La Tecla Fértil
El Estado Comunal debe
verter sobre el pueblo, un conjunto de proposiciones con la finalidad de asumir
la cobertura alimentaria de cada comunidad y emplazarla a un conjunto de
criterios que determinen la vía más propicia para que cada hogar obtenga la
cesta básica de alimentos. Los funcionarios adscritos a las instituciones
oficiales que regulan los precios de cada unidad alimenticia, deben cerciorarse
de su valor primario, por las tendencias de confusión que determina los
criterios en el manejo de los actos operativos del mismo.
Los planes pilotos en la distribución de mercancía
agroalimentaria, no debe quedarse en el aspecto administrativo. Solo la producción y la llegada de cada
producto a los centros de acopio para la entrega de los mismos al consumidor
evitarían la especulación e inflación que daña el precio justo de cada concepto
agroalimentario como tal.
Las mesas de trabajo
son prioritarias para el desarrollo local, en este caso. Las tomas de
decisiones son fundamentales, es menester hacer una sola palanca por Municipio
para acabar con las colas y los ciudadanos no permanezcan desde altas horas de
la noche en las puertas de las redes de supermercados de cada localidad local
y, el Distrito está obligado a municipalizar el repartimiento de alimentos
entregándole a cada ama de casa o ciudadano un carnet que le acredite para
acezar a la adquisición de los mismos. Aquí jugaría un papel fundamental, los
Consejos Comunales.
Cada renglón
alimentario, debe ser sectorizado, verduras y hortalizas, pescado y carnes, a
la vez comestibles, productos de
limpieza e higiene personal. Todo bajo una sola supervisión global y ser
vigilantes en la distribución de las personas en el área de trabajo, teniendo
los coordinadores del evento una logística adecuada a la realidad del acto.
Hay que enseñar a la
población a vivir mejor. Da lástima, observar en las puertas e un supermercado
a un conjunto de personas apresuradas por entrar a comprar embutidos, cárnicos que en nada beneficia la salud.
Margarina, mayonesa y otros productos grasosos que no ayudan el proceso de
oxigenación sanguínea y a la postre, la motricidad del ser humano. Se debe
cambiar de hábitos alimenticios.
Las frituras y
carbohidratos vienen dañando nuestra salud corporal por las grasas
consumidas. Ayudando a descontrolar el
tejido celular, nos estamos convirtiendo en personas adiposas. Entonces, ¿Hacer
largas colas para quebrantar el estado anímico y la salud? No puede ser, el
desgaste es irreversible y cuestionable.
A nuestros niños se les
está dando a ingerir mucha azúcar, ya sea, por las transnacionales de alimentos
o por una decisión particular. Estamos, alimentándonos muy mal. Largas colas
para adquirir alimentos que producen adiposidad y dañan nuestros tejidos
celulares.
La toma de decisiones
es vital. El Poder Popular es vital para administrar los recursos en base a
proyectos sociales. Cada Burgomaestre, debe hacerse responsable de sus
comunidades y no dejar a su población sin alimentos, porque personas se la
llevan a otros Municipios. El caso patético es en La Isabelica y el poblado de
San Diego, donde ya, pobladores de otras regiones vienen a comprar sus
alimentos en las redes de mercados allí establecidos, dejando a los residentes
sin abastecimiento. Se deben tomar las normas y reglamentos para regularizar
dicha situación que escapa muchas veces de las instituciones por carencia de
una buena organización social, las vocerías deben trabajar al respecto.
Los proyectos son
vitales para llegar a una realidad productiva o comunera, sin ellos, no hay
nada trascendental, los miércoles es la mejor fecha para las reuniones
comuneras y toda la comunidad debe participar para asumir un pensamiento común
sobre cada acto por ejecutar, porque, solo las Asambleas de Ciudadanos es la
única voz para reactivar cualquier tarea que beneficie a un colectivo.
Lo fundamental es que
cada ciudadano, compre sus alimentos en su Municipio y solo vaya a otro lugar
por razones fundamentales de acceso imperativas.
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