Aventis.
La escala social en América
Latina ha mejorado y, muchos hogares ven disminuir su pobreza y ya todos
trabajan de manera particular o
factorías. Lo que indica equidad en la transformación de los núcleos urbanos
como movilidad en la Clase Media. Sin embargo, los niveles de pobreza en el
campo, sigue siendo más significativo que el de las ciudades.
Ahora, se debe atender
los desequilibrios macroeconómicos y abrir un debate para ir hacia una igualdad
y justificar las políticas del gobierno bolivariano. Las autoridades económicas
deben hablar, donde nada debe ser transitorio, porque, los gastos públicos
tienen que ir de manera permanente, ajustando las demandas del sector privado y
público, todo poblacional.
Debe quedar claro que
el pueblo, acostumbrado a cuestionar la política económica tiene que argumentar
sus decisiones en Las Comunas, a través de Asambleas de Ciudadanos y abrazar
las ideas que una mayoría contemple en los actos oficiales.
Al existir ideas,
tenemos fuerza y Unasur, debe trabajar en aras de la igualdad para hacer
realidad, las riquezas en manos del pueblo. El único beneficiado es el país.
Cuando exista un ajuste
certero, lo mejor es hacerlo nosotros mismos en forma ordenada, no recibiendo asesorías
extranjeras, como el Fondo Monetario Internacional, (FMI), Banco Mundial, (BM),
O EL Banco Interamericano del Desarrollo, (BID). Y no, que nos lo imponga a las
malas el mercado internacional de capitales.
La política fiscal,
debe ser utilizada exclusivamente para ajustar el desequilibrio externo en las
importaciones y, luego los hogares junto a las empresas transnacionales y de
particulares, aplicarles a través de mecanismos financieros de transmisión mercantil,
la compensación para devaluar la moneda, altas tasas de interés o el impuesto
de inflación que nos viene aplicando los economistas para mantener el triple
valor en las divisas para cumplir con los programas sociales. Teniendo la
oportunidad del cobro de comisiones por ese procedimiento administrativo.
Algunos personeros del
gobierno, quieren ocultar la verdad económica, comprando conciencias, acallar
la prensa o mantener una bomba de tiempo que va a explotar en nuestras manos.
Hay plata inorgánica en el mercado, pero, no captación de ventas porque todo es
importado, existe un mínimo de producción en el país.
Colombia es una tierra
de dolor y violencia, el conflicto armado, exige una reconciliación para que la
Ley y Paz lleguen y Venezuela repose, aunque una mayoría de productos
manufacturados en la industria de Nariño llegan a nuestra tierra por medio de
la frontera.
Ecuador, Argenta,
Bolivia, Brasil y Venezuela sufren más que nadie, éste nuevo escenario de los
desplazados y refugiados, donde los precios de bienes se han desplomado por la manera
irregular del comercio interno.
Hay muchas cargas en el
camino y las conversaciones bilaterales deben darse con celeridad para reparar
los daños que han sido irreversibles, tenemos que estar preparados para
escuchar la verdad en ambas partes. La política hoy día, es muy compleja, pero,
devela un conjunto de determinadores que nos lleva al tema del crimen
organizado y los paramilitares.
Se debe promover,
construir y aproximarnos a la verdad, dignidad, inclusión. Sobretodo, a una
democracia sólida.
El Proyecto
Bolivariano, avanza en su progresión, necesitamos argumentos para su
construcción racional, no falacias, porque la Democracia Socialista exige
principios y alternativas de solución.
Todos, en un momento de nuestra historia política tenemos el derecho de
disentir, aplicar razones suficientes, pero, las alternativas deben hacerse
presentes.
Los venezolanos, no nos
gustan las colas, queremos otras propuestas, hay que tramitar de manera
pacifica las diferencias, pero, no queremos liderazgos caudillistas, somos
parte de un proceso político. Ellos existen para alimentar el debate y se debe
confrontar esa gran idea de la unidad patriótica. Volvamos a Chávez, al respeto
de la institucionalidad y en base a ello, promover a sus verdaderos líderes,
ponderarlos y acorde con sus virtudes, votar por ellos para regir las
comunidades.
En el país, se nos
presenta grandes oportunidades históricas, es el momento de elevar la
reconciliación, civilidad y la educación bajo el pensamiento de Francisco de
Miranda y Hugo Chávez Frías. La lucha y organización de esas ideas en el
pasado, la ejecutó el Libertador Simón Bolívar y Ezequiel Zamora.