Aventis.
Estamos frente a la
última etapa del Neoliberalismo, donde existe una expresión consagrada de un
dilatado y extendido proceso de guerra financiera contra países latinos, los
Estados dolarizados en el Sur son: Ecuador, Salvador y Panamá, Argentina estuvo
muy cerca. La idea es cercenar los espacios de gestión económica del Estado y
dar un certero golpe a la capacidad de decisión política en la investidura
presidencial.
En la práctica, la dolarización
se traduce en Neoliberalismo, en el desmontaje del Estado con respecto a la
economía. El carácter de nuestro dinero- Bolívar- se viene deteriorando como
unidad de cuenta, medio de cambio y de depósito de valor. En la economía
venezolana existe una inmensidad de productos que utilizan como unidad de
cuenta al dólar. Su precio es definido en dólares y, luego es traducido al
valor local, tomando en cuenta su valor más elevado, la inflación, mientras
tanto se come los activos y los trabajadores ven mermadas su estabilidad
social.
Aunque algunos voceros
insisten que la dolarización en Venezuela es descartada, todos reconocen el
valor de la moneda extranjera en el país y su peso.
Esta consideración
sobre la moneda extranjera viene generando impactos sociales fuertes por la
brusca pulverización del bolívar, generando mayor presión sobre la taza del tipo de cambio y en la desconfianza del bolívar
como moneda de reserva, ahorro y
patrimonio, originando un círculo vicioso de mayor devaluación e inflación. Pérdida
de confianza y el poder de compra de los salarios y descapitalización de los
venezolanos.
Desde 1983, no hemos
tenido una conducción de equilibrio macroeconómico y el apalancamiento
bancario, cada vez que se produce la devaluación se licua la deuda de crédito
personal.
La dolarización suele
ser un fenómeno espontáneo a través del cual, las personas buscan protegerse de
la erosión que sufre el poder de compra de la moneda nacional.
La contracción de la producción
nacional, las desmesuradas emisión de dinero, son un respaldo para financiar el
déficit fiscal y la caída de las reservas internacional que se han juntado para
pulverizar el poder de compra del bolívar. Ya en la década 1980- 1990, con la
definitiva imposición del capital financiero- especulativo sobre Latinoamérica,
la dolarización representaba una consecuencia lógica ante el saqueo propinado
aguas abajo por la burguesía nacional, desde los principios del Siglo XX,
teniendo una implicación parasitaria.
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