He agarrado tus sueños de una red,
Para deslizarme en tus sentidos y
Saber de tus misterios y fibras de luz.
Veo finos colores.
Veo tu cabello como un tapiz, cabellos
Del no tiempo.
Eres tu propio deseo en el tapiz que
Tejiste.
Mientras, escribías tu nombre, eres como
Querías.
Es el futuro de lo eterno y de tu memoria,
Es una larga meditación a tu encuentro y
No hay puertas.
Hay una sola abierta, a un amigo, es un camino
Llegado a ti. Es el dardo del tiempo.
Enciendes los sueños, al movimiento de la palabra,
Son nervaduras desatando el nudo de la voz.
La mano en la guitarra, carcome tus uñas, duermes
Al futuro.
Es atajar el mañana, darle movimiento a la palabra
Es tu canto.
Tu mano hecha raíz, en pies de brumas, atajando ahora
El destino,.
Es levantar tu lápida,
duerme en el futuro y tiene savia
Tus ojos.
Somos un discurrir, soy tu creencia y palabra, un
camino.
Los sueños te despiertan en ese discurrir. Avanza la
noche,
El invierno difumina sus límites, al vuelo cruzo la
corriente,
Enmarco mi nube a tu vista en el agua del cielo.
La noche esta cerca, estoy en descenso por tì, es la
inmensidad
De tu alma, todo es armonía en aquella luz de tu terraza,
es pausa.
Una transparencia muta lo crepuscular y nos da los
brotes de tu alma.
Avanza el invierno, es tus pensamientos y sueño, es el
Sol, nuestro corazón.
Emiro Vera Suarez, 18 de junio 2013
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