La Tecla Fértil
Los países del mundo, deben ir a una economía real para anclar con
fuerza en el poder financiero del proteccionismo, pero, las propuestas deben
ser escuchadas ante el Banco Mundial que rige un conjunto de inversiones para
la formación de empresas de nivel pesquero y textil. París, (Francia), por
ahora, solo desea cumplir su programa electoral y desea derrotar el fraude en
las urnas, tomando como principio el arte de la oratoria y la revolución
ciudadana.
La Francia insumisa ha quedado atrás y la ciudad de las luces se debate
en el mundo de hoy, con un gran criterio político. En definitiva, los EE. UU
solo busca sentirse sólido y cómodo con el mundo europeo. De algo hay una
certeza evidente: los partidos tradicionales han perdido notoria
representatividad en el escenario político francés, a la par de lo que sucede
en otros países de la UE. La inquietud central reside en saber quién canalizará
ese evidente descontento, lo que repercutirá fuertemente —sea cual sea el
resultado y, más aún, si el balotaje es Le Pen contra Melenchón— en Francia y,
seguramente, Europa en su conjunto. ¿Le alcanzará la remontada a Melenchón, que
ahora asiste a un embate mediático que, desde ‘Le Fígaro’ y otros medios, lo
compara con Hugo Chávez y Lenin, y Robespierre, ¿sin obviar a Trotsky?
Estamos, en medio de muchas tensiones, Latinoamérica duda de los
acuerdos llegados entre el presidente francés Y Santos, cuando el primero hizo
una visita a los terrenos donde serían anclados los guerrilleros de La Farc que
se sometieron al proceso de paz.
No
descarto que, al examinar los verdaderos motivos de las guerras y la supuesta
paz, encontraremos intereses ocultos que no están ausentes en Venezuela y
Colombia. El excelente libro de Eric Frattini “Manipulando la historia” nos
presenta a los servicios secretos detrás de 24 operaciones sicológicas de talla
mundial que cambiaron la historia sin que nos diéramos cuenta porque
desconocemos la manipulación que desembocó en guerras o conflictos políticos.
Algunos ejemplos a la mano. El escándalo Clinton-Lewinsky fue el resultado de
una operación fallida de la cacería de un espía en la Casa Blanca introducido
por un servicio de espionaje aliado de EE UU. El caso del ‘espía’ colombiano
Justiniano Torres capturado en Alemania por contrabandear plutonio fue el
montaje de los servicios secretos gringos, alemanes e israelíes para probar la
debilidad en la inteligencia del estado alemán. Los detalles los puede leer en
la excelente investigación periodística de Gordon Thomas “Mossad – La historia
secreta.” En el 2017, si usted pone el variante gas-petróleo en el conflicto
sirio y los réditos bancarios de ese negocio, quizá encuentre el hilo conductor
que le permita entender lo que señalo.
Hollande,
tiene mucho interés en Colombia y desea
acuerdos y concesiones industriales en Cali como Medellín. De allí, su acercamiento
A José Manuel Santos. El gran problema es el entorno de La FARC, porque la
extrema izquierda Colombia, sabe muy bien que Francia motivó las primeras
invasiones a Irak, Libia y Damasco a cambio de petróleo, que le seria otorgado
por el pentágono. En éste sentido, uno de los hermanos Primera, Florentino,
haya hablado desde Miami que esa oficina norteamericana de asuntos militares,
es quien decide a quien bombardear.
Mariano Rajoy,
también desea colarse en la firma del Acuerdo de Paz. En cualquier caso, los
opositores políticos ven con reojo dicho evento paisa.
El gran
problema con Colombia es su impunidad política. Los narcoterroristas regulan
las motivaciones de la droga en regiones selváticas y muchas veces escandalizan
con los fenómenos terroristas, cuando deberían preocuparse por la independencia
del país. Así Colombia sea un país amigo o no, a
veces hay que dar un puñetazo en la mesa y no ser "cómplice " con
unos acuerdos que tú nunca aprobarías para ETA en España o FARC en Colombia,
porque, los afectados somos los venezolanos.
Rajoy, no puede apoyar en Colombia, lo que niega en España, por el
simple hecho de que lo que ocurra a 10.000 kms no le afecta y mantener intacto
el fair play diplomático pues después aquí Otegi y su entorno, le van a
recordar su contradicción, como ya están haciendo.
Coherencia Mariano.
Cuando se trata de asuntos que destruyen la institucionalidad, existe el
deber de esforzarse tanto como sea posible para abrir los ojos de las
sociedades democráticas sobre las graves consecuencias que tienen determinadas
decisiones del gobierno de turno. Eso es lo que está sucediendo en Colombia, a
raíz de la invención del llamado fast track.
Dicha peligrosa creación es, nada más ni nada menos, que una versión
nacional de lo que en Venezuela se bautizó con el nombre de ‘ley habilitante’.
Allá se utiliza para que el Ejecutivo pueda hacer lo que le venga en gana, sin
tener que respetar las barreras institucionales propias de todo sistema
político y jurídico organizado. Como esa era la idea desde un principio, las
otras ramas se han dedicado a lo mismo.
La evidencia más reciente fue la decisión del Tribunal Supremo de
Justicia de asumir las funciones que están reservadas al Legislativo. Semejante
determinación produjo un terremoto político de tal magnitud que, sumado al
malestar creciente de la ciudadanía con la actitud presidencial de Nicolás Maduro
Moros, ha movilizado un número cada vez mayor de venezolanos inconformes a las
calles. La vida en democracia implica tener en cuenta los límites existentes,
toda vez que respetarlos es el fundamento de la convivencia social. Además, la
paciencia de la gente no es ilimitada.
Cuando las reglas están claras y son acatadas por los poderes del
Estado, la ciudadanía tiende a recibir con respeto las decisiones que se tomen,
así no coincidan con el contenido y decida expresar de forma democrática las
razones de su desacuerdo. Sin embargo, algo distinto ocurre cuando los
desbordamientos del poder son evidentes. La actitud valerosa de la oposición
venezolana muestra lo que sucede en esos casos.
Y en Colombia se sienten las expresiones del descontento. La victoria
del ‘No’ en el plebiscito del año pasado fue un veredicto incontrovertible.
Quienes salieron a votar por esa opción, lo hicieron enfrentados a todas las
administraciones, nacional, regional y local, a la avalancha de comentarios en
los medios que favorecían el ‘Sí’, y a la apabullante superioridad de
publicidad pagada en televisión promocionando la última alternativa.
A pesar de las desventajas en medio de las cuales se hizo la campaña,
ganó el ‘No’. Obtuvo la victoria, entre muchas otras razones, porque el rechazo
a la incorporación de todo el acuerdo Santos-‘Timochenko’ a la Constitución
era, y sigue siendo, mayoritario, al igual que lo es la actitud contraria al
fast track, habida cuenta de que destroza la Carta fundamental, pues acaba con
la división e independencia de los poderes.
Las multitudes que salieron a las calles y las plazas, en estos días de
abril son una expresión fresca de esas mayorías. No obstante, ahora el gobierno
anuncia que le tocará prorrogarlo por un mes más, lo relativo al billete de cien.
De esta manera, se le está notificando al país que nada importa, y que la
Constitución es apenas una bola de plastilina que sirve para darle la figura
que el presidente quiera. Mal anuncio, muy malo. Jugar de esa manera con él,
Creo que son falsos positivos para apaciguar a la gente.
Pretender, por lo tanto, desconceptuar semejante realidad social con el
argumento falaz de que no se debe invocar el pesimismo, so pena de caer en un
abismo más profundo, raya en la ceguera. Quienes caminaron no lo hicieron movidos
por la desesperanza, si no esperanzados en que la utilización de los mecanismos
institucionales permitirá cambiar el rumbo de la nación.
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