Aventis
Los empresarios,
prosiguen su batalla para ganarle al oficialismo. Con la habilidad que les
caracteriza asumen una posición incorrecta ante lo correcto del izquierdismo
venezolano, q ue no se atreve a
asumir posiciones ante la realidad del país.
Así, que existe una
gran debilidad en el izquierdismo y así, resulta imposible avanzar de ésta
manera, menos asumir una victoria. La derecha venezolana, viene haciendo su
trabajo, ante tal populismo de la izquierda. Es el momento de los pactos y
alianzas para obtener cargos y poder. Solo resta la sinceridad de los
dirigentes oficialistas dedicados a la mentira y falsedad de una realidad
política.
Aquí, lo que se
requiere es protagonismo, no importando el sentir del pueblo. Por esto, hay
inestabilidad política desde años atrás y, la recuperación económica la viene
minando los vivos y, paradójicamente, es el gran activo de éste gobierno.
Las clases dirigentes
destrozan la revolución con su actitud, certifican su incapacidad de acción y
los políticos reformistas, como de emergencia económica ya poco resultan. Hay
debilitamiento y crisis de identidad ideológica, política y pérdida de la
confianza de los dos partidos en la que se basa la política venezolana, desde
estos últimos años.
Claro, cada político
debe defender su posición y definir sus intereses, la repuesta se encuentra en
las pasadas elecciones y las por venir. Se deben interpretar nuevas estrategias
y construir una verdadera acción política, el oficialismo esta perdiendo
electoralmente, porque, se viene debilitando la estructura del Estado.
Los partidos
tradicionales, deben cambiar sus formas de interpretar la realidad política y
entender su nuevo papel, nadie debe estar fuera de su lugar.
Venezuela está cerrando
un capítulo de su devastación social en los últimos tres años y, todo refleja
una representación simbólica de esta realidad.
Muchos tienen miedo.
Pero, los medios de financiación para destabilizar es muy cuantioso, es
menester ser humanista y obtener alianzas para eliminar el lenguaje del medio y
el odio. Jamás un revolucionario puede ser autoritario, menos falso ante
cualquier eventualidad.
Europa, es ahora
estremecida por el terrorismo y su población quiere libertad y paz, pero, es
cada ciudadano quien debe asumir los riesgos.
Es hoy, un mar de
sangre y, todo comenzó por simples palabras, juegos. Debemos sincerarnos. Es
necesario que los venezolanos tengamos
una voluntad dentro y fuera de los partidos para lograr el triunfo,
busquemos proteger nuestra moneda y vivir el presente.
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