Deseo ser el humilde de siempre, sin prepotencia. Ser veraz, más no mentiroso, engañador y traidor. Eso nunca lo he sido. Siempre he tenido la ropa preparada en el armario junto a la computadora, todo bien arreglado y perfecto, era un brillo verla por los laterales y arriba. Igual el baño. Lo guardé todo cuando me vine de la Fría, tenia trece años de edad para el hogar de siempre, hasta la próxima vez. Siempre estará allí, cuando tenga la oportunidad de preparar la misma maleta, solo deje sembrado mi alma en un portarretrato que guarda mi mamá con mucho celo y desde ese momento me he venido arrugando porque me olvide del espejo.
La noche de mi despedida, fue la más corta, aunque yo la alargue leyendo cómics hasta donde pude. Desde ese momento, han existido muchos amaneceres y me convertí en un adicto a la computadora. Ya no creo en la justicia divina, la evado. Es una gran decepción interpretar esa realidad.
He decidido cambiar mi manera de pensar, porque se esta imponiendo nuevas tecnologías en los medios de información y debemos abrir una puerta hacia la creatividad. Reconozco mis errores, fracasos y despropósitos en este último año, que, me ha llevado a una posición trivial. Sabemos tener dignidad por una vida mejor y he adquirido el compromiso de ser más excelente.
Razones desconocidas me llevaron a una derrota, luche desde el 19 de abril de 2009 hasta el 15 de febrero de 2010., fue una sana obsesión que me abrazó hasta no lograr lo que tanto anhelaba. Es sorprendente, descubrí nuestro camino, y luego volvemos a atrevernos a hacer lo que sea preciso para alcanzarlo.
Cada día, es distinto en mi vida, siempre existe algo nuevo y las noches se llenan de mucha magia y pienso que poco a poco tendré la oportunidad de volver a ver el sol, con su brillante luz. Todo no puede estar sujeto a revisión, aunque en éste momento pienso mucho en mí.
Y de verdad, he tratado de evitar ruidos y ahora busco el silencio. En uno de mis últimos viajes, solo logre algunos recuerdos, que, ahora guardo y de verdad, no me he negado abrir la cerradura de la maleta. Es que, no entiendo nada y, soy únicamente de quien me lee, busco ajustarme a las leyes.
De todas maneras, es necesario se incline al romanticismo. Otro, es el dinero. Es que no entiendo nada y seguramente busco ajustarse a las nuevas leyes. Es que mi corazón se inclina al romanticismo, otro es el dinero, que, es muy mal consejero.
Vamos, no te culpo. Tofos tenemos soberbia, más no perdón. Solo deseo facilitar mi juramento a la victoria y ver que mi historia es real
