Fuente
Literaria.
.Es tu cuerpo desnudo en un baúl con
muchas espinas,, brota sobre tu frente los pensamientos y la inocencia me llena
de locura y como mujer, tu vientre terso declara mi independencia y vuelo como pájaro
a mi aposento en la Cordillera Andina. Eres mujer descrita en la cama, brota
sobre tu pecho el rocío de la noche.
Escucho un gemido en el potrero,
Y dos cuerpos satisfechos.
Desde la garganta brota una luz que nos ilumina
Y una espina entra en el vaivén.
Es una flor abierta que posee secretos de amor
Y las gotas de sudor y de tu sangre huelen a mi carne.
Allí la espina se doblegan
Son cuerpos desnudos en un camino de espinas
Donde se encienden los besos y allí, abiertos.
El pétalo oloroso y húmedo baja al Monte de Venus.
Son manos que se buscan de extremo a extremo
Son caminos de sombras.
Es la piel del pebetero. Entre sombras.
En el potrero, esta noche fue llena de amor
Un libro abierto, donde te escribí de extremo a extremo.
Fue hermoso, amarte y ver tus cálidas sonrisas-
Una noche buena, te reconocí por tus manos.
Mi piel se impregno,
te conocí, algún día
Iremos a la playa. Para batir el
cabello.
Dijiste amor y me preguntaste, hoy no hay amor
Fue esa noche especial.
Pude ver tu esencia y entrar al túnel y fuiste un libro
abierto.
Deshoja la tristeza y recoge los anhelos
Sin miedo, escribí mi pasión, desahoga la tristeza.
Y recoge los
anhelos, sin miedo, escribí mi pasión.
Perdí la cuenta, besándote, labrando mi fantasía
Me dijiste amor e impregne mi piel de ti
Hoy dijiste, amor te quiero un poco.
Son cuerpos desnudos que se buscan entre las sombras.
De extremo a extremo.
La lluvia mojo las praderas, vestiduras dirigidas por el
puño
Del temblor.
Se arrodilló el caballero y los ojos vacíos
Como esponjas, fue un relámpago al pasado
Y con todo, hiriendo mis costillas,
Es la Cordillera moldeada a martillo con negra voz en
vestiduras
Divididas
Y en medio del café quebré la taza e hipnotice tu
cabellera.
Y tiene sabor.
Las aguas del chama, son como un olivo y el gallo cantó
Hasta el amanecer y tu café coriano me quitó el sueño.
Tal vez, es el momento. Nada más el viento. La espina
traza un mapa en la espalda
Y el aletazo frío de la noche, tiembla ante el viento.
El pasado me busca, no me deja dormir, sollozo en la sopa
silenciosa,
Las tinieblas dan cuenta a la taza y entramados, la casa
de mi amor
Esta muerta, sin calor y vacía
Emiro Vera Suarez. 2015, diciembre.
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