El Reloj del Tiempo
Actualmente, la crisis vivida en ésta extensa zona
residencial que es Venezuela, nos lleva hacer una referencia formal sobre las
necesidades de cambio por la implantación de un nuevo gobierno, bajo la
convicción y la voluntad de quienes forman parte de las diversas cuitas a nivel
nacional. Es decir, venimos sufriendo un
nuevo ordenamiento político que ha dado traste a la esencia republicana.
Estamos, en una campaña feroz de las redes
sociales, una forma mediática de crear crisis económica y emboscar el buen
gentilicio de los venezolanos, lo que nos lleva a interpretar que todo es
artificial, sacrificando los empresarios, lo que siempre sacrifican, los
puestos de trabajo.
Hay que dejar la perversión política a un lado y,
ponernos a trabajar. Necesitamos con urgencia, una conciencia ideológica para
poblar ese sentimiento revolucionario en el alma de nuestros niños, un crisol
de ideas netamente revolucionarias. Es fundamental, la posición de cada elector
y seguir adelante.
Se debe acabar, los viejos sistemas políticos. Y
liberarnos de los yugos de esclavitud política, debemos pactar para
industrializar el país.
América Latina, tiene que ideologizarse y crear
un nuevo fundamento izquierdista para avanzar hacia los sectores populares,
porque el CLAPS, los ha corrompido a todos y la nueva ANC, no pree actitudes
saludables para elevar la revolución hacia un solo criterio de lucha urbana y
de propaganda hacia la zona rural. La socialdemocracia, avanza hacia esos
sectores y el acercamiento de sus dirigentes viene dándole un nivel fuerte a
las fuerzas que reflejan un movimiento moderado hacia la realidad.
Ahora la economía, es controlada y, la moderación
debe ser otra, lo cierto es que, las bancadas deben reunirse para definir las
capacidades retóricas de cada grupo y, como manejan el discurso político,
solamente, se espera por el triunfo de los candidatos de cada sector.
Cada
rector político, debe tener un discurso político responsable, apto para
construir una mayoría decisiva, debiese, a esta altura, primero, invertir los
términos: no poner la política bajo ideas económicas, sino la economía al
servicio de la política.
Es menester perfilar con nitidez una visión
nacional, en la cual se logre discernir con claridad el modo de nuestra
convivencia futura, de nuestro destino común (las condiciones bajo las cuales
nuestro destino podrá ser llamado “común” y “nuestra” la convivencia futura).
Dos son los aspectos
axiales que debiesen componer esa visión. Por un lado, un énfasis cuidadoso en
el principio republicano, que repara en la división del poder social y
político, en la importancia de contar, a la vez, con un Estado fuerte
(reformado, regional) y una sociedad civil apoyada en una economía privada
dinámica y poderosa. Por otro lado, una
atención preferente por la integración: la integración del pueblo consigo
mismo, en una nación abarcante, inclusiva, que viva bajo condiciones de
existencia compartidas; y la integración del pueblo con su territorio y su,
muchas veces trágicamente, abandonando el paisaje
La derecha, viene con la abstención en cada
elección convocada por Consejo Nacional electoral, , lo que reitera su
condición de minoría en la sociedad y también en la esfera electoral y en el
parlamento, aunque haya aumentado levemente en la elecciones resiente su representación. Esto, dicho sea de paso,
revela que sus temores poco democráticos de avanzar hacia un sistema
proporcional eran infundados, como lo son sus temores con una asamblea
constituyente de la que emane una nueva constitución. La tríada de posturas que
la caracteriza -con variantes mayores o menores- de autoritarismo como modo de
resolver los conflictos, de libremercadismo que lleva a la concentración del
poder económico y de conservadurismo cultural que lleva a la intolerancia, no
tiene el apoyo mayoritario de la sociedad.
Hay que respetar nuestra bandera nacional y la
Constitución, las coaliciones, conllevan a sustentar los servicios públicos y,
negociar la libertad de los detenidos, hay que ser muy claro y ver sus efectos.
Estamos, en un proceso electoral. Los distintos
sectores políticos deben definirse y, asumir una sola candidatura por lado,
para hacer converger una realidad o adaptabilidad que nos lleve a una sociedad
diversa y, que determine una diversidad mirando al futuro, En Venezuela
pareciese que estamos en unas correrías de noveles políticos, hombres que no se
ha curtido por el pueblo, caminando las veredas de las zonas populares y que
los árbitros lo saben, las telefonías móviles conocen de sus actuaciones en los
perímetros de la ciudad. Poco, se les conoce en su trabajo ético por el
silencio que refleja sus idearios en el perfil de sus hojas de servicio.
Así
que, no podemos liberarlos de las brasas de fuego. Todos, deben ir exilados a
sus respectivas residencias por no darle respaldo al voto, sí, de esas personas
que sufragaron por ellos. De allí, la necesidad de una reestructuración política
a todos los niveles.
Dejemos
el populismo atrás, esta rodeado de secretos, manipulación del lenguaje y
desinformación estructural y sinceridad en los principios morales de la lucha
popular y de esta forma, le daremos un parado a lo referente a nuestra deuda y
créditos públicos externos.
Poco
sabemos, por quién votar en cada elección, porque desconocemos la legitimación
de candidatos que son elegidos a dedo.
A su vez, se contrae nueva deuda para pagar deuda vieja,
en muchas ocasiones en condiciones más perjudiciales que la anterior deuda que
se dice cancelar y por el contrario se la aumenta, aunque sólo se dilata el
pago. Y el ingreso de los dólares, los que realmente llegan al país, en
definitiva, terminan sirviendo para sostener la constante fuga de capitales, en
la bicicleta financiera que se está produciendo. Lamentablemente, en general,
con esta lógica de endeudarnos constantemente coinciden el oficialismo y parte
de la oposición en Venezuela.. Y la aplican, tanto el Gobierno nacional como
algunos gobiernos provinciales y municipales.
Para colmo, muchos personeros de los intereses
financieros y diversos medios de difusión pretenden convencernos de que no hay
nada mejor que seguir pagando deuda externa, sin cuestionar las ilegitimidades que
hubiera. Así, se nos prepara para seguir siendo deudores dependientes
eternamente, de los criterios condicionantes de los prestamistas.
A su vez, las deudas que contrae el Estado
nacional se concretan en contratos con cláusulas de confidencialidad que
ocultan al pueblo aspectos perjudiciales para el país. Contratos en los que,
además, entre otras condiciones graves, se obliga a resignar la actuación de la
Justicia venezolana y se delega la jurisdicción en Tribunales de Nueva York o
Londres. A quien sabe, China y Rusia.
Dejemos el populismo atrás que atrofia el Estado
Bolivariano y los programas de desarrollo se estancan.
Los sacheros, brotan por doquier, desean aprovecharse del
todo y avanzan para contaminar al Estado de sus fechorías. Es a todos los
niveles, la lucha es feroz para el presidente Nicolás Maduro Moros. En América
Latina no se quiere al neoliberalismo, la actitud de Temer, Brasil y Mauricio
Macri en Argentina desalienta a sus seguidores y quienes votaron por él. La
izquierda retoma su pulso y tiene que cambiar su cuerpo colegiado o sigue dando
trastes en lo económico. Es una política de impacto
Será un mes intenso, todo puede ocurrir, nada está escrito, al igual que lo fueron estas elecciones pasada de gobernadores y ahora municipales Los neoliberales desean avanzar, pero, la banca y empresarios desoyen al pueblo y lo llevan a la picota por el default parcial, la inflación y especulación, sin dejar de recordar el triste papel del militarismo en los programas sociales del presidente Nicolás Maduro Moros.
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