La Tecla Fértil
*Emiro Vera Suárez
Los economistas han
asumido una posición de tecnócratas y, se la pasan inventando leyes para darle
celeridad a determinados conceptos que exigen una reforma para avanzar en la
crisis financiera europea. Grecia e Italia pasan por una revisión técnica
necesaria, para asumir decisiones que determinarán la acción del Fondo
Monetario Internacional- FMI- en esa
región que cubre el mediterráneo.. Pero, estos hombres del mundo financiero
vienen dandole un gope certero a los mercados, llevando a algunos países hacia una quiebra
de sus reservas monetarias, originandose una completa violación de esencia
democrática y darle la espalda al mismo pueblo. La tendencia de los ejecutivos
bancarios italianos, es aplicar planes de ajustes sin el apoyo popular previo,
ni la voluntad de Comunas. Lo único cierto es que la Union Europea,(UE), no
tiene mecánismos para sujetarse a sí misma y solo tiene dos alternativas, la
primera que cada país vuelva a ser de nuevo independiente y, en segundo lugar
una política común de verdad, no dejar a Alemania sola en éste líderazgo por
sus implicaciones con Estados Unidos.
La tecnocracia y
meritocrácia han venido filtrandose en la estructura del Estado por la
incompetencia de los políticos y sus enchufismos. Se viene pasando del mandato
de los partidos políticos y sus afines a un mandato representativo individual.
Todos, sabemos la calidad de nuestra
dirigencia política e ideológica, tanto de la derecha como la izquierda,
A toda costa, existen
personas que desean un dinero rápido y solo velan por sus intereses personales.
Nos encontramos con un nivel critico, la caida del comercio mundial pronóstica
el fin del modelo basado en las exportaciones. Esto, indica el fín de la era
capitalista porque su estructura como tal se encuentra en declive y, debe
adaptarse a las nuevas estrategias de crecimiento, dandole un mayor
protagonismo a la demanda interna, como al comercio regional.
El intercambio de
bienes se derrumbó tras la quiebra de Lehman hace cinco años, luego, los planes
de austeridad terminaron por hundir al conjunto de la economía. Esto,
contradice la tesís alemana de que la economía europea se encuentra en plena
recuperación, sin duda, Angela Merkel oculta información y es probable que ésta
se de a conocer, luego que el proceso electoral haya llegado a sus últimas
conclusiones, luego de ser finalizado el proceso como tal. Transcurridos treinta-
30- días de fializado el evento.
La crisis financiera
provocada en USA, se propagó por toda europa, dado que la banca de estos países
adoptó las malas prácticas del sistema finánciero estadounidense y no se
realizaron las reformas necesarias. Los estabilizadores en los países
emergentes- China e India- lograron sortear las inclemencias de la tormenta
inicial del 2008. Pero, el tiempo comienza a aflorar los signos profusos de un
agotamiento que va quedando al descubierto con la búrbuja inmobilaria china que
esta a punto de estallar.
Vendrá una reducción
global del comercio y, el intercambio comercial sera limitado. La volátilidad
del mercado, las fuertes presiones por liquidez, la débilidad en la demanda
global nos lleva a configurar un cuadro macroeconómico complejo alentado por la
especulación y las políticas monetarias fallidas. Esto, demuestra la
desconexión con la reálidad de quienes tienen incorporado el ADN neoliberal en
sus decisiones de política económica, tal como le sucedió a Jean Claude Trichet, responsable de arrastrar a Europa
hacia un callejón sin sálida.
Existe un deterioro en
los activos a nivel mundial y, el aumento de los riesgos del sistema
finánciero, puede desencadenar una cascada de desapalancamiento, con las
correspondientes consecuencias en la conomía real, sumándose la caída del
comercio, los flujos de capital, los precios de los commodities, como el cuarto mecanismo de transmisión de la crisis
mundial por la caida del capitalismo. Este canal puede ser el más importante,
dado que afectaría la inversión y las perspectivas de crecimiento en las
economías emergentes.
El caso
actual es peor, porque ahora los tecnócratas europeos son conspicuos miembros
del establishment financiero internacional. Las técnicas que aplican no son las
que convienen a los países, sino las que dicta el sistema financiero
internacional para aumentar y consolidar sus ganancias y su poder. En el fondo,
no tratan de gobernar un país para engrandecerlo y hacer más felices a sus
habitantes (que es la finalidad de la política), sino de mantener la hegemonía
mundial del sistema financiero y, de paso, hacer negocios. Es normal que sea
así, porque su razón de ser es la generación de ganancias.
s en
verdad sorprendente cómo el sector financiero y sus adláteres (como las
agencias calificadoras de riesgo) han reafirmado su hegemonía a pesar de ser
los causantes de la crisis actual. En un primer momento, lograron un rescate
público masivo no sólo de los bancos, sino también de las otras instituciones
financieras, que constituyeron un sistema financiero “en las sombras”, que
mueve más dinero que el regulado. Ese costoso rescate, unido a los paquetes de
estímulo fiscal y sobre todo a la pérdida de ingresos fiscales causada por la
depresión económica, incrementaron fuertemente el déficit fiscal en los países
desarrollados (que era muy moderado antes de la crisis) e hizo crecer la deuda pública. A partir de 2010, arguyendo
equivocadamente que la crisis ya era cosa del pasado, el discurso dominante
pasó a ser el ajuste fiscal, mientras el dinero público sirvió para rescatar a
los causantes de la crisis; hasta los más ortodoxos aprobaron que se pagara sin
contar. Pero una vez que los bancos zafaron y volvieron a tener ganancias y a
distribuir bonificaciones a sus gerentes, volvió el discurso de la
responsabilidad fiscal: no sea cosa que los gobiernos no puedan pagar sus
deudas… ¡con los propios bancos! Y como los gobiernos pequeños ya están
fuertemente endeudados y tienen que emitir nueva deuda para pagar la que viene
a vencimiento, el sector financiero tiene un poder de presión extraordinario
para influir sobre las políticas económicas.
Cualquier
cosa para complacerlos .La
situación es aún más angustiante para los países como Grecia, que no pueden ya
ni pagar los sueldos públicos sin ayuda externa. En esos casos, la pérdida de
soberanía se vuelve totalmente transparente, ya que sus gobiernos y parlamentos
deben adoptar íntegramente los planes del FMI, de la Comisión Europea y del
Banco Central Europeo, para no caer en cesación de pagos. Y obviamente, no
deben ni pensar en consultar al pueblo qué es lo que quiere… A un niño enfermo
no se le pregunta si quiere tomar el remedio, ese es un problema “técnico”. Ahora
bien, si las formas son más brutales con los países de la “periferia europea”,
el contenido de sus programas de ajuste no difiere sustancialmente del que
aplican, por ejemplo, Francia o el Reino Unido: todos deben llevar a cabo,
además de fuertes ajustes fiscales, drásticas “reformas estructurales” que
desmantelarían lo que queda del Estado de bienestar.
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