Aventis.
Los escándalos
izquierdistas resurgen en Suramérica ante la impericia del conocimiento
político, que, da lugar a la derecha avanzar en los sectores oprimidos que
anteriormente constituían sus frentes de acción popular. Ahora la dirigencia política
poco motiva a las masas populares, menos los militares que direccionan el
sistema agroalimentario nacional, craso error del presidente Nicolás Maduro
Moros, buscando fuerza política en su entorno al fallar las premisas claves de
ejercicio parlamentario en los territorios claves, por ser núcleos de sufragios
potenciales,
La derecha, obtuvo un
triunfo moderado en las elecciones municipales de Chile. Las campañas
electorales se pierden al no respetarse las reglas y desviarse las
responsabilidades políticas. Para cambiar, hoy, el sentimiento del voto en este
gran Continente, hace falta más que un gabinete en acción y, quienes rigen la
dirección de las votaciones ya no cuentan con el apoyo del pueblo, más en
Venezuela, donde los Consejos Comunales son orientados hacia la corrupción de
servicios y el manejo de herramientas, se convierten en círculos cerrados de
prioridad para los núcleos de poder y no para la ciudadanía.
Los procesos políticos,
exigen puntualidad y disciplina en los acuerdos, ya la ciudadanía se encuentra
cansada de los anuncios de gobiernos progresistas que dificultan los
planteamientos en el crecimiento orgánico de las masas a favor de nuestros
candidatos a la Asamblea Nacional y
gobernaciones, poco generan confianza porque poco ejercen trabajos comunitarios
a favor de la base popular representada por el pueblo. Además el sentir popular
va en vía contraria al rompimiento del hilo constitucional y, para eso, no fue llamado
el bolivarianismo ya que venimos perdiendo fuerza en la implementación de
programas de trabajo popular.
El presidente Nicolás
Maduro Moros, en nuestro caso, se le dificulta el trabajo en las bases, porque
sus portavoces prefieren estar en las puertas del mercado tras una bolsa de
comida y seguir manteniendo a las personas en largas colas y, los votos restan
sí, hacemos un sondeo, por ejemplo, en un conjunto cerrado familiar de 37
familias chavistas, solo resta una sola familia y, en una familia de seis
miembros, uno solo defiende la propaganda bolivariana, más no el voto o
sufragio, esto, está en los números, dejemos de engañarnos.
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