Aventis
*Emiro Vera Suárez
La guerra
mediática viene afirmando el
conocimiento de sí mismo y, nos trae a cada momento, un conjunto de
representaciones o imágenes que hacen coincidir lo biológico y moral en el individuo, el cual debe entrar
en un proceso de memorización tras el empeño de
descriminar lo verdadero de lo
falso, dando lugar a una calibración de sí mismo y la elección de sus origenes
a través de una memorización progresiva, dando lugar a una relación variable
con nuestra realidad. En otras palabras, la medicina contemporánea viene haciendo su trabajo
arqueológico y los estadounidenses, están a un umbral del inicio en la
objetividad del hombre y su genética. Aunque es una apertura al riesgo
histórico, cualquier líder de una acción ideológica puede resultar dañado en
sus perspectivas por la inoculación de un virus que dañaria en cualquier
períodización del tiempo su estructura molecular.
En frio, la aparición
de la figura mortuoria es una constante en la existencia de cualquier líder
presidencial, donde surgen los paradigmas geográficos de la enfermedad que toma
cuerpo por medio de argumentaciones científicas ya comprobadas por los signos
visibles del poder estadal y militar.
Ahora lo ético y moral,
en una sociedad resulta de la simetría y la interacción de los niveles
deseables para lograr una conciencia ética, su elevación o degradación derivan
de la dinámica entre ellas, pero, todo va a depender del bloque de poder que es
la encargada de dinamizar su clientelismo o corrupción, el trabajo
militante y la acción del partido en la ejecución de benéficios concretos en lo
social.
El liberalismo
político , recurre a expertos económicos y en materia organizativa ideológica
para descifrarle a los ciudadanos qué es en realidad lo que desean y son
llamados a disentir de la política de Estado al reclamo y la desobediencia
civil, valores que constituyen el curso de la vieja democracia, de allí
subyacen los fines privados y la autodeterminación de las estructuras del
capitalismo, bajo una miopia histórica, dislumbrando en sus contextos el brote epidémico del desbastecimiento por
fases.
Hoy, observamos que
las fuerzas con sentido nacional se hacen presentes de una manera inesperada. El pueblo
bolivariano y latinoamericano irrumpe de una manera espectacular para sorpresa
de la derecha creando reacciones hostiles en éstos, quienes por circunstancias
del capitalismo globalizado cuestionan a fondo el ejercicio en el poder del
presidente Nicolás Maduro. En este contexto, la derecha latina tiene sus
intereses particulares y los estadounidenses envian señales de desequilibrar la
economía, buscando un apoyo del mercado mundial, sobretodo, del viejo mundo
europeo.Los nuevos líderes deben enfrentar el problema del subdesarrollo aunado
a los factores biológicos y bacterianos que son arrojados para crear desajustes
en el equilibrio emocional del ciudadano. Por esto, es necesario preparar las
comunidades para admitir una diversidad de expresiones y lograr un despertar
psicológico entre los ciudadanos de nuestra gran patria.
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