Aventis
*La izquierda,
debe reorientar sus principios de lucha, la ignorancia no puede controlar el
poder, sin historia.
Admitir a Cuba en
el hemisferio es un tema real para Estados Unidos y, los pequeños pasos que se
vienen dando bajo estrictas restricciones, nos lleva a pensar que esto, traerá
un alto costo para el gobierno de la Habana.
Muchos problemas permanecen activos ante una América Latina que esboza su nuevo
juego democrático, ante una serie de hechos que cubrió la izquierda de vergüenza,
como son los casos de corrupción y narcotráfico en algunos funcionarios sin
conciencia política y que, el comandante Fidel Castro Ruz protestó categóricamente,
pero, su vejez le impidió reaccionar ante esas eventualidades. Obama, reasumió
algunos principios para aligerar algunos acontecimientos, pero, sin la
presencia de Venezuela por su significación histórica ante España por la
captura de cargamentos de drogas, provenientes de nuestra región territorial.
La lucha de
clases, se hizo presente en el país de una manera más agudizada y el enfoque
idealista del Socialismo del Siglo XXI se requebrajo porque los intelectuales,
aquellos adiestrados en la dispensa pragmática, filósofos, agrotécnicos y
economistas que venían presentando un proyecto país, fueron colocados a un lado
de la historia y grupos anárquicos llamados colectivos o como se llamen,
tomaron el rumbo de la historia socialista teniendo su punto de mando en primer
lugar en Mérida, luego Aragua, para situarse esos mandos de poder, en
Miraflores, el Palacio de Gobierno que vio fallecer al hombre clave que como Gadafi,
eran los llamados para articular un programa de justicia mundial porque
supieron manejar los grupos minoritarios y mayoritarios, teniendo en cuenta su
condición de individuos, valorizar su arte y costumbres y no sentirnos extraños
el uno con el otro, éramos y somos venezolanos.
Vino, otra
realidad, esos mandos militares, apoyados por los caballos de hierro buscan un
nuevo enfoque, alineados en hechos de guerra, cuando somos un país humanista y
con jóvenes músicos que se preparaban en una gran dualidad, el academismo y los
instrumentos musicales. Nos encontramos en un nuevo nudo social, muy parecido
cuando Estados Unidos de Norteamérica entró de lleno con las fuerzas de la
coalición en la Primera Guerra Mundial.
Estamos
sacrificando a nuestros jóvenes por un ideal que no existe y una izquierda
constituida en agentes aficionados del Estado, atacan a sus mismos camaradas y
hermanos que ejercen funciones administrativas, auxiliares y coordinadores en
Las Misiones, pero, son decentes y honestos y llevan en su corazón el verdadero
Legado presidencial del Comandante Hugo Chávez Frías. Desde 1968, la izquierda
bolivariana viene siendo atacada por una diáspora que desea controlar el país
con fines insospechado y que ahora se hace presente.
Incluso, el
maestro, Luis Beltrán Prieto Figueroa es un desconocido y sobre él, cayo una
maquinaria depredadora de sus ideales. Hay una ideología que desea expresar esa
nueva elite socioeconómica del país y que es postulada a los más pobres con una
bolsa de comida, con un grado de sutileza, pero, refleja una nueva técnica de
guerra.
Contra esto,
luchan algunos jóvenes, los otros muchachos que desean una Venezuela mejor,
desean romper no con la izquierda que vemos, sino con estos núcleos de personas
que desean llevar al Estado Bolivariano de Venezuela hacia un mundo equivocado
y de una manera u otra, todos masificados buscan su libertad, ante una ideología
que es solo defendida por quienes están en lucha y se paran frente a una
tanqueta en un claro simbolismo que todos, estamos en contra de ese servilismo.
Que jamás Chávez quiso aplicar, porque su naturaleza era la esencia de todos
los venezolanos y cuando escribimos o, ese grupo de socialista protesta, allí está
Chávez, que observa como desean disolver una Constitución que es reconocida la
mejor de todas y un hombre desea constituirla en su manojo de flores que se
dispersa en los vientos del tiempo.
Uno puede
protestar con palabras todo lo que quiera. Sólo hay una condición inherente a
la libertad, que nos gustaría mucho alentar: las protestas pueden ser tan
estentóreas como sea posible, siempre y cuando permanezcan inefectivas… Pero, ahora son diferentes, es por la libertad
.A quien recurra a la fuerza, de ser necesario, habrá una respuesta. Somos una sociedad en la que esta es la voz predominante,
sólo puede mantenerse mediante alguna forma de movilización nacional, la cual
puede variar en extensión desde, como mínimo, una asignación de recursos
sustanciales hasta una amenaza creíble de fuerza y violencia.
Hace muchos años,
para que entiendan los camaradas que me atacan, ni siquiera los opositores. Siempre
le he trabajado al gobierno desde que tenía doce años y me congregaba en una
Asamblea Evangélica, en ese entonces frente a la casa de mis abuelos pasaba un
jeep de la Seguridad Nacional, cada mañana y me monte en un arbusto y le lance
una piedra que fue a dar al parabrisas, subí por una pared al techo y grite, ¡
Libertad!, es la misma voz, la de Cañizales y muchos jóvenes caídos bajo la
represión de unos bandidos, que desconocen ser socialistas o izquierdistas,
solo responden a las dádivas que da éste gobierno bolivariano.
Dadas las
realidades de la política internacional, este compromiso sólo puede mantenerse
en Estados Unidos o Cuba, mediante alguna forma de sicosis nacional: una guerra
contra un enemigo que aparece con muchos disfraces: burócrata del Kremlin,
campesino asiático, estudiante latinoamericano y, sin duda, guerrilla urbana
dentro del país.
Tradicionalmente, el intelectual ha quedado
atrapado entre las demandas en conflicto de la verdad y el poder. Le gustaría
verse como el hombre que busca discernir la verdad, decir la verdad como la ve,
actuar –colectivamente donde pueda, individualmente donde deba– para oponerse a
la injusticia y la opresión, para contribuir a dar forma a un mejor orden
social.
Si elige este
camino, puede esperar ser una criatura solitaria, despreciada o injuriada. Si, por
el contrario, pone sus talentos al servicio del poder, puede lograr prestigio y
riqueza. Digo éste bolivarianismo falso utilizando la imagen de mi presidente
Chávez y el de CAP, en el pasado. Los verdaderos reformadores de nuestra
Constitución a través de una Constituyente
También puede
tener éxito en persuadirse –tal vez con justicia, en un momento dado– de que
puede humanizar el ejercicio del poder de las clases significativas. Quizás
espere unirse a ellas o incluso remplazarlas en la función de manejo social, en
interés final de la eficiencia y la libertad.
Lo cierto es que muestra
FANB, GNB y la recién parida PNB, debe ser reformada en su totalidad, nuevos
protagonistas que defiendan en verdad la República, como lo hicieron Simón Bolívar,
Generalísimo Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, Ezequiel Zamora.
Comprar unas
tanquetas a China para asesinar a nuestros muchachos, más que una ideología
política es un acto criminal.
Los intelectuales
de esta generación, nos acobijamos en la izquierda revolucionaria y la socialdemocracia,
aspiramos a un papel en la retórica del socialismo revolucionario, hay una
visión de ingeniería social del Estado, de bienestar al perseguir una visión de
meritocracia de papel y bachaquera mafiosa que desea controlar el país y
representada por unos viejos acuerdos Psuv- MUD, donde, uno de sus gestores es
Julio Borges y Gerardo Blyde, el militar y gobernador de Lara, Henri Falcón que
es un falso positivo.
Somos, una
vanguardia revolucionaria y juvenil que se abre camino entre las tanquetas y la
nefasta PNB para fortalecer la nueva sociedad que puede y se pueda entender sus
problemas sanitarios, tecnológicos y educativos, bajo las referencias
históricas del Che Guevara y Chávez, son cambios fundamentales que se deben
hacer.
Para algunos, las
elecciones, puede depender de poco más que una evaluación de la capacidad
relativa de las fuerzas sociales en competencia. No resulta sorprendente, pues,
que con mucha frecuencia los papeles cambien: el estudiante radical se vuelve el
experto en contrainsurgencia e insurgencia.
En cualquier caso, es necesario ver sus
afirmaciones con recelo: propone la ideología convenenciera de una élite
meritocrática que, según la frase de Karl Marx (aplicada en este caso a la
burguesía), define las condiciones especiales de su emancipación (como) las
únicas condiciones generales por las que la sociedad moderna puede ser salvada.
El papel de los
intelectuales y los activistas radicales, pues, debe ser sopesar y evaluar,
intentar persuadir, organizar, pero no capturar el poder y gobernar. En 1904,
Rosa Luxemburgo escribió: Históricamente, los errores cometidos por un
movimiento verdaderamente revolucionario son infinitamente más fructíferos que
la infalibilidad del comité central más brillante.
Estas
observaciones son una guía útil para el intelectual radical. También brindan un
refrescante antídoto al dogmatismo tan típico del discurso de la izquierda, con
sus áridas esperanzas de controlar el poder, me refiero al grupo de militares y
colectivos que apoyan al solitario de Miraflores, que perdió su vigencia
histórica al no escuchar al pueblo
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