Aventis
Cuando el porteñazo, estaba muy cerca del Fortín Solano, y el sonar de las metralletas
se sentían cerca, sumado a lo sucedido en la alcantarilla. Ni Rusia, Europa, ni
el Tercer Mundo ha sido tan golpeado en los últimos años como nuestro país.
Necesitamos de un verdadero hogar humano con cimentos de educación, justicia,
salud y amor. Repito, necesitamos de la buena fe del gobierno colombiano para
rescatar El Esequibo, somos La Gran Colombia.
El poder político, los recursos financieros y la imaginación humana, nos
han trastornado, y Oscar Arias lo planteó en una oportunidad en
un discurso dado en su t Oscar tierra natal. Me pregunto, ¿Sabe el gobierno
bolivariano de Ilich Ramírez Sánchez o, de Julián Assange? Estamos de un fervor de momento, nada ha
engañado el papel protagónico del país, como lo viene haciendo Joe Biden que
actúa bajo la sombra de los Clinton y Barak Obama, amantes del oro, petróleo,
piedras preciosas nadie esta acatando el resguardo de la patria.
Nos encontramos en una trampa económica y financiera, porque nos hemos
enfocado en lo local y su cultura. El gobierno colombiano y de Georgetown
vienen actuando en nuestras fronteras y avanzando sigilosamente desde años
atrás. Prácticamente controlan Sucre, Delta Amacuro, Anzoátegui, Bolívar,
Zulia, Táchira, Trujillo y Mérida, es como si fuese un terrorismo interno. No
es fatigas de guerra, es de acompañamiento y arropaje de nuestras fronteras. El
ancho mundo de la izquierda subterránea tener otros intereses, y nuestra
población civil tiene que emigrar a otros territorios foráneos.
Me recuerda, El Estado Palestino, hombres y mujeres en un territorio sólido
y fértil, soberano, pleno con sus fronteras. Muchos siglos han acontecido,
cuando Israel bajo desde Egipto hacia tierras palestinas, y posesionarse de Canaán.
Es un pasado mítico e idílico escrito en La Biblia, un pasado reflejado en un
presente.
La lucha palestina ya no es el enfoque, sino lo económico, y como pasan La
Ruta de La Seda por estos territorios antiguos.
Hay un rencor histórico hacia América Latina, sobretodo Venezuela. El
terrible siglo XX da cuenta de ello, de Hitler y Stalin a Pinochet a Videla. De
Fidel Alejandro Castro Ruz y su amistad con Carlos Andrés Pérez. Este terror
oficial, ahora se evidencia con banderas colocadas en plena frontera y unas
Fuerzas Armadas silenciosa, los fallecidos y torturados tienen una data de
origen civil.
Solo, utilizando una alegoría, le pido a Alex Saab que nos ayude y guie,
como nuevo diplomático de La República Bolivariana de Venezuela, a su vez, la
esposa también con jerarquía diplomática, los nuestros graduados en La
Universidad Central de Venezuela le prestaron poca atención a Venezuela, rememoramos
al Doctor Enrique Tejera París y, todos aquellos que ejercieron funciones
internacionales desde La Casa Amarilla. Es el universo de la nueva política,
estamos frente a la próxima Cabeza de La Serpiente con caracterización bíblica,
ya hubo un Edén bajo el dominio de lo femenino.
Ha llegado el momento de pasar a la microeconomía, al capitalismo, que
viene abrazando a los países socialistas que se dicen socialistas.
En la primera década del Siglo XXI,
la Región de América Latina y el Caribe, experimenta importantes
transformaciones en los esquemas y orientaciones de sus campos políticos,
caracterizándose por la instalación de gobiernos con relativa y diferenciada
tendencia a la izquierda en el mapa electoral, y una paralela reemergencia
todavía minoritaria, pero, persistente de gobiernos de derecha, así como
tradicionales prácticas autoritarias al interior de los Estados, con un marco heterogéneo,
apoyando al izquierdismo y aumentando su poder para restablecer los gobiernos
locales. Sin duda, hay una nueva proyección geopolítica, cuyas reuniones se
hacen en islas o países extranjeros como Barbados, Holanda y México. Son
supranacionales que rebasan la dimensión económica y comercial, abarcando una
negociación creciente de ámbitos de poder político entre el centro y periferia
del mundo frente a la todavía persistente expresión de fragmentación
geoeconómica y social.
Además, se ha fomentado la construcción de imaginarios socio-espaciales y
de específicas prácticas territoriales desde diversas experiencias locales, han
hecho que el debate trascienda hacia lo autonómico y, la construcción de redes
sociales transnacionales y de alianza trans- locales de élites y oligarquías
regionales, fortaleciendo la capacidad de regulación socio-territorial por
parte del lugar y localidad, lo que altera el rol del Estado en la definición
estratégica de fronteras, territorios e identidades.
De
esta forma, los discursos geopolíticos en pugna afectan en primera instancia a
la unidad geopolítica por excelencia en el sistema mundo: el Estado-nación.
Este cuestionamiento a la “naturaleza moderna” del Estado como única identidad
de esta estructura de organización política, económica, social y territorial, y
de sus mecanismos institucionales basados fundamentalmente en los principios
liberales de Occidente (democracia representativa, liberalismo económico,
etc.), implica también deliberaren torno a los mecanismos tradicionales de
producción espacial de los que se vale la “imaginación geopolítica moderna”.
Ésta es entendida como un sistema de visualización totalizadora y de
estratificación global con profundas raíces en referencias e intereses
euro-estadounidenses, que diseñan la política mundial basada en los siguientes
mecanismos (Agenda, 2000; 2005):
-
la construcción de “fronteras estratégicas” e “identidades homogéneas y
monoculturales”;
-
“dicotomías” basadas en criterios etnocéntricos de reconocimiento-anulación,
inclusión-exclusión,
y en expresiones reduccionistas sobre la otredad: civilización-
barbarie,
modernos-primitivos, etc.;
-
“jerarquías” que definen el rol de los actores en el sistema internacional de
acuerdo
a su posición estructural en la economía mundo capitalista, y
-
un “modelo de desarrollo”, una “gramática democrática” y un “sistema de
gobernabilidad”
específicos, que responden a intereses geo-históricos determinados
por
criterios estadounidense- eurocéntricos.
En mi opinión, uno de los retos fundamentales de la filosofía política es
la división de identidades de cualquier tipo, y el paso de la democracia de los
antiguos, a la de los modernos, coincidiendo con Althusius en cuanto a la
continuidad de las funciones y jerarquías para darnos una forma de gobierno en
la que el mando político, solo es asumido por un grupo reducido y cerrado.
En la época moderna, asistimos al nacimiento de la soberanía y del poder legítimo,
así, como a un cambio del concepto de gobierno, que ahora pasa a ser sinónimo de
poder ejecutivo. Vemos, en la actualidad a un detentor de4l poder o de la soberanía
que se identifica con un pueblo abstracto, sin ninguna relación con la
experiencia, realidad social y surgido de la construcción lógica- y no histórica-
del contrato social. El pueblo, por tanto, deja de ser, como ocurría en el pensamiento
premoderno, un sujeto constituido y plural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se publicarän notas que contradigan o reflejen un criterio contraetico