional sí me encontraba en el campamento de la antigua compañía de energía eléctrica o en Colon, estudiando en el Tulio Febres Cordero. Su presencia ya era indispensable para mí, solo su presencia, me daba apoyo emocional y su alegría era compartida. Uno de nuestros puntos vitales es que respetamos nuestra libertad y teníamos el mismo espacio por acto voluntario, era el verdadero ejercicio de la fe.
He comprendido que tenemos un factor vital, arriesgarnos y no sucumbir ante los detalles del enemigo. Solo al pasado regreso tras la búsqueda del fuego que despierta en mí, la pasión y el querer, dos ingredientes para despertar el amor. Procure, estar en la asamblea siempre, para orar y litigar con Dios, el fin era descubrir un camino ya trazado por ese pasado para llenarme en el trayecto de pasión, y espíritu de fuego a mi cuerpo, esto me ayuda a estar a un silencio permanente ante la vida. Los curas desconocen la paz de una oración. Ahora, comprendo que la mejor oración es amar y darle significado a mi sentir, estoy en el universo, ahora, buscando mi corazón.
Todos los momentos resultan perfectos, siempre que la palabra trance un dialogo para volver a nuestras reminiscencias y lograr que nuestro cuerpo no se toque y se abrace con los espectros del aire, que, solo se dejan ver por la electricidad que fluye en nosotros de una manera física para profanar los altares cristianos. Ahora, pueden comprender lo embrujado de sentirse enamorado y porque no dormimos, flotamos libremente a la vista de toda cabellera, que, se adhiere a nuestro cuerpo como si fuese un hechizo para convertirnos en un cristal de roca.
La Sierra Nevada, en Mérida, cuenta con el permiso de mis profesores limeños de la Universidad de San Marcos para entrar en un refugio, el centro donde me une a lo profundo, para, seguir integrándome al proceso de las masas y librar el gran combate de mi vida para triunfar y dejar la mirada atónita de mis enemigos. Es solo cambiar de escenario. Dios no es un concepto, el error más grande de los protestantes e ingleses ha sido confundir a Dios con un concepto de Jesús, tengo la energía de mis Libertadores para avanzar en la Serranía y abrazar el amor hasta perder la noción del tiempo, lo obligante es vivir porque somos una noción del tiempo. No puedo dormir, ya son varios días, no deseo hablar con nadie. Se fue en un cielo abierto al norte y, ahora se me produce la pérdida de Valentina. Así que, tengo que confrontar de nuevo los laberintos de mi alma, estoy entre la fuente del amor y el odio, no puedo seguir dividiéndome. Eso, lo amenaza con volverme evasivo, viajo a la Sierra por su paisaje y ver el agua bañarme en su abrazo con la naturaleza.
No deseo seguir la ruta del engañado, por el cuento de mi carrerita universitaria y el futuro asegurado. La vida nos da una sola sentencia, le dije adiós al Seminario Kermaria, le dije adiós a los falsos protestantes y revolucionarios que ambicionan y engañan al nuevo rutero del trazado camino y nos lleva a Unasur. Total, mis luchas estudiantiles quedaron atrás. Solo me provoca leer textos e historias, un alma con una vida espiritual que despierte simpatía y pasiones, es descubrirme ante Eugenia.
