Aventis
Los criterios sobre
rentismo petrolero, debe afrontar un conjunto de ideas para la transformación
social y, no para crear consignas que determinen una postura ideológica
desigual en la geopolítica mundial y Latinoamérica. Lo cual, viene incidiendo
en una confrontación que nos ha llevado al rompimiento de un conjunto de bienes
patrimoniales y que ha roto las ventajas competitivas de nuestra educación que
nos viene llevando al colapso y el modelo cubano no ha sido benevolente
con nosotros, porque los valores del
Capital Social Cubano es interpretado en otros términos y sus políticas
públicas, son más de consenso.
Olvidamos, que nos
encontramos en un tiempo postmoderno de nuestra historia y debemos ir al
mercado internacional con nuestra producción y no estar creando y permitiendo
corporaciones de maletín que dañan nuestra economía interna. Insistimos, en
tener amistad con países que literalmente son nuestros enemigos y que en nada
nos favorecen por su lejanía en la captación de un mercado más ágil.
Las colas y los
desarreglos financieros no es el producto de una Guerra Económica, sino, es la
acción de factores nefastos a nuestra cultura aborigen milenaria y al proceso
de descentralización que se adoptó en el pasado y que nuestro Comandante Hugo
Chávez Frías, acopló a los nuevos tiempos. A esta supuesta Guerra Económica y financiera
se le agregaron los bachaqueros y algunas líneas de mando militar que controlan
y vigilan la llegada de gandolas y camiones con alimentos e insumos a los
puestos de venta para beneficiar al pueblo, que todavía ignora muchos detalles
de la realidad nacional.
Se viene creando
distorsiones en el mercado local, por carencia de una cartera pública de
financiamiento reciproco. El consumidor, está más ansioso por los determinantes
políticos que determinan su erosión en
el sueldo y captación de productos básicos. El gobierno, viene caracterizándose
por tener oídos sordos al clamor popular, pero, no se le escucha a
revolucionarios ávidos en economía, ya que las políticas públicas se encuentran individualizadas y las estadísticas
son ignoradas y no mostrada en público.
Hay que rediseñar los
nuevos proyectos. Bajar las pasiones y los riesgos- país. Es necesario escuchar al pueblo y resolver
sus demandas, la suerte nuestra, no es el petróleo, sino la producción y la
agricultura.
Necesitamos más
financiamiento, aunque nos resulte costoso. El venezolano, trabaja con fondos
prestados a cualquier nivel.
Más allá de las
contracciones económicas, debe existir una economía que maneje sus flujos de
cajas en base a una plataforma tecnológica acorde con el contexto en que nos manejamos. Los portafolios bursátiles deben ser
manejados por gente conocedoras del ramo, fuera de todo dogmatismo y frenesí
ideológico.
Hay que romper la cascara
y regresar a una realidad cierta de nuestros tramos socioeconómicos.
Dejemos de financiar a
tanta gente que no quiere trabajar por el país, basta de parásitos, debemos
ofrecer una economía en tiempo real que va desde la congelación de precios en
la canasta diaria. Necesitamos aumentar las ganancias en dólares y aportarle al
nivel sanitario, las enfermedades en el pueblo se aceleran por carencia de
fármacos y los enfermos de cáncer aumentan porque las transnacionales operan
sus fábricas sin regulaciones del Estado sobre algunos productos químicos utilizados,
por ejemplo, en la elaboración de azúcares y plástico.
Deseamos un cambio y
una mejor perspectiva al país, el presidente Nicolás Maduro necesita del apoyo
de cada venezolano, enraizado en un solo sentimiento común, la patria de Los
Libertadores.
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