Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

domingo, 1 de junio de 2014

EL NIDO DE LA SAGA(1).


Siempre fue una relación desigual, aquellas noches, el teléfono  hacía sentir su sonido para cortos diálogos y tratar de adivinar la imagen de quien hablaba. De verdad,  caminaba de un lugar a otro en la espaciosa calle que daba a la residencia de mi hija, buscaba una manera de justificar mi vida y aprendí a tratar a la gente con una frialdad despótica y estática, eso, lo aprendí de los ingleses que administraban la Iglesia donde me congregaba. Miro, con avidez  el rostro de mi amigo y siempre me largaba con una taza de café para hablar con Sonia. Era una extraña ceremonia, le llamaba para que me oyese, su voz era muy neutral, imparcial y helada. Una voz que sin embargo reconocería en el próximo año.
Barquisimeto, me quedo como una ciudad vacía, había alternativas diferentes para enfrentarme a la ciudad, las calles  con sus comercios y panaderías abiertas, constituían el único reducto para  lograr un brote de café y adquirir unos litros de jugos y yogurt, antes de irme a la cámara del hotel. El Sambil, siempre lleno de jóvenes viendo vidrieras, parecían hormigas en una sola temporada, las mismas caras. Esta ciudad me convirtió en nómada, pero, disfrutaba de su sol con sus grises, el calor no se hacía sentir por la misma dinámica de la ciudad.
Una ciudad con otra historia, dispersaba diferentes nombres, que, lo hacía nuestro. Iba allí por un nombre que quise compartir, pero, algunas veces uno tapa y abre nombres, al final solo recibe un mote. Es una sociedad muy lúdica, donde los varguenses y caraqueños recibieron acogida y de hecho, constituyeron un viaje experimental donde recibieron un santoral y las vacilaciones de algunas culturas. Lo característico de allí es la angustia de su gente, picardia, incertidumbre y el sentimiento de la inseguridad.
Capte distintas imágenes de la ciudad. Quizás distante y fugaz. Constituyó el punto de arranque para viajar cada mes,  buscando formar mi segundo nido, En el tiempo, fue una saga, tomé nota en mi diario cada día, ahora lo doy a conocer. El Hotel Yacambú me dio albergue por un buen tiempo. En los primeros  meses pase apuros, deseaba encontrar una mujer fuerte que supiera llevar mis cosas y sin apuros. Tratando de llevar una metodología, no vacilante ni inesperada, sino que se le viese un gesto de confianza.
Trato de redefinir que es un ser humano, cuales son sus herramientas, como debe enfrentarse a las termitas dela vida, Me llevo mucho por la antropología física y espiritual, me gusta llevarme por la premeditación humana, organizar cada descubrimiento, hacer las observaciones, luego interpretar sus emociones. La regla jamás ha sido corta, siempre es larga. Siempre he estudiado la conducta humana, una expresión fuerte que recibí en una oportunidad es que me querían, mas no amaban, como sí fuese un animal de campo, pasé por este aprendizaje, acordándome en mi desarrollo como escritor y periodista en el Diario Hora Cero, cuyo editor Guillermo Antón Santana me dio a conocer la energía que se perfila en los temporales, porque, nuestra existencia es así, no hay a quién creerle.
En Barquisimeto, me hice un hábitat en círculos como los chimpancés. Vi la viabilidad en cortos espacios, los sanitarios y la geografía, todo lo que implica el territorio que me sería útil. El mundo, ha venido cambiando para mí, soy un astuto recogedor de datos, el apartamento donde resido, tiene una infinidad de notas que va conformando mi realidad y el tiempo me viene revelando esa realidad. De joven, llegaba a ésta ciudad en un VW escarabajo a ver mi sobrino, hijo de una reina del Cardenales de Lara. Años atrás, la gocha Vivas a su paso hacia los parajes andinos indicó que uno de sus sueños era tener en propiedad un apartamento en esta gran comunidad multicolor, donde el cielo se transforma en luces, un verdadero crepúsculo. Una ciudad parque diría yo, donde mis cenizas como fertilizante dejo en un largo paso su sombra entre los efectos de la gran capital. No perdí, ningún registro de información En la noche, prendía la televisión, tomaba mi regla de cálculo y mi imaginación colocaba en el cuaderno cualquier registro
que ahora, sistematizo para ahora. Lara como Estado, es un lugar efervescente para toda investigación.
La gente, se mueve sin prisa, cruza las calles, yo con mi hoja de control urbano, el lugar para dormir es tranquilo y muy familiar, animales inofensivos alrededor y pocos buhoneros, una panadería que expendía toda la prensa regional y nacional, más adelante, otra venta de pan, donde los muchachos me atendían bien y las dueñas cuando no estaba acompañado me obsequiaban un café, siempre en un relax y diálogo muy profuso, son europeos. Aprovechaba para hablar en francés algo, de verdad, les gustaba este trance de  intercambiar pensamientos en francés.
Siempre, la llegada a una ciudad es un hallazgo, empecé por Yaritagua y termine en un hotel. Veía que no tenia sentido, pero, la realidad fue otra experiencia. El recuerdo, nos trae imágenes muy fugaces y siempre habrá la hipótesis de quién respalda nuestras evidencias al paso en éste mundo terráqueo, la participación humana es muy interesante y, es lo que tratamos de rescatar en este nuevo contexto geopolítico, lo importánte es alcanzar el éxito con una linea de argumentación válida. Hay que descender a las profundidades de nuestros recuerdos para crear pensamientos concretos. Es una fiel alianza entre nuestra sobrevivencia y los argumentos de nuestros antecesores en cuanto a la megafauna.
Los seres humanos, en general, son un tipo de animal nuevo en el planeta, que, tiende arruinar ecosistemas y a destruir su propio futuro. Es una cuestión coyuntural.


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