Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

domingo, 26 de febrero de 2017

Bipolaridad y una Venezuela torcida



La Tecla Fértil

*Los principios regidores de la patria, deben respetarse.
La discapacidad de origen psiquiátrico implica menor escolaridad y menos ingresos en lo económico, todo lo cual va de la mano con la pobreza y la marginación social que estamos viviendo, el regalo de tarjetas, no implica que estemos mejor económicamente Hacer el diagnóstico correcto y otorgar tratamientos adecuados son a la vez un imperativo ético y un manejo correcto de los recursos en salud. 5 a 7 de cada 100 personas sufren de diabetes. De 5 a 7 de cada 100 personas sufren de depresión bipolar. La conclusión evidente es que existen tantas personas enfermas de depresión bipolar como personas                      enfermas de diabetes. Es frecuente ver al paciente bipolar con diagnósticos errados de: esquizofrenia, depresión unipolar, |déficit de atención, o problemas de personalidad, A diferencia de la diabetes, la depresión bipolar debuta en los primeros años de la vida. Crecer bajo el influjo de una bipolaridad da por resultado un niño o joven inestable en lo emocional y con una tendencia a actuar con impulsividad. Las consecuencias esperables son problemas de conducta, mal rendimiento escolar, tendencia a sufrir accidentes, sexualidad precoz, y consumo de sustancias adictivas. ¿Qué es la bipolaridad? Es un tipo de depresión heredable. Los estudios genéticos han permitido identificar a los genes responsables del cuadro. La misma es una enfermedad médica, no una invención de la psiquiatría, tampoco es una debilidad del carácter.
El paciente bipolar es por lo general una persona con síntomas depresivos, y a lo que se agrega algún grado de hipomanía o pequeña euforia. Una mínima parte de los pacientes presenta un cuadro de euforia o manía evidente.
La bipolaridad es una enfermedad de buen pronóstico, de tratamiento fácil y seguro. El tratamiento médico otorga estabilidad completa en la mayoría de los casos. Convivir con una bipolaridad resulta simple. Sólo se requiere un tratamiento farmacológico adecuado y hábitos de vida saludables.

Se debe sospechar este cuadro en aquellos pacientes con tratamiento psiquiátrico que no mejoran. Existe un universo importante de pacientes bipolares no diagnosticados o maltratados. Tener una bipolaridad es tan probable como tener diabetes y al aparecer en las primeras etapas de la vida urge considerarla como una posibilidad real. El problema es cuando las personas asumen el diagnóstico como un insulto y se niegan a tomar fármacos. El problema es mayor cuando los padres deciden por sus hijos y los privan de los tratamientos necesarios.
Con respecto a la fiscalización poco se hace, todos nos estamos convirtiendo en enfermas más el hambre, las justificaciones se están manejando de una manera muy exigua. Además, la gran mayoría de las fiscalizaciones se realizan en forma reactiva, los CDI  se encuentran llenos de enfermos incidentales, ya hay daños al medio ambiente. Por otra parte, aplicar la normativa ambiental significa muchas veces cerrar la planta por un tiempo, lo que trae como consecuencia que la gente pierda su fuente laboral; en este sentido la normativa ambiental y la prevención de riesgos son de orden político-técnico, y a veces prima más lo político que lo técnico.

De los impactos medioambientales de la región, destaca el uso indiscriminado de las dunas para la construcción y las descargas de las termoeléctricas, que hacen que las temperaturas del entorno sean cercanas a lo cálido como el Caribe. Esto significa un impacto directo en las personas, y lo realizan empresas que están certificadas por la norma ambiental. En la Región de Valparaíso, las Cuencas Hídricas en Venezuela, son las   zonas más afectadas  , donde está muy cerca el material particulado menor a 5 micras.

La mejor forma de prevenir la contaminación es con la educación de los niños en pro del cuidado del medio ambiente, porque ahora estamos tratando de cambiar mentalidades y la modificación de conductas es lo más difícil que existe en prevención de riesgos. Lo que les queda a instituciones como zonas educativas y recreacionales otras es reducir la subproducción de arbustos verdes, eso es más barato que recuperar los daños medioambientales que ya han dejado.
Estamos enfermos, de una u otra manera
Debemos hacerle un aporte positivo a una sociedad más gregaria, justa, cordial, que busca dejar de lado ese individualismo inerte, que a veces cultivamos por ganar en aspectos materiales y no nos ayudan a apreciar las cosas que son realmente importantes y que llenan nuestra alma. Los conflictos medioambientales en Chile y Venezuela son abismantes y los recientes casos de contaminación en La Greda y Lago de Valencia, así lo demuestran. A lo largo del país hay distintos impactos ambientales, dependiendo de su localización hay un problema ambiental y bipolaridad

Los riesgos de la contaminación del medio ambiente pueden generar enfermedades en las personas. Tal es el caso de las descargas de residuos en el mar, que generan daños en la población acuática y que a futuro pueden significar una intoxicación por consumo de mariscos en las personas, esto porque los mariscos son los que limpian el suelo marino, y lo más limpio que tiene el suelo marino son las fecas humanas, el resto son metales pesados y otros productos tóxicos. Hay un montón de elementos tóxicos que consumen los mariscos que comemos.

De los tres recursos fundamentales -aire, suelo y agua- lo más riesgoso para el planeta es la contaminación por aire. Siempre hay posibilidades de tratar el agua, se pueden disponer los residuos sólidos y lodos que generan las plantas de tratamiento de Riles, pero lo que uno aspira no se puede tratar, va directo a los pulmones.
En muchos aspectos, estamos enfermos.

Aunque Estados Unidos es el responsable de haber internacionalizado el Halloween, sus orígenes se remontan a Europa antes del nacimiento de Cristo. Del otro lado del Atlántico, el Día de los Muertos es una fiesta mexicana que año a año gana terreno entre el público internacional.

Una y otra fiesta se celebra con un día de intervalo (31 de octubre - 1 de noviembre) y tienen tantas similitudes como diferencias.

Halloween se originó en el seno de los pueblos celtas regados por Europa Occidental, específicamente en Inglaterra, Escocia, Irlanda y norte de Francia. Ellos celebraban cada 31 de octubre el Samhain, fiesta que significaba un cambio de época que se aplicaba a las estaciones y las cosechas, pero también al mundo que separaba a los vivos de los muertos. Los druidas, sacerdotes paganos, creían en la inmortalidad del alma y aseguraban que el 31 de octubre los muertos volvían para pedir cosas y comida.

El Imperio Romano ocupó los territorios y no solo asimiló la fiesta, sino que la mezcló con la suya propia, una que celebraba la producción de cosechas y era ofrecida a Pomona, diosa de la fruta. Durante los siglos VIII y IX, la Iglesia Católica trató de suplantar la festividad pagana imponiendo el Día de Todos los Santos, celebrado cada 1 de noviembre.

La tradicional fiesta celta llegó a Estados Unidos en el siglo XIX, difundida por inmigrantes irlandeses. A comienzos del siglo pasado se popularizaron las calabazas, las fiestas de disfraces y el famoso "trick or treat" como manera de pedir dulces. El cine y la expansión económica del país por todo el mundo convirtieron al Halloween en una celebración global.

En cambio, el Día de los Muertos surge en algunas partes de Centroamérica donde se asentaron las culturas Maya y Azteca. Los indígenas creían que cuando una persona moría, su espíritu continuaba viviendo en un lugar llamado Mictlán, creado por dioses benévolos. Allí permanecían hasta que llegaba la fecha de volver a sus hogares para visitar a sus parientes, una vez al año.

Los españoles trajeron a América su celebración del Día de Todos los Santos, rito que se mezcló con el de los indígenas. Aunque originalmente se conmemoraba en agosto, se eligió el 1 de noviembre para celebrar ambas.

El 1 de noviembre se celebra el regreso de las almas de los niños, mientras que el 2 es para las de los adultos. En ambas fechas, hay calaveras por todos lados: en disfraces, en artesanías, en dulces. Las tumbas y las calles se llenan de arreglos florales y se alzan altares en honor a los difuntos. Incluso el Día de los muertos ha sido declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Personalmente debo decir que el famoso Día de Brujas sólo es la excusa para que el comercio incremente sus ventas a punto de calabazas y calaveras. Y por esta razón, ni dulces les doy a los niños que han llegado a tocar mi puerta disfrazados de vampiros o hadas.

En cambio, al Día de los Muertos le encuentro más sentido porque es un estado que en algún momento experimentaremos, porque es así la cadena de la vida que se termina con la muerte y es la oportunidad para acudir al cementerio a dejar una flor o una oración a aquellos que nos antecedieron en este camino.
La palabra nos hace libres y a la vez, responsables. Tener el coraje de atrevernos a denunciar responsablemente es una conducta que debiéramos tener incorporada en estos tiempos, donde es más fácil cultivar la libertad de expresión, pero siempre dando la cara.

Por eso valoro tanto e insisto la importancia de no tener miedo a decir lo que pensamos o sentimos, pero siempre en un margen de respeto. Si bien hay veces en que nos volvemos viscerales o bipolares ante un hecho particular, lo cual me ha pasado, debemos tener la capacidad de recapacitar o bien contar hasta diez cuando estamos exponiendo ante el otro nuestro problema para no exaltarnos y así no se desvirtúe nuestro mensaje y comuniquemos lo| medular.

Sepan ustedes que no es necesario ser periodista para tener la valentía de interpelar al otro cuando sentimos que sus hechos nos afectan. Sólo hace falta tener la convicción de que nuestros pensamientos valen y que no necesitamos escudarnos en otros para hacernos escuchar.

Cuando una persona trata de evitar expresar sus opiniones o no hace lo que le gusta por miedo o temor a desagrados, lo único que consigue es sentirse mal consigo mismo. Si usted se identifica con este tipo de personas, considere que puede expresar sus opiniones sin temor a no gustar a los demás. Esto es así porque, entre otros aspectos, cada persona debe tener confianza en sí misma y aceptarse tal como es: como un ser pensante y opinante.

Sólo así, sin temores de ninguna especie, cada uno podrá ejercer el poder que tiene, para generar los cambios que nuestra sociedad necesita.
Y, todos sabemos las violaciones de ley que han ocurrido y valga estos días para entender la falsedad de una realidad, porque ha sido manipulada en diversas ocasiones.







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