Aventis
Rusia, debe emprender
una gran campaña para que los partidos socialistas del mundo comprendan que no
pueden tener un carácter monolítico y debe ejercer criterios de libertad en el
campo político, ya que el manejo de las ideas proporciona niveles de autonomía
para el crecimiento del poder ideológico. Hay que romper con las viejas
estructuras de Stalin, donde algunos pensadores catalogan sus ideas como una
vieja ortodoxia.
El comunismo mundial,
se encuentra en una encrucijada histórica, porque, debe ser objeto de profundas
reformas ante la disyuntiva del capitalismo, hasta ahora, no existe ningún
sustituto ideológico.
El gran problema, es la
disciplina partidista, por eso los bloques que propulsaban el comunismo o el
socialismo se enfrentan a un gran dilema por la coexistencia con el
capitalismo, el gran problema es la identificación en cualquier lugar del
mundo. El asunto, ya no es la ideología, es la economía.
Vladimir Putin, viene dándole
a la revolución rusa un mundo de sorpresas, la inclusión de los militares ha
ayudado a manejar asuntos oscuros del Estado. Su dinámica, solo la conocen los
allegados al sistema de estructura soviética. En Latinoamérica, se debe jugar
otra carta, en su mayoría los militares son indisciplinados y están incursos en
niveles administrativos anormales y presionan a los civiles con dictaduras
militares férreas, como sucedió en Chile, Augusto Pichonett era muy cercano a
Salvador Allende.
El socialismo, es una
gran serpiente. Ahora, algunos representantes del oficialismo quieren diluir el
Legado del Comandante Chávez Frías y adulterarlo, como hicieron los chinos con
el gran postulado de Mao Tse Tung.
Putin, busca romper con
la tendencia del gobierno de la espada y
hacer funcionar sus ideas hacia el mundo no comunista, el Kremlin busca
orientarse en el Medio Oriente y Latinoamérica, rehacer sus pasos del pasado.
La estrecha interrelación
de los factores internos y externos determinará las probalidades de la Rusia
potstalinista, existe una lenta evolución del régimen hacia la democracia
socialista. La auténtica alternativa soviética parece estar entre la dictadura
y la evolución democrática. Las grandes revoluciones burguesas que en cierto
sentido fueron las antecesoras de las rusas, desembocaron en dictaduras
militares. En la Inglaterra puritana y la Francia postjacobiana, estas
dictaduras aparecieron a los pocos años de haberse iniciado la revolución. El régimen
soviético está bien metido en su cuarta década de existencia, pero, durante
éste tiempo ha conservado su carácter civil y no de dictadura militar.
Los conflictos continúan
y, los ideales de la revolución francesa, sobre el viejo orden
prerrevolucionario, con la extinción del comunismo se habían proclamado el
triunfo ideológico del capitalismo. Desde la Guerra Fría, se ha estado
trabajando en la construcción de un nuevo orden mundial liberal, con una agenda
más orientada hacia los temas del desarrollo sostenible, el cambio climático,
la no proliferación de armas nucleares, la promoción de la democracia y el
respeto de los derechos humanos, pero, los conflictos militares por disputas
territoriales, control de fronteras, controversias religiosas y divergencias étnicas
no han desaparecido.
De hecho, a pesar del fin
del mundo bipolar, de las rivalidades entre las dos grandes potencias, Estados
Unidos y La Unión Soviética, los viejos conflictos entre Israel y Palestina, Taiwán
y China, las dos Coreas, nunca han cesado. Sin olvidar a Turquía, Kurdistán y
Armenia
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