El Reloj
del Tiempo
Las
situaciones de pesar se siguen suscitando y, es necesario aprender para elevar
nuestros valores éticos para definir en el tiempo, la actitud de nuestra razón
ante la realidad. Así, que Jung confiere en parte, las pruebas existenciales de
que tenemos una fuerza cósmica que nos rodea y que compartimos la misma
realidad.
Así que,
las simbologías nos perforan y perturban nuestra conciencia para cumplir un
conjunto de rituales y, donde la liturgia romana no desea captar sus
respectivos cánones. Lo cierto, es que las despedidas se convierten en un
ritual y nos lleva a comparaciones forzadas para revivir los recuerdos fatales,
como sociedad y sumergirnos en una constante despedida con la imagen de la
muerte en presencia nuestra.
Nadie,
quiere responsabilidades. Estamos rodeados de falsos principios ideológicos,
con sus falsedades, pocos, quieren subordinarse al tema democrático y la
dictadura latina pervive en nuestra democracia, creando inconformidades, que
poco democratizan nuestros corazones y nos llevan a sobrevivir en una dictadura
cataléptica a nombre de una seducción cualquiera.
Ya, en el
Sur, estamos cansados de militarismos que desean enfocarse hacia un bien
utilitario, el socialismo con imagen de democracia, algo por demás falso,
porque, he allí la concepción
En lugar
de vivir con responsabilidad ciudadana los males de nuestro tiempo, desde la
corrupción a la violencia, desde la pobreza al autoritarismo, seguimos poniendo
las culpas afuera, incapaces del pacto democrático para construir una nueva
sociedad, libre de las lacras del pasado.
A la par,
la simulación ideológica irresponsablemente encadena a nuestros jóvenes hacia
la liberación, ese oscuro pasado de violencia y no a una educación
auténticamente democrática que los torne ciudadanos responsables con los
destinos de su país.
De esta
manera, bajo una infinidad de concepciones, tenemos presente, los cuadros de la
muerte. Nadie, absuelve nada, desde las aguas altas de Las Malvinas hasta las
marchas de Caracas, muchos jóvenes se inmolaron por el juego político de los
militares y, que con sus fingimientos de superioridad arrasan con los pueblos y
uno o tres títeres políticos, los nuestros, Jorge Rodríguez, quien no cumplió
como alcalde del Municipio Libertador, Julio Borges, astuto como el solo y los
descendientes de árabes que manejan nuestra política económica y jurídica a sus
antojos. El Atlántico Sur y el Mar Caribe, tienen sus silencios.
Nos
encontramos, en tiempos de violencia política que nadie justifica.
Hay marcas
en nuestra historia latina, provocada por inexpertos generales que desean
transformar la sociedad, en sus propios criterios y, nadie vela por la verdad y
convivencia, los errores son iguales en cada tiempo
Los procesos
políticos nos vienen avasallando, desde hace veinte años, nos patean como
quieren, ahora se suma la banca universal, bajo un acuerdo político y, nos
hacen ver un conjunto de controversias con sus zanjadas. Discusiones que no
llegan a feliz término.
Macri
Mauricio, Michel Temer y Nicolás Maduro, representan el universo que el mundo
latino, no desea ver jamás, nos han cerrado el camino hacia el mundo europeo y
las movilizaciones comerciales, resultan limitadas para ambas partes. Nos
encontramos sacudidos por una crisis de bienes industriales y personales, donde
el narcotráfico es la única respuesta para trabajar en tierras ajenas a sus
fines.
Así que,
asomamos un desequilibrio industrial y empresarios de maletín, vienen
fomentando la corrupción y anarquía, es un delirio por apropiarse los dólares
que otros capitalizan la estantería doméstica.
Dijo Macri
durante el lanzamiento de la presidencia temporal argentina del G-20: “Vamos a
mostrar que podemos sumarnos a una conversación global, sin alzar la voz de
enojados, pero tampoco sin seguir pasivamente los intereses de otros”. Un palo
para el kirchnerismo hostil y otro para el menemismo dócil de los años 90.
Nicolás
Dujovne habló del “rechazo al proteccionismo” y de “continuar con el
desmantelamiento de los esquemas que impiden la llegada de la producción
argentina al mundo”.
De
Venezuela, no se diga.
Cuando el
ministro se refiere al proteccionismo está aludiendo, implícitamente, nada
menos que al proteccionismo norteamericano de Donald Trump y a
sus arremetidas desarticuladoras dentro de la Organización Mundial del Comercio
con el riesgo latente de que de allí sólo emerja una declaración formal.
De ese
mismo universo es el siempre firme proteccionismo agrícola de Francia, que, caza en rio revuelto, dicho sea
de paso, pesa fuerte en las negociaciones Unión Europea-Mercosur. Más la
presión de Alemania para entrar con sus autos y otra lista de productos
industriales; más los biocombustibles, las cuotas para carne y lácteos, los
servicios o, en palabras de un analista, “la oferta recurrentemente amarreta de
la UE”.
Las
asimetrías y un reparto equilibrado de los tantos han sido un conflicto nunca
superado durante los más de veinte años de conversaciones.
Durante la
larga década kirchnerista la economía argentina pasó a ser una de las más
cerradas del mundo, mientras Europa, China y la propia EE.UU. sembraban
acuerdos comerciales a este lado del mundo, con preferencias de acceso a los
mercados. Si de este proceso brotaron oportunidades, la Argentina y Venezuela, no
las tienen. Y queda claro que desde un piso así y de las inconsistencias propias arrancan
las aspiraciones de Macri. Debe irse de la presidencia de Argenta.
No hay
tiempo, para pronósticos. Son veinte años en perder el tiempo, las políticas
económicas se incumplen y, los datos de ayer, se transforman en debilidades en
el mundo de hoy. Son proyecciones lineales del presente, para decir verdad, el
ligamiento entre comicios electorales y planificación económica, nos ha hecho
mal, más si aparecen pronosticadores como Jorge Rodríguez que incumplió en su
municipio, donde ejerció como acalde, me refiero al Libertador.
La opinión
pública y la economía, como la salud humana, no sólo tienen – para su análisis
– un componente coyuntural pleno de limitaciones informativas sino, también, un
componente estructural. Este es complejo ya que está sometido a la “visión del
mundo” del analista que lo lee. La dirección profunda de la estructura tiene
mucho más peso sobre el futuro que lo que en él pesa la dirección de superficie
de la coyuntura.
Cuanto más distante y, por
lo tanto, más relevante, el futuro más peso tiene la profundidad estructural.
El peso de la “visión del mundo” de quién lee los datos estructurales aumenta
con la distancia del futuro que se pronostica. Puede pasar que mientras la
coyuntura nos describe un escenario de alegría (o de pesar) la realidad de la
estructura nos condiciona un futuro de pesar (o de alegría), es decir,
contradictorio.
Los
datos estructurales, sobre los que se basa un diagnóstico profesional, no
pueden dejarse de lado en el análisis sobre el futuro. Y tampoco debe
omitirse la “visión del mundo” de quién lo realiza.
Acierta
Ramón de Campoamor cuando dice: “En este mundo traidor/nada es verdad ni
mentira/ todo es según el color/ del cristal con que se mira”. La realidad es
una suerte de “mundo traidor” ya que sus giros y transformaciones nos muestran
distintas máscaras.
La corrupción, no ha
muerto. Lo demás es un argumento que, algunos se quedan cortos. Hay demasiado
por hacerse y nadie ejecuta nada, Brasil con Lula, dejo pasar algunas páginas
históricas que ahora, pegan en Venezuela y Argentina, deseamos en el Cono Sur
una transparencia sobre verdades y que verdaderamente paso el Ara San Juan, se
los arrastro la corrupción, al igual que Pdvsa, son demasiados reportes una
sola realidad, los presidentes del Cono Sur, solo piensan en reelegirse y no en
las comunidades

No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se publicarän notas que contradigan o reflejen un criterio contraetico