El lenguaje adquiere forma en la medida en que
agreguemos criterios originales a nuestra herencia autóctona y germinemos hacia
una realidad encontrada en múltiples razones de una realidad cultural. El
hombre, desde sus inicios debe fomentar un interés cierto por la literatura y
avanzar en una dinámica que lo lleve hacia un amor a las artes y, desde esa
visión captar su pertenencia con las manifestaciones lingüísticas que producen
en el alma satisfacciones que nos indican el camino a la prosperidad.
La existencia, es un proceso de trabajo e
intereses que nos lleva a un contexto histórico, para reflejarnos el esfuerzo
de un trabajo humano y literario, cuyo mensaje exterioriza nuestra personalidad
y esencia, más allá de lo presente y femenino, así, tenemos derecho a nuestros
verdadero sueños.
Siempre recuerdo la música llanera escuchada
en Guanare, ( Edo Portuguesa), un buen día tomé el cuatro y amanecía con las
Bescanza cantando pasajes venidos desde Apure con letras de compositores del
Arauca y de allí, salieron muchas palabras que se tornaron tonos musicales que
enaltecieron todo el llano, por muchos años. En Guayana, en el Paseo Orinoco
veía los cardúmenes de bocachicos saltinear en manos de pescadores y, así
relinchaba mi cuatro al lado de esos grandes colectivos populares.
Somos nuestros propios fantasmas, detrás quedaba el río, Elicerme, su yerno y
este hombre descendían de las conferencias de Santa Rosa a tres horas del camino
real, se nos aparejo un caballo que nos seguía adelante por el camino, hasta
desaparecer en la playa del río. Somos
un poco de esta tierra, nuestra sangre
fluye como las bocas del gran Orinoco, sigamos formando la gran patria de
Bolívar bajo el Legado Bolivariano.
Las palabras, dan forma a una lengua y las
canciones tienen el fuego del alma no oculta. Así que cuidemos la estética en
cada orden de nuestra vida y vayamos tras el milagro de tener bien guardada
nuestra memoria para recordar que debemos trascender al Ser y no perdernos por
largo tiempo de la poesía, es un canto, cada palabra es nómada en sí y nos
lleva a un gran tráfico, que, con un gesto trae la palabra y nos lleva al
futuro de una diversidad de manifestaciones.
La palabra, llevó a Mandela a abrirnos el
entusiasmo de vivir. Su vida fue una brasa que prendió nuestra piel de libertad
y coraje, una verdad no oculta, que labra Sudafrica y América Latina de una
libertad plena, fue el verdadero Ser de la libertad y el amor pleno hacia la
familia.
Sus palabras, enaltecieron el mundo, somos un
canto y una voz en su expresión, tuvo la valentía de reconstruir a áfrica y
darle una valoración más subjetiva de su realidad, siendo el propio
protagonista de sus sueños, su propio fantasma, como Pedro Páramo. Su dimensión
espiritual causó un gran impacto, allí se formó una ola encantadora donde el
canto es lo primordial y cívico su proceder, es el nuevo lenguaje precursor
para librar banderas de libertad.
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