Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

viernes, 25 de diciembre de 2015

Ajustadores tras las batolas

Fusión y Convivencias
Ajustadores tras las batolas
Nunca, debemos sentirnos afectados por los proyectos.  Cada actitud nuestra debe guardar silencio ante lo universal,  dar una buena conversación es un buen alivio,  la familia se distancia ante los egoísmos y competencia.
Siempre he estado solo, evito las preguntas indiscretas y poco salgo del apartamento.  Los niveles de inseguridad es un desastre y la delincuencia es un activo del gobierno, siempre con las leyes encerradas para no aplicarlas,  en ocasiones visito los centros comerciales para observar las ofertas y comprar lo que me agrada,  he sentido interés en apreciar lo que dicen las damas de sus intimidades para luego escribir una apología de esas conversaciones.
Siempre, habrá un silencio, en estos días tuve la oportunidad de visualizar a mi ex compañera de trabajo, Milagros, la hacía casada ya, pero no. Todo ha marchado bien en esta navidad, de la casa comunal, voy al mercado y de allí a escribir, estos días de navidad son de silencio para mí. Gracias a Dios son temporadas muy cortas y no hay compromisos marcados del día por día.
Elisabeth, fue una monja muy agradable, usaba unos sujetadores muy finos porque así fueron sus senos, siempre me regalaba manzanas y peras, comía algunas veces en el monasterio con las monjas, era muy querido por ellas, algunas usaban corpillos muy ajustados  y poco entraban al salón de oración a rezar. En ese tiempo, muy jóvenes hablaban de su mañana y como se debía organizar los alimentos y la merienda. Todas se regocijaban tenerme allí, como un conejillo de indias.
La expresión de sus miradas eran un enigma, sus blúmeres y sostenes  le lucían, detrás de esos faldones de religiosas.

En el Diario Hora Cero, le escribía a las misses, se alojaban en el antiguo hotel Intercontinental y luego enviaban juegos de fotos a la redacción, simplemente era el elegido para redactar sobre ellas, en ese momento de mi vida era un espectáculo observar todo lo que hacía y las últimas tendencias de la moda eran trapos, guardados en un maletón llevados por un personal exclusivo, contratados por una televisora nacional.

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