Emiro
Vera Suárez
emvesua1@gmail.com.
PIO BOX 8179-CDO 2003 .
La Isabelica. Valencia. Edo
Carabobo, Venezuela, ICQ 18399717
El plan Marshall, siempre ha sido
un programa exitoso para el imperialismo norteamericano desde 1945, pero los
cachetazos al pueblo han resultado muy costosos desde 1945. La vida iluminada
de Miami viene creando fantasmas en la conciencia de los ciudadanos latinos y
mexicanos, son burbujas ilustradas con muñequitos que crean una perspectiva de
consumismo letal que crea desviaciones inapropiadas para el realismo de una
sociedad acostumbrada a una condición del existir muy atroz que debe
enfrentarse al bloqueo y sabotaje de quienes desean sobrepasar los límites de
una esperanza y, donde Venezuela no se excluye.
El Capitalismo es real, sea
como sistema o estructura y tiene en el socialismo una vertiente de axiomas
para conformar su propio dinamismo. Pero el flagelo del narcotráfico es
presente en Suramérica, permitiéndose crear moralejas alrededor de líderes y
dirigentes políticos de base. Cada quien, asumiría su responsabilidad y pegaría
gritos en el levantamiento de consignas hasta flagelarse. Me refiero, en este
caso, al pueblo, dominado por una campaña publicitaria fuerte y mecanismos de
persuasión de niveles ilusorios que quebrantan la normalidad de los procesos
ideológicos.
Es claro, que nadie desea
trabajar por la revolución bolivariana, pertenecen a un movimiento logístico
por una bolsa de alimentos importados, pero, ante la crisis mundial por venir,
nadie dará un rublo alimentario por el costo en dólares y Venezuela está
destrozada en este sentido, porque los militares, aunque preparados, no son
políticos y, tengamos mucho cuidado con el mundo musulmán.
Todo está contaminado, el
Internet no es un mar para navegar libremente, sino una pecera controlada.
Hasta nos dicen qué se relaciona con qué y qué no se relaciona con qué.
Computadoras ya no digitales sino cuánticas, en red, con terminales en la CIA,
el Pentágono y la NSA procesan a velocidad inimaginable todos (¡todos!)
los mails y cuentas Facebook y twitter y WhatsApp que entran y salen de
la nube virtual, y a partir de palabras claves (descriptores) de interés
escalonado, y de orígenes y destinos clasificados por su importancia, se pasa
revista a todo y se enfrenta cualquier mensaje cifrado ya no buscando códigos
específicos sino por medio de la “fuerza bruta” de probar y seguir probando
variables a una velocidad inimaginable hasta que el texto cifrado aparezca
abierto.
Lo sucedido con Aporrea, es
cuestionable. Es una traición a Chávez y a los movimientos populares, la
delincuencia viene controlando parte de las instituciones del Estado
Bolivariano y sus esquelas reflejan la deprimencia, desde las colas en mercados
hasta mendigos, comiendo canes, ya no es la perrarina del pasado. Es una guerra
cibernética. Casi cuántica, donde las leyes físicas se encuentran presentes,
Algunos creen que las redes virtuales siguen siendo una herramienta nuestra.
Debemos usarlas, sí, pero recordando la vigilancia omnipotente sobre mails,
tarjetas magnéticas y celulares, y además la trampa de la tecno-dependencia:
nos acostumbran a usar tecnologías que nuestros Estados no saben producir, que
se no pueden cortar con una simple orden al satélite.
Nuestra soberanía en
comunicaciones y en acción exige combinar lo nuevo con lo artesanal. Muchos
movimientos perseguidos han vuelto a la máquina de escribir y al multicopiador;
y al uso de “buzones” de aspecto inocente para intercomunicar las redes
populares. La creatividad popular puede dar a estas medidas de lucha toda la
fuerza que brote de nuestras trincheras de ideas.
Cuando el capitalismo llega al
campo, el campesinado disminuye. Al nacer los estados socialistas, era lógico
suponer que la industrialización estatal en la ciudad y el campo también haría
perder peso a la producción campesina familiar. En 1928 en la URSS la Dirección
identificaba todavía como una causa de “desviaciones derechistas” la mentalidad
de la pequeña propiedad campesina sobreviviente “que tiende a generar
capitalismo”. Y en la cabeza de muchos campesinos que habían mejorado su
posición, esta tentación por restaurar el capitalismo era real. Pero ya en 1929
el Gobierno advierte que las cooperativas campesinas (kol.jos) van formando un
campesinado de nuevo tipo, una clase social integrada por mujeres y
hombres libres y conscientes. El kol-jos en muchos rubros resolvía más
eficientemente el abastecimiento que las granjas estatales (sov.jos).
En 1930 el Gobierno aceptó finalmente que, una vez liquidado el
latifundio, la mejor receta era el respeto al campesinado y sus ritmos. La
industria estatal incorporó en sus planes quinquenales el servicio por contratos
a la producción rural cooperativa, impulsando su tecnificación y productividad.
El campesinado-koljosiano, y no el proletariado rural, pasó a ser el
abastecedor principal del pan del pueblo obrero constructor del Socialismo.
En China Popular las comunas rurales
nacieron en el marco de un extraordinario impulso del pueblo, pero aceleraron
demasiado precozmente un alto nivel de socialización. Sus experiencias
positivas no pudieron ser evaluadas por el viraje a la economía de mercado que
impuso Deng en 1976, después de la muerte de Mao.
En Cuba, la Asociación de
Pequeños Campesinos fue vital para la propia supervivencia del pueblo en
las condiciones excepcionalmente duras del Período Especial.
No es menor el papel del
campesinado en regímenes tan diferentes como el de Corea del Norte o en Irán.
El “conuco” campesino venezolano es la esperanza en la lucha por la soberanía
alimentaria. El papel campesino en la plurinacional revolución boliviana es muy
claro.
Se llama “pequeña producción” a
la que proviene de predios pequeños, pero el nombre es inadecuado. Los pequeños
predios campesinos en Asia, África, Oceanía, en nuestra América Abyayala,
proveen el 70% de nuestros alimentos. Los grandes monocultivos de transgénicos
y agro tóxicos tienen un alto rendimiento inicial, agotan rápidamente la tierra
y se vuelven por ello insaciables invasores de nuevos territorios con apoyo
institucional.
En nuestro país, el modelo
neoliberal de Astori, Berterreche y Aguirre se pone de rodillas ante la
expansión del monocultivo extranjero, pero intenta mostrar un rostro
comprensivo ante el drama del pequeño campesino que aún sobrevive. Lo hace como
si no tuviera la culpa de su agonía. Con financiamiento bancario y nacional-
internacional se usa al Sistema Educativo Público para” asesorar” la economía
familiar y “demostrar” que ahora debe aceptar los paquetes tecnológicos que
imponen los laboratorios y sus sirvientes del Ministerio de Tierras. El
Sistema intenta “demostrar” que una producción tradicional agraria es hoy
económicamente viable.
La agricultura tradicional y los
pueblos originarios se organizan contra este modelo devastador. Su resistencia
apunta a la Soberanía Alimentaria y es por ello un factor clave en la lucha por
la liberación nacional y el socialismo. Así lo comprenden todos los militantes
revolucionarios del campo y la ciudad. Los últimos años hemos visto
nuevas señales, aún insuficientes, de movilización ciudadana en la defensa
del ambiente, del agua, y de la producción orgánica, contra la mega
minería y el fracking. Maestros rurales y vecinos denuncian las fumigaciones
aéreas y las resisten.
En días pasados se
generó una polémica en torno al libro “Uy-siglo XX” escrito por Silvana Pera,
(Uruguay), donde la autora recrea la historia de Uruguay y Suramérica en el
marco de vaivenes del siglo pasado. Arranca con las reformas batllistas y
culmina con la Guerra Fría y el nuevo orden internacional. Además, compara al
comunismo con la aldea de Los Pitufos, donde nadie pasa hambre y todos conviven
de maravilla. En otra parte del texto, se asegura que el régimen comunista de
la Unión Soviética mantenía una “democracia directa” de “poder popular”.
Las autoridades de la educación aclararon enseguida que este libro no circula entre las aulas de niños que asisten a escuelas públicas y que solo lo comparten algunas instituciones privadas. En tanto, el pasado martes 14, Índice, Grupo Editorial --responsable de esta publicación-- emite una carta, donde se refirió a la comparación del comunismo y Los Pitufos, “rechaza categóricamente cualquier intencionalidad de promover cualquier ideología a lo largo de este o cualquier otro libro”. Afirma que la comparación se sacó de contexto y que la imagen de Los Pitufos busca explicar “el concepto teórico” del comunismo. La carta explica también que Índice Grupo Editorial se trata de una editorial que comercializa textos en las instituciones privadas.
El punto es que parecemos no percatarnos del enorme mal que ha hecho el comunismo, al ligar el Estado Delictivo con los grupos sociales, especialmente a lo largo del siglo XX, tanto a nivel material como antropológico. El comunismo como concepción, y también en su puesta en práctica como en la Unión Soviética, China o Cuba, está lleno de errores; a su vez, carga con sus errores, absolutamente contraria a un Estado de derecho y a la democracia.
. El daño antropológico en las naciones de Europa del Este o en las exrepúblicas soviéticas es monstruoso. Cuando hay un mal presidente o dirección política.
Las autoridades de la educación aclararon enseguida que este libro no circula entre las aulas de niños que asisten a escuelas públicas y que solo lo comparten algunas instituciones privadas. En tanto, el pasado martes 14, Índice, Grupo Editorial --responsable de esta publicación-- emite una carta, donde se refirió a la comparación del comunismo y Los Pitufos, “rechaza categóricamente cualquier intencionalidad de promover cualquier ideología a lo largo de este o cualquier otro libro”. Afirma que la comparación se sacó de contexto y que la imagen de Los Pitufos busca explicar “el concepto teórico” del comunismo. La carta explica también que Índice Grupo Editorial se trata de una editorial que comercializa textos en las instituciones privadas.
El punto es que parecemos no percatarnos del enorme mal que ha hecho el comunismo, al ligar el Estado Delictivo con los grupos sociales, especialmente a lo largo del siglo XX, tanto a nivel material como antropológico. El comunismo como concepción, y también en su puesta en práctica como en la Unión Soviética, China o Cuba, está lleno de errores; a su vez, carga con sus errores, absolutamente contraria a un Estado de derecho y a la democracia.
. El daño antropológico en las naciones de Europa del Este o en las exrepúblicas soviéticas es monstruoso. Cuando hay un mal presidente o dirección política.
El Socialismo, es una
aplicación ideológica y ningún imberbe puede asumir riesgos en su aplicación,
en Venezuela hay una clara desviación de los principios revolucionarios, que
deseamos rescatar.
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