Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

viernes, 18 de diciembre de 2015

Tu cuerpo en la pradera

Fuente Literaria.

.Es tu cuerpo desnudo en un baúl con muchas espinas,, brota sobre tu frente los pensamientos y la inocencia me llena de locura y como mujer, tu vientre terso declara mi independencia y vuelo como pájaro a mi aposento en la Cordillera Andina. Eres mujer descrita en la cama, brota sobre tu pecho el rocío de la noche.
Escucho un gemido en el potrero,
Y dos cuerpos satisfechos.
Desde la garganta brota una luz que nos ilumina
Y una espina entra en el vaivén.
Es una flor abierta que posee secretos de amor
Y las gotas de sudor y de tu sangre huelen  a mi carne.
Allí la espina se doblegan

Son cuerpos desnudos en un camino de espinas
Donde se encienden los besos y allí, abiertos.
El pétalo oloroso y húmedo  baja al Monte de Venus.
 
Son manos que se buscan de extremo a extremo
Son caminos de sombras.
Es la piel del pebetero. Entre sombras.

En el potrero, esta noche fue llena de amor
Un libro abierto, donde te escribí de extremo a extremo.

Esa noche, fue hermoso amarte y ver tu cálida sonrisa
Fue hermoso, amarte y ver tus cálidas sonrisas-
Una noche buena, te reconocí por tus manos.
Mi piel se  impregno, te conocí, algún día
Iremos  a la playa.  Para batir el  cabello.

Dijiste amor y me preguntaste, hoy no hay amor
Fue esa noche especial.
Pude ver tu esencia y entrar al túnel y fuiste un libro abierto.

Deshoja la tristeza y recoge los anhelos
Sin miedo, escribí mi pasión, desahoga la tristeza.
 Y recoge los anhelos, sin miedo, escribí mi pasión.

Perdí la cuenta, besándote, labrando mi fantasía
Me dijiste amor e impregne  mi piel de ti
Hoy dijiste, amor te quiero un poco.

Son cuerpos desnudos que se buscan entre las sombras.
De extremo a extremo.
La lluvia mojo las praderas, vestiduras dirigidas por el puño
Del temblor.

Se arrodilló el caballero y los ojos vacíos
Como esponjas, fue un relámpago al pasado
Y con todo, hiriendo mis costillas,

Es la Cordillera moldeada a martillo con negra voz en vestiduras
Divididas
Y en medio del café quebré la taza e hipnotice tu cabellera.
Salté y temblé en el frente con la espada y a sangre de morir
Y tiene sabor.

Las aguas del chama, son como un olivo y el gallo cantó
Hasta el amanecer y tu café coriano me quitó el sueño.

Tal vez, es el momento. Nada más el viento. La espina traza un mapa en la espalda
Y el aletazo frío de la noche, tiembla ante el viento.
El pasado me busca, no me deja dormir, sollozo en la sopa silenciosa,
Las tinieblas dan cuenta a la taza y entramados, la casa de mi amor
Esta muerta, sin calor y vacía
Emiro Vera Suarez. 2015, diciembre.




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