La Tecla Fértil
Los vendedores ambulantes, son nuestros
principales enemigos, ellos provocan el caos en cualquier lugar que se coloquen
y para colmo, nos venden los productos de la cesta básica de una manera muy
costosa. Es decir, los venezolanos, estamos saturados que los socios del
gobierno nos estafen y privaticen los productos del CLAP, cuando debe llegar a
todo hogar de una manera simple y rápida, es que les ponen precio a sus
productos a sus antojos.
Da vergüenza e indignación, provoca bañarlos con
un cubo de agua y, el político solo le interesa una Constituyente o, por la
derecha o centro derecha, tumbar a Maduro a fuerza de fogonazos, la corrupción
e impunidad ya supera la condición social de cualquier funcionario que es
captado para delinquir de una manera abierta, saben que el alto Tribunal de
Justicia no es vigilante del quehacer pueblerino y el cumplimiento de las
normas sociales. Duermen en una hamaca con bañera y la habitación es oscura por
la ignorancia de sus responsabilidades sociales. Me pregunto, ¿Dónde está la
dignidad de estas personas?
No es fácil encontrar personas con sentido
común y coherencia, que quieran ir en listas y al final los partidos no tienen
mucho donde elegir.
Si a lo anterior añadimos que los políticos,
aunque los votemos nosotros, se deben y siguen las instrucciones del partido
que da las órdenes desde Miraflores o Caracas, y como si te mueves no sales en
la foto, con alguna pequeña excepción, aceptan estas instrucciones que llegan
de fuera, aunque a veces no solo no nos benefician, sino que nos perjudican y
eso lo hacen todos. sean de derecha, izquierda, arriba o abajo.
Y al final lo tengo claro, vamos a hablar de
nosotros, de los que vivimos todo el año en la ciudad, de los que sufrimos todo
lo anterior y me pregunto: ¿Qué ha pasado con aquellas personas que se
manifestaban a miles pidiendo la protección del gobernador y alcalde, es Verdad
que desean castigar con un cambio de
gobierno por el tema de las autovías y dijeron un NO alto y claro SI a las prospecciones
de votar a una constituyente?
Dicen que los políticos son un reflejo de la
sociedad, que son ciegos a lo que sucede en el país y somos sordos, al ruido
que durante las 24 horas no nos deja descansar y no hacen nada para evitarlo.
¿Qué hacemos nosotros? Queremos políticos valientes. ¿Pero podemos pedirles
valentía si somos tanto o más cobardes que ellos?
Estamos haciendo lo mismo, cerrando las
ventanas para que no nos moleste el ruido, dejando de ir a las playas para no
ver en lo que se han convertido y algunos han hecho la maleta y se han ido de
la ciudad, igual que muchos jóvenes que al acabar la carrera prefieren quedarse
a vivir fuera de la misma, lo que sea con tal de no dar un paso al frente y
cambiar la inercia y exigir (no pedir ni solicitar ni desear) un turismo sostenible
en equilibrio con la capital y
respetuoso con quiénes la habitan todo el año.
Al final he llegado a una conclusión: todo lo
anterior no pasaría si nosotros (si, han leído bien, nosotros) no lo hubiéramos
permitido. Lo normal es criticar/hablar de los políticos, de su pasividad,
inacción... Tenemos que entenderlo, están muy ocupados defendiéndonos del Ibex
35 y de los lobbies o en desfiles de moda atendiendo a los
'glamurosos' invitados
Y además queda el ruido en toda la isla. Niños,
personas mayores, trabajadores, estudiantes, todos sin excepción lo padecemos.
Si te quejas te encuentras con la más absoluta indiferencia por quienes lo
hacen y la pasividad e inacción de los que deberían resolverlo. Me pregunto si
la actitud sería la misma en el caso de que el ruido molestara a alguno de
estos ricachones. Algo me dice que no, que entonces si se nos recordarían que
el descanso es un derecho y que hay ya jurisprudencia al respecto y que incluso
puede llegar a ser un delito no dejar descansar.
imagínese la situación:
usted acude a un restaurante, caro por cierto, y pide un bistec con patatas,
algo relativamente simple de cocinar. Como los del restaurante son unos
aprovechados muy listos, le cocinan en un plato muy decorado un mini bistec
quemado con patatas grasientas. O sea, ¿para tirar?
Usted, que al no tener
un gran paladar se deja aconsejar por expertos de la cocina, acepta la
recomendación de un comensal y solicita que le cambien el plato por
impresentable. Un rato después regresa el cínico camarero con «algo», que aun
siendo del montón, al menos es comestible. Finaliza la cena y pide la cuenta.
Le entregan un papelucho donde escrito a mano lee: dos bistecs con patatas, a
pagar en cómodos plazos. Increíble, ¿no?
Esta situación puede parecer un poco
surrealista, pero es exactamente lo que han hecho PSUV- Miraflores.
Y Gran Polo Patriótico.: aprobar que la ciudadanía, o sea usted, pague
dos veces por lo mismo. Todo es un maquillaje.
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