LA TECLA FERTIL Emiro
Vera Suarez
Para
muchos analistas y columnistas hay inquietud por la economía abierta que se
viene ejecutando en nuestro país- Venezuela- por las consecuencias
internas producto del encarecimiento de
los productos mercantiles, mano de obra y la agresiva repuesta del dólar
paralelo que viene conformando un anillo al dedo que favorece a los
importadores y originando estragos a las incipientes empresas locales que
restan competitividad y dimensión económica a sus propios niveles de acción. El
dólar, desde aquel famoso viernes negro confronta el mundo bursátil latino originando pesadillas a pequeños
comerciantes y compradores finales, donde los mejores economistas solo
visualizan el desplome del bolívar o peso,
ante argumentaciones y una tasa de cambio que no se sabe, a quien
favorece.
Las repuestas, hasta el momento, han sido muy
débiles y se necesita una política más audaz para estrechar la banda entre el
dólar primario y el paralelo, muchos venezolanos le exigen al gobierno
bolivariano una política más agresiva y una fiscalización más efectiva a
nuestra divisa. Lo preocupante que nos hacemos, es que sí estas medidas serán
suficiente para favorecer la actividad agrícola e industrial y no vaya a prender
alarmas entre el pueblo. Las intervenciones de los funcionarios no deben ser a
regañadientes y se debe interpretar muy bien al mercado, como la penetración de
productos importados, cuyos valores han alcanzado una cifra histórica y la idea
es comprar a precios exequibles acorde con el salario mínimo.
Todo, no puede ser a punta del dólar paralelo, el
sistema financiero no está en capacidad de prestarle auxilio en magnitud de los
recursos que manejamos, hay que hablar con la gente que maneja el libre
comercio en Venezuela y cerrarle las divisas o la monetización que va por la
vía petrolera. Hay una lucha permanente entre las fuerzas del mercado que no
reflejan una nueva realidad de nuestra economía, hay que impulsar la industria
y el agro para ganar esta batalla.
Urgentemente hay que crear principios de equidad
social y formalización laboral para generar una cultura económica en el
ciudadano que fomente el desarrollo del país y no lo deprima, el sistema
financiero es un mecanismo de ayuda al comprador y al industrial, no un eslabón
de presión constante para dañar los beneficios que el Estado puede otorgarle a
cada ciudadano.
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