Aventis
Muchos países están
horrorizados por la utilización de armas químicas y algunos de ellas fueron
utilizadas contra sus propios ciudadanos. Pero, existen las biológicas que se
meten en el mismo saco y se utilizan para matar personas y animales, pero, en
una escala menor.
Las grandes potencias
no respetan el Protocolo de Ginebra, donde aún sigue vigente la prohibición del
uso de gases asfixiantes y venenosos, además de las armas bacteriológicas y
víricas. Desde 1926 se vienen haciendo firmas para controlar dicha situación, pero
China y Estados Unidos se reservan el derecho de usarlas. Ahora, en nuestro
Continente Sureño resulta curioso que dos países nunca, nunca se ha ratificado
ante el Protocolo y tienen sus limitantes como Colombia y Brasil.
Uno de los propósitos
de la biológica es crear caos e inestabilidad social. En los países asiáticos y
en regiones focales se utiliza un virus para asustar a la población, desviar la
atención a sus problemas. Esto, refleja una gran inversión económica en las
vacunas. Provocando beneficios a unas empresas cuyos dueños en algunos casos
son los mismos que provocan el virus, esta explicación es razonable. Este
sistema de acción es muy lucrativo para USA y la OTAN, ya que enviando tropas e
invadiendo países, los costos son muy elevados.
En el siglo XX, hubo
grandes cambios. En la antigüedad, los griegos y los hititas utilizaron el
origen microbiano para infectar a sus adversarios, las enfermedades suelen
necesitar semanas o meses para hacer estragos en el enemigo y las batallas
suelen ser más rápidas, como el fogueo con fósforo y el gas mostaza.
Los alemanes,
utilizaron mucho el muermo a través de sus espías, que, tenia como fin infectar
caballos y mulas. Claro, era la época de la gran guerra, sobre todo, en el
frente oriental contra el Imperio Ruso.
No es fácil estimar
cuanta gente murió por las bombas químicas y biológicas. Hoy, todavía el terror
cunde en las poblaciones que de pronto empiezan a sufrir terribles enfermedades
infecciosas. En Gaza e Irak se experimentan con virus y bombas de fósforo. Hay
científicos agroalimentarios opuestos a experimentar con seres humanos y otros
sin misericordia infectan a la población hasta verlos morir.
En América del Sur,
debemos tener cuidado con el uso de herbicidas normales y corrientes, su visión
es dañar nuestra tierra, su superficie. Luego las cosechas.Los pequeños aviones
sueltan herbicidas sobre un cultivo y matan las plantas, al poco tiempo vemos
en sus hojas algunos hongos y bacterias patógenas que merman en el tiempo
nuestra salud hasta producir cáncer, igual sucede con algunos productos
comestibles y refrescos, que le son dados a los niños por sus padres. Incluso,
los llevan a grandes cadenas comerciales para ofrecerles un alimento no
deseable para su bienestar orgánico.
Según Rusia, los
Estados Unidos y sus aliados están violando sus compromisos internacionales a
saber: la Convención sobre Armas Biológicas.
Existe un gran
laboratorio en Georgia, constituye un eslabón fundamental para estudiar virus como
el ébola, ántrax, aviar. Su ubicación, según los rusos es para socavar la
economía del Caucaso, pero los vientos
traería hacia Latinoamérica sus efectos letales.
Por ejemplo, el
colesterol se produce por poca ingesta de vitamina C y el consumo exagerado de
lipidos, lo que determina una búsqueda correctora del organismo, pero, los
fabricantes utilizan substancias bases, algunas veces cancerígenas que
deterioran el sistema cardiovascular y el agrietamiento de las paredes
arteriales, constituyéndose en una epidemia, un lucrativo negocio para los
laboratorios, ésta situación merma la productividad en el hombre y su desapego
a las fábricas,
Estados Unidos, esta
interesado en crear laboratorios cerca de las fronteras de países hostiles a
ellos y especialistas militares vienen alertando contra posibles acciones hacia
la población y la biodiversidad.
Hay una inseguridad
alimentaria globalizada y algunos presidentes sureños, como Evo Morales y
Rafael Correa se encuentran escandalizados junto al presidente cubano Raúl Castro y el Comandante Fidel
Castro Ruz. Existe un impacto económico, muy grave que tiene un carácter político
y social. Esto, obliga a los gobernantes supervisar a quienes producen
alimentos en nuestro país. No hay que olvidar que somos constantemente
hostigados y estamos en el marco de una guerra biológica a baja escala, cuyas
denuncias vienen del gobierno chino y ruso.
Las armas biológicas,
podrían causar un gran conflicto, ya que son relativamente baratas, su uso no
esta siendo controlado actualmente por procedimientos de confirmación
internacional..
Mientras el ébola
avanza y la de zancudos se propaga, hay mucha gente vulnerable. Existe un bajo
control de plagas por medio naturales en nuestro caso, Venezuela.
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