El Reloj del
Tiempo
El agravio a
los ciudadanos y la disposición de sus recursos para gastarlos en asuntos
inocuos, llevaron al Psuv a una baja estimación de parte de los votantes
adeptos como opositores. A su alrededor se formaron verdaderos clanes que jamás
despertaron el nacionalismo por la causa patriótica que despertó, el comandante
Hugo Chávez Frías. Poco, hicieron en ésta época del presidente Nicolás Maduro
Moros para convertir a Venezuela en un punto del desarrollo nacional.
Los
venezolanos creímos en una mejor demanda de la financiación de obras
fundamentales y presupuesto para finalizar obras que esperaban por su
finalización. Algunos dirigentes de esa agrupación roja, estuvieron siempre a
la deriva porque nunca apreciaron la gestión de Chávez y, ya es difícil de
decapar ahora, todo se encuentra consumado.
Ese mismo
grupo de personas, ahora se abre paso en el camino de la patria para constituir
argumentos que refleje y represente los fundamentos sociales y organizativos de
nuestras comunidades.
Es que muchos
compatriotas metieron sus manos, desde los mercales hasta los supermercados
éxito. Las empresas de servicios e industriales no blindaron los ahorros de los
grupos familiares y el SUNDEE se convirtió en un elefante más. Era preciso
trabajar y mucho. Quienes trabajamos en las Misiones fuimos acosados a pesar de
nuestra profesionalización y acusados de falsedades para dañar las
instituciones, los saboteadores poco fueron corregidos y censurados.
El silencio
pusilánime de años del empresariado venezolano, repitiendo muchos de los
manoseados tics del nacionalismo, ha dado alas a las demandas soberanistas.
Nadie pide que hagan política si se dedican a la empresa; pero si la política
destruye la economía y la empresa, romper el silencio es de supervivencia
obligada, aunque se haga por los cauces discretos por los que siempre circuló
la diplomacia catalana, sobre todo la económica y financiera.
La lista de
cierres continua y la banca se ha unido a fomentar más crisis al no querer
operar desde las taquillas, esta semana fui a pagar una deuda a un comercio,
desde la sede del banco y la operación era del mismo banco y me expresaron en
la taquilla que solo podía retirar cierta cantidad de dinero, algo
inexplicable. Así que el desempleo sigue fomentándose con sus agravantes.
Uno de los
sectores más activos fue el de la alimentación.
Pero, en el pasado, ahora todo es importado, así lo dispusieron los
militares. La Comunidad ha tenido tradicionalmente un peso muy importante en
dicha industria, tanto con empresas locales como grandes multinacionales que
decidieron cerrar sus puertas e irse a otros pueblos fuera de Venezuela. Son
momentos de cautela y la salida de ciudadanos profesionales y especializados es
muy notoria.
La gran
noticia en este sentido, fue la salida de la mexicana Bimbo. El grupo, con
un origen ligado al empresariado catalán, es una de las principales compañías
latinoamericanas de la industria. Es, además, propietaria desde el año pasado de Panrico,
la panificadora catalana dueña de Donuts. En Venezuela, tiene y ha tenido una
buena presencia, pero, acá no la dejan desarrollarse.
La empresa señaló hace unos días que no iba a hacer
“comentarios ni pronunciamientos” sobre la situación política. Finalmente, la
compañía decidió su traslado a Madrid, donde ya tiene presencia en el Polígono
de las Mercedes y desde donde ya dirigía la división EAA (Europa, África y
Asia).
Pero no es el único nombre. Muchas han cerrado sus
santamarías y prefieren invertir en otras localidades cercanas en Latinoamérica.
El impacto ha sido grave en la economía local, no
me gusta hablar de crisis, cuando trabajaba en Las Misiones del Estado
Bolivariano de Venezuela, algunos compatriotas cubanos, me expresaban que no
hablase de crisis,” A ustedes les falta voluntad en el trabajo, les gusta
cancelar las nuevas inversiones para dedicarse ala importación. Estos grupos
son unas abejas, crean fondos falsos para distraer el erario público que paga
el pueblo con hambre y pobreza, aquí, el turismo se irá reduciendo junto a las
empresas”. Me acotaban.
Los escenarios en el país son de preocupación, los
pseudopolíticos son un escenario novedoso por sus falsedades y la realidad
histórica siempre supera al más atrevido de los relatos novelados, aquí
manejamos episodios de ficción.
La crisis abierta por el independentismo venezolano ha atrapado
definitivamente a su economía. Se ha dejado en suspenso decisiones
trascendentales para los Estados (los Presupuestos Generales del Estado de 2018,
especialmente), y en las últimas jornadas los analistas han puesto el foco en
el conflicto y declarado en cuarentena las decisiones que antes habían dado por
buenas. Los precios cambian a cada momento y el militarismo fracaso en su
intento de tener cuotas de poder en el ejercicio administrativo civil.
De tal manera que los mercados han pasado una factura a la economía
venezolana nada despreciable, aunque hasta ahora ceñida solo a las
variables financieras, con un recorte importante en la Bolsa de valores y,
subida en la rentabilidad de la deuda emitida por Venezuela y los países
progresistas del Sur.
La lógica de los inversores
es muy simple: si Venezuela entra en una espiral de inestabilidad
política, como le sucede, se encarecerá su financiación y llegará al crédito de
las empresas a través de la banca, que experimentarán también los efectos de la
pérdida de vigor de sus ventas por la incertidumbre económica. El esperar y ver
de proyectos de inversión, las caídas muy apreciables de reservas en el mercado
turístico y empresarial nacional son solo rayos que degenerarán en tormenta si
la crisis abierta no se cierra rápidamente.
La génesis de la crisis
catalana está en la economía, y en la economía está buena parte de su
resolución. Pero mientras esta llega, será también la economía la víctima
principal, porque la contumacia de los dirigentes secesionistas expresada en
una independencia suspendida para buscar una ilusoria negociación no hace otra
cosa que prolongar la incertidumbre, el primer enemigo de la actividad
económica.
Al desviarse, Nicolás Maduro Moros, de la gesta patriótica del
comandante Chávez Frías, todo cambio en nuestro territorio, el socialismo por
esta vía no mejora al país, es frustración tras frustración.
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