Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

sábado, 11 de agosto de 2018

Brunson, pieza clave diplomática y de estabilización de la lira turca


La Tecla Fértil.

Tayyip Erdogan, enmarca la crisis de la moneda turca en una verdadera batalla nacional entre la inversión, ciudadanía y los enemigos económicos, el bloqueo económico prosigue en una ciudad, acostumbrada al amanecer. El dólar, se inmiscuye en el comercio y los turcos tienen que sacar sus reservas de oro, agua y aluminio para vender y sobrevivir., la devaluación es un tercio a un cuarto de su valor y la divisa cae de un 19 a un 21 %, este fin de semana.
Hay nerviosismo en los mercados internacionales, por efecto de la globalización.  Las sanciones impuestas por los EEUU interfieren en el gobierno turco y su contexto geopolítico, lo que obliga a tener un mínimo histórico para hacer frente al consumo interno de comestibles y, las divisas son muy controladas para limitar los tipos de interés.
El Gobierno de Estados Unidos anunció hace una semana la imposición de sanciones económicas contra los ministros turcos de Justicia, Abdülhamit Gül, y de Interior, Suleyman Soylu, por su papel en el arresto en Turquía del pastor protestante estadounidense Andrew Brunson. La Fiscalía turca pide hasta 20 años de cárcel para el pastor estadounidense al considerar que tiene lazos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla secesionista kurda de Turquía, y que está vinculado también con la red del predicador islamista Fethullah Gülen, exiliado en EE.UU., al que Ankara achaca el fallido golpe de Estado de 2016.
La tensión entre Turquía y Estados Unidos, acrecentada con los últimos días por la situación de Brunson, alcanzó hoy otro nivel con el anuncio del aumento de los gravámenes de Trump sobre el acero y aluminio turco.
Ya en 1992, el inversor Georges Soros ganó celebridad por haberse ganado 1000 millones de dólares a costa de hundir la libra esterlina, luego, la pinza Trump- Erdogan puede emularle con la lira turca, hay un desplome y un mínimo histórico frente al dólar y aires de gran desafío.
Todo, el que invierte en Turquía, extiende su inquietud por las principales plazas bursátiles del continente europeo y latino y, ese dinero parece evaporarse, el mercado de divisas recoge sus tentáculos.
Según el Financial Times, el Banco Central Europeo ya ha mostrado su inquietud por la exposición del sector financiero a Turquía. El francés BNP Paribas, el italiano Unicredit, y el español BBVA, tres colosos de la banca europea, mantienen fuertes inversiones en entidades de la zona. Sus acciones estuvieron este viernes entre las más golpeadas.
Los tres bancos europeos sufren en Bolsa por esa exposición, sin que Erdogan, que llamó a los ciudadanos a buscar dólares y oro incluso "bajo el colchón", para cambiarlos por liras, lograr controlar y aplacar la desbancada y el nerviosismo y la ira, solo acumula devaluaciones progresivas y, esto, sin subir las tazas de interés, lo que implica una total desconfianza por las políticas de Trump hacia el choque con los demás Nación- Estado.
el mercado financiero europeo, ha madurado mucho y los argumentos reflejan una lógica abrumadora y arriesgada, porque en el antiguo imperio otomano, todo está asegurado y las instituciones nos dan un parecer muy débil ante un estado de derecho estable, porque, el sistema financiero europeo y turco se dedica más a la construcción, buscan formar económicamente a los países emergentes.
Los riesgos políticos han cambiado la Turquía en la que BBVA, Unicredit, BNP Paribas y otras compañías invirtieron. Antaño precursora de la alianza de civilizaciones y, es candidata a entrar a la Unión Europea, pero, se plasmará ya, cuando las naciones se alineen en la espera del Mesías Jesús. El creciente intervencionismo del presidente Erdogan en el Banco Central, su negativa a subir tipos de interés pese al aumento de la inflación y el rifirrafe con Estados Unidos han generado la tormenta perfecta para su divisa. Al frente del timón, Erdogan ha intercambiado el pragmatismo y el discurso de la conquista del bienestar por los grandes dogmas: "Ellos tienen los dólares, nosotros tenemos a nuestro pueblo y a Dios", ha afirmado en plena crisis.
El ministro de Justicia, Abdulhamit Gul, y el del Interior, Suleyman Solu, han sido castigados por el Departamento del Tesoro de EE UU por orden directa de Trump, según la Casa Blanca. Se congelará cualquier propiedad o activo que tengan en EE UU y no podrán hacer negocios con sus ciudadanos. Los ministros afectados reaccionaron asegurando que la medida no les afecta porque no tienen bienes de ningún tipo en EE UU. La cancillería turca calificó las sanciones de “intervención irrespetuosa” y aseguró que la “agresiva actitud” de Washington será “respondida sin demora”.
DT, quiere a Brunson libre cuanto antes y Turquía le está haciendo esperar. Ya en abril el presidente protestaba en su cuenta de Twitter porque el pastor estuviese “perseguido en Turquía sin razón”, y agregaba esta extraña frase: “Dicen que es un espía. Pero yo soy más espía que él”. Hace dos semanas recuperaba el tema con otro tuit en el que afirmaba que la postura de Ankara era “una desgracia” y enseñaba los dientes a Erdogan diciendo que Brunson llevaba ya “demasiado tiempo como rehén”. El jueves pasado advertía de las sanciones por venir y hablaba del pastor como “un cristiano formidable, hombre de familia y maravilloso ser humano”. Washington enfoca el tema como una “persecución religiosa”, en palabras del vicepresidente Mike Pence, de fe protestante como Brunson y como millones de conservadores cristianos que son una base electoral clave para Trump.
La semana pasada Trump habló por teléfono con Erdogan y le pidió que soltara a Brunson. Según afirma The New York Times citando una fuente anónima de la Administración, Trump se quedó convencido de que había llegado a un acuerdo con su par turco para que dejase en libertad a Brunson a cambio de que Israel excarcelase a una turca acusada de financiar al palestino Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás). A la postre, ella salió de prisión, pero no así Brunson. Trump se sintió estafado por Erdogan.
Pese a las sanciones de EE UU, los canales diplomáticos siguen abiertos. “Estamos negociando con nuestros colegas de EE UU y de momento el ambiente es positivo”, ha explicado una fuente de Exteriores turca citada por el diario Habertürk. Pero la relación entre estas dos naciones aliadas de la OTAN no tocaba tal fondo desde que en 1974 Washington impuso un embargo de armas a Turquía por su invasión de Chipre y por su vuelta al cultivo de adormidera. Ankara es clave geopolíticamente para EE UU y un socio imprescindible en la lucha contra el Estado Islámico. Sin embargo, su cercanía con Rusia y sus oscuridades en materia de derechos humanos escaman a Washington. Turquía, por su parte, no acepta la protección de EE UU a Gülen ni su apoyo a las milicias kurdas en Siria.
El pastor afronta una condena de hasta 35 años de cárcel. Brunson, de 50 años y natural de Carolina del Sur, casado y con tres hijos, lleva viviendo en Turquía más de dos décadas. En el pasado dirigió una iglesia protestante en Esmirna (Mar Egeo). Ha rechazado las acusaciones y su abogado sostiene que los cargos contra él se apoyan en testimonios infundados. En julio fue trasladado de prisión a arresto domiciliario por motivos de salud, según el Gobierno turco. Su próxima cita judicial es el 12 de octubre. El pastor es una pieza en un juego diplomático mayor y su destino dependerá de la crisis entre Trump y Erdogan.















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