Cartas a Arthemis
En mi casamiento todo fue muy rápido, apenas duro tres horas y me dolió muchísimo.
Los hermanos evangélicos que se encargaron del festejo sin mi dirección pautaron
ese horario, pero, lo más increíble que su vehículo fue llenado de platos de
comida que creo que fue para el gato y sus familiares y quienes no pudieron
asistir. Uno de ellos, fue el encargado de llevar a mi esposa al altar y fungía
como anciano de la asamblea donde me congregaba, años después, ya fallecida mi conyugué
me lo encontré en una acera y bajo la vista para no saludarme y así dos o tres
veces. De verdad, no me interesa su amistad y, es que hemos perdido la
respetabilidad por los asuntos de los demás y, eso de la corrupción es un tema
muy viejo en Venezuela.
Son ratos de silencio, de mucho silencio.
Una vez saliendo del culto en una población llamada Bárbula y ya
recorrido dos kilómetros le hice al carro un giro en U y estaba allí sobre lo
alto de una lomita esperando la buseta, me la tropecé y monte, en segundos
estaba cerca de su residencia y aquellas visitas se repitieron por seis meses,
luego el casorio por la Asamblea evangélica local. Son los pasos de la vida
Aquellos días, estaba decaído de ánimo y decidí aprender por experiencia
propia, muchas cosas han pasado, hoy, no puedo afirmar cuales han sido buenas o
no. Pero, eso de andar solo resulta muy difícil. Gastaba mucho dinero, porque
soy un comprador compulsivo., nadie me hacia trabas y me gustaba comer en las pollerías
y pizzerías, me daba placer ver a mis hijos comer. . Para cortar el silencio, decidí
actuar con rapidez y pues, ya me casé. Lo demás darles placer a mis hijos en
todo. Lo demás lo hacía Thais, mi suegra Cecilia y mis sueños de tener una
familiar unida, por ello, visitaba a cada momento a mamá, luego la cuñada,
pero, por igual a Cecí.
Al fallecer, todo se desvaneció como la espuma de una malta, se perdió la comunicación
y mis hijos viajaron al exterior buscando los espectros de una realidad.
La falta de dinero me priva de hacer lo que quiera, todavía me queda la
costumbre de repetir las cosas, pensando en mis hijos. A mi hija, siempre le
expresaba, ocúpese de las carnes y el salado, yo me encargo del resto, incluso
de los gastos inmobiliarios, es disciplina fiscal y me consideraban tacaño.
Pero, me gustaban los eventos y eso, era dinero. La existencia es no encerrarse
en cuatro paredes y dormitar, hay que tomar de manos a los hijos y pasearlos.
Resido en un conjunto residencial de 42 casas y veo con estupefacción como hay
niños con padres dueños de carros nuevos y no lo sacan a comerse un helado, es
asunto de psiquiatría. Y dialogo entre el grupo familiar.
Continuo en la misma costumbre de hace años. Necesito regresar sobre mis viejos pasos,
necesito de nuevo tener experiencias propias, no me gusta ser nunca segundón de
nadie, busco por mi disciplina como escritor ser el primero, no es por yoismo. Aprendí
a manejar las técnicas de la Comunicación Social, oratoria, hipnosis,
ejercicios y teorías de la parapsicología por tres años en Caracas, trabajo
desde los trece años en periódicos y compongo vallenatos y música de rock, durante los años 80- 85 dicte seminarios de
oratoria y desarrollo de la personalidad, junto, al ahora pastor Orlando José
Aguilar Montoya, ante esto, tuve que hacer dos cursos de locución y estudiar
cuatro años de Filosofía jurídica en en La Facultad de Derecho de nuestra
institución universitaria en Carabobo.
Digo esto, porque no acepto falsedades e hipocresía, la puedo tolerar, son
experiencias personales, pero las coloco porque me preocupa como orientador que
afuera, hay millones de familias que tienen a sus hijos encerrados entre
paredes y no les dan vueltas, menos recreación, no comparten con ellos y, lo
peor no atienden a sus esposas, lo que indica que vamos a una desorganización
social de carácter estructural y solo Dios puede unificar el matrimonio para lograr
un carácter emocional deseado y equilibrado y cuidado con las malas consejerías,
quebrantan y dañan el matrimonio. Hay personas que aconsejan y no ven en su
interior como están quebrantando a su propia familia, ni un regalo a su esposa,
llevarla a comer con sus hijos, recorrer un centro comercial con ellos., hay
una deformación cultural y social.
Doy gracias a Dios por América y la educación que le dio a nuestros hijos,
no busco exponerlos, sino que son testimonios. Crie dos niños, un cazar y su
gran problema, la afectividad de sus padres, nadie se hacia responsable de su
crecimiento, sobretodo de la niña. La semana pasada hable con ella. Me siento
feliz de haber cumplido.
Ahora, de los evangélicos, la mayoría reflejan una falsedad en sus vidas,
son seres amargados, sin el amor de Cristo, no superan los traumas, ni buscan
un psiquiatra o psicólogo y llegan a las Asambleas ocasionando un gran daño
moral.
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