La función de la Iglesia en las comunidades ha fracasado por interactuar en el campo político y desvirtuar la fe, aunque los colectivos aspiran asumir con decoro y justicia la espiritualidad que siempre han manifestado en sus rezos por su gente y quienes se encuentran en pobreza. Latinoamérica está hecha a base de brechas y desigualdades sociales, siendo Venezuela la más afectada por la acción de los refugiados y personas provenientes del mundo asiático y de nuestro Continente para asentar bases económicas en nuestra región. La Iglesia ha dejado de clamar por los pobres para pactar en lo político y crear liderazgos que dimensionan al individuo a situaciones a veces dramática.
Hay que construir la visión de un venezolano con disposición al trabajo y un gran amor por la democracia socialista, que, sepa elevarse bajo cualquier concepto hacia un ideal que esté relacionado con sus costumbres y hábitos. Y, se dedique a la investigación, a la vez, un profundo amor a la naturaleza. Asumamos, la responsabilidad de ver en el Libertador Simón Bolívar la espada guía del pensamiento latinoamericano. Hay que desarrollar nuevas políticas económicas y de intercambio comercial, teniendo al Sucre, como eje de relación comercial e involucrar al sector agrario y artesanal a este empuje del Poder Comunal en sus distintas fases de acción proselitista.
La fe, constituyo un elemento clave en la evolución de los pueblos indígenas. El Estado viene fijando un criterio multiétnico para darle autenticidad histórica a las distintas formas de convivencia humana y como los instrumentos normativos abordan la visibilidad cultural de una cosmogonía indígena nacida en el Sur. Son luchas históricas de nuestros pueblos que han marcado un postulado novedoso en el imaginario venezolano.
En esta cumbre de Mercosur, el debate para descifrar los linderos comerciales serán muy interesantes, porque, los trámites deben disminuirse para adquirir productos plásticos, vidrio, cerámica, algodón, seda, leche y madera. El Tratado de Libre Comercio para los países de poca densidad poblacional y corporativa, fue uno de los ejes debaticos de esta reunión de presidentes.
Estamos frente a un nuevo campo tecnológico y de las redes sociales. Vivimos un proceso de transformación sociopolítica y tecnológica, gracias a ese hermoso mecanismo que es la fe. El Cristianismo avanza y compromete la vida de los pequeños hacia un ideal de cambio geopolítico, pero, la burocracia compromete la misión de avanzar hacia una tecnología utilitaria, porque grupos de ciudadanos buscan asumir el control del Estado y la Sociedad Civil Progresista así lo entiende, lo importante es seguir transitando el camino de las alianzas. A pesar de las críticas manejadas por un sector poblacional, hay credibilidad y existe un modelo de confianza en los medios públicos. Existiendo una optima valoración por la libertad de expresión y la libertad. Son espacios que miran hacia el pueblo y desarrollar una repercusión en todos los estratos sociales.
Hay que entender nuestra comunidad de destino. Para nadie es un secreto, las fases de una confrontación real y el contexto en que manejamos la homogeneidad de cada situación política y económica.
Hay que fomentar la economía para sustentar trabajos sólidos y creativos, donde la familia se incorpore al desarrollo del país y se logren asentar raíces para unir la familia bajo criterios sólidos de cooperación social, dejando atrás ese mundo nefasto de la improvisación y desorden en cualquiera plataforma de la estructura del Estado Venezolano. Vemos con fe la actitud cristiana en estos días y el país debe tomar su camino para vencer las dificultades y las motivaciones que provocan el miedo. La población está marcada por el legado democrático y nuestra sociedad es exigente al visualizar sus probabilidades y perspectivas. Estamos en un debate de ideas pluralista y nuestra conducta debe ser convincente.
