Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

miércoles, 1 de febrero de 2017

De Maduro a Trump, De Trump a Zamora

Hombres que hacen historia,

Los ingleses, siempre han controlado el área de Las Antillas y el Caribe. Su mejor negocio desde la colonia es la trata de esclavos, bajo el influjo del cristianismo protestante y, lograron que algunos blancos se insertaran en el campo agrícola, para que sirviesen de espías.
Aparte de que somos indígenas, pertenecemos a una raza híbrida que el Estado, debe estar muy vigilante, porque, nos quedó de los españoles el fetichismo, idolatría y ser un poco ágiles con las manos.
En Las Antillas, todo era controlado, como lo exprese, por los ingleses, que amuellaron sus barcos en Haití, República Dominicana para descansar y esperar otras embarcaciones y, proceder al acto de piratería, o intercambiar esclavos, y mercaderías con la Nueva Granada, un paso hacia Panamá y el Pacifico. Los colombianos, estaban ansiosos por conquistar América y sus adyacencias, hasta llegar a México. Siempre, esperaban con ansiedad al General Simón Bolívar para avanzar sobre el Istmo y, tomar como soldados, algunos esclavos que, por su color y conocimiento en la cocina, eran más aplicados y, sobretodo disciplinados.
A Brasil, solo le interesaba adentrarse en La Amazonia y mediante la propaganda religiosa, apoderarse de las riquezas que poseían los grupos étnicos. Ya empezaba la devastación de los pueblos aztecas, incas y mayas, Aunque las pequeñas etnias, como Los Mapuches originarios de Chile, eran fáciles de dominar por los traficantes extranjeros, llegados de Europa.
Enrique Peña Nieto, como presidente de México, debe leer más. Claro, sobre la historia de su país. Ningún mandatario de esa tierra, se ha preocupado por su pueblo. Los han esclavizado, ahora, son parte de un tráfico comercial, pero, no quieren los empresarios mexicanos pagar aranceles, porque existen convenios vencidos, que poco se han renovado. Sobretodo, en la rama textil y de vehículos. Ya, en éste siglo no se pueden permitir algunos prejuicios para naciones específicas que se ahogan en el gasto militar y el mantenimiento de un comercio, por demás ilícito.
Acá, en todos los convenios comerciales y Tratados, debía estar la Iglesia, que, con sus misterios y secretos, con el abrigo del estandarte de La Cruz Cristiana, rasgaba los tributos del esclavismo para recibir un dinero en peso, oro, café, agua y piedras preciosas, mediante el pueblo y los indígenas, que, constituían una clase social de infelices, pertenecientes a un grupo social desvalido.
El gobierno mexicano, siempre ha sido bárbaro y grosero hacia el pueblo. A sabiendas que, es esclavizado por los norteamericanos, solo le interesaba las cuotas de participación en la banca universal. Y, como las Corporaciones a través de los decretos de la Providencia mexicana recibe, a tiempo, grandes cantidades de dólares, cancelados por los industriales norteamericanos, pero, el pueblo solo tiene derecho a ingerir diariamente, dos tortas de maíz con frijoles resecos con cerdo.
Así que, no hablemos de moral. Sé que Donald Trump es impetuoso y ególatra- su enfermedad. Pero ya está cansado de regalar dólares mediante sus factorías y empresas al gobierno mexicano, sin que el pueblo salga beneficiado.
Simplemente, vivenciamos una epopeya colonialista, donde, existe un desarrollo de fuerzas militares y el pueblo es engañado.
Zamora, fue un hombre. Pero se resistió a lo que representaba Paéz y el mismo Bolívar, vio más allá y los Liberales del gumanzismo no lo podían perdonar. Llamaba mucho la atención y su alma era de conquista.
Las Torres de Viena, el Reloj de Londres, París. Tienen sus bases políticas ensangrentadas con ciudadanos inocentes.  Al Medio Oriente lo acabaron, ya no existen los Cuentos de las Mil y una Noche, la magia oriental. Occidente, libra su última batalla en México, al igual cuando fue invadida por los gringos, los nuevos amos que siempre se cambian de ropa. Todo cambia, cielo y tierra, pero, es la misma historia, lo que importa es cerrarla.
El pueblo venezolano, ha facilitado el camino., tenemos invasores novedosos. En Chávez, era otra lucha y, el pueblo no lo cuido. Aquí, están los resultados nefastos para la República.
Los colombianos nos dominan, es la historia de La Nueva Granada. Bolívar, pensaba irse a Bogotá y anclar sus navíos en Panamá, pero, encontró obstáculos en la ruta de su destino. Como son hoy, los rusos. Acordonados por La OTAN, en la Alta Europa y Los Pirineos.
Necesitamos, visualizar el futuro, ir a unas elecciones regionales, como lo indicó en un programa televisivo el ex gobernador del Estado Sucre, Luis Acuña con Vladimir Villegas. Él es, un marxista, un académico. Conocemos, el juego de los franceses, es otra historia por venir. No es por casualidad, la presencia de François Hollande en Colombia, son falsos positivos, Francia fue el pionero en destruir el Medio Oriente, jamás en esa visita, nombro a Nicolás Maduro Moros.
Debemos, dedicarnos al trabajo industrial. La misma, es la madre de los descubrimientos y mueve la inteligencia. Iris Valera, nos colocó a los pranes, como la nueva inteligencia, amamos a Alicia Machado, es mujer y Miss y tiene un destino sin complejos, pero, jamás será representante de un Estado Delictivo.
A ver, que pasará de la conjunción Turquía- Rusia, estos izquierdistas juegan a la candelita con los falsos positivos.
El hombre, debe vivir con un solo recurso, la tierra. Eso quería Ezequiel Zamora. Para hacernos libres, con conciencia histórica y no politizados, tener conocimientos militares y no ser gobernados por militares y mediocres.  Estar firmes, ante una bandera y un caballo que avanza hacia la gran Venezuela, la que soñó Carlos Andrés Pérez.


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