La Tecla Fértil
Latinoamérica da marcha
a uno de sus grandes desafíos, descubrirse ante el mundo y reflejar sus índices
de crecimiento alimenticio y poblacional. Las empresas multinacionales nos han
perjudicado por sus articulaciones con el mundo financiero y contaminación de
los suelos a través de Monsanto y sus diversas filiales en la región sureña.
Las reseñas periodísticas son casi a diario, donde los diversos cultivos están genéticamente
mutando para que luego de ser procesado,
alimente una mayor cantidad de personas. A consecuencia de ello, los indígenas están
siendo desplazados de sus puntos de origen y hábitat en zonas de cultivo, aguas
y montañas.
La soya, está siendo
cosechada en tierras de la Alianza del Pacifico y de la Santa Alianza Contemporánea
como Brasil, Argentina y Paraguay. Sabemos
de sus diversos usos.
En América del Sur, hay
una verdadera lucha de clases sociales y las ganancias que perciben la oligarquía
es muy alta, en relación con el favorecimiento que reciben los pobres, más en
los productos de la dieta diaria, hay clubes o grupos interesados en bloquear
las resoluciones de los presidentes progresistas y quebrantar su economía
grupal e individual por país. Las multinacionales de alimentos, buscan el golpe
suave y tratan de quebrantar la unidad política en Nicaragua y Cuba.
Los ejércitos de países
no progresistas en el Continente Latino aúpan por un quiebre del mundo bursátil
y utilizan Las Bolsas de Valores de una manera muy individualizada y a efecto
de coordinación telemática, usan los satélites norteamericanos.
La injerencia
estadounidense es muy pronunciada y, es cada vez más notorio las conversaciones
entre los embajadores estadounidenses y los ciudadanos, tras la búsqueda de
personal activo que se preste al juego político del conservadurismo y
derechismo de los países del Pacífico, más ahora, la OTAN busca asesorar las fuerzas militares acantonadas en
Colombia.
Los alimentos,
constituyen un factor sensible en la población latina y viene originando una
crisis de cuidados en el Sur, más allá de la guerra económica, busca torpedear
la acción femenina en el campo de las luchas sociales y algunas han sido
detenidas, otras muertas y las principales tienen orden de captación y
detención en sus respectivos países, donde luchan por la igualdad social.
Por esto, la economía
de los países del Sur, deben revisar sus economías y visibilizar los campos
para la acción humana y recrear los distintos cultivos para favorecer a los núcleos
familiares en sí.
Los precios de los
productos alimenticios se encuentran globalizados y los Estados progresistas
invierten mucho dinero para sembrar y procesar alimentos en sus pequeñas
fábricas o empresas. Esas economías se encuentran destruidas por la acción del
bachaqueo, que tiene sus orígenes y el Estado, poco le presta atención en su
acción hacia la economía informal. Ganan treces veces el salario mínimo por lo
inflado en que venden los productos de la cesta básica venezolana.
La acción contra el
Estado tiene un carácter fraudulento, quien facilita los dólares para la
materia prima y son desviados de una manera constante por grupos inescrupulosos.
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