Aventis
Emiro Vera Suárez
Siento preocupación
porque éste año no he recibido un mensaje positivo hacia el Proyecto
Bolivariano y el gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros en mi diario
transitar por las colas, como en el diálogo permanente que tenemos en nuestra
comunidad. Los indicadores económicos, vienen causando alarma desde la recesión
hasta el desabastecimiento de algunos rublos que desencadenan inflación, escuche
con consternación que una botella de agua de coco ya tiene un costo de
cuatrocientos,( 400), bolívares fuertes. Lo que implica que debemos mantener un
diálogo más abierto y determinar las causales de éstos desvarios en la economía
nacional.
Todavía, no logro
entender el mundo financiero venezolano y la función del Estado como eje en el
cumplimiento de una diversidad de proyectos de acción social. Hay un estancamiento
en la fluidez del capital, porque, estamos recargados de mucha burocracia,
donde nadie de ese entorno desea
someterse a una disciplina militante y un ajuste en el mejoramiento de sus funciones,
lo que implica que el sacudon es una abstracción, más allá de su totalidad.
Al país, ( Venezuela),
lo han desfalcado. No cabe duda sobre ello, La estrategia es crear núcleos de
poder que configure el control sobre un espacio territorial y avanzar hacia un
militarismo contumaz bajo ideas socialistas y neoliberales que, cuestione
cualquier reforma al Estado por ser anticonstitucional. Los intelectuales de
vanguardia aspiramos que surga un gran movimiento de conciencia social e
ideológica en la naturaleza y esencia del movimiento revolucionario y observar con detenimiento el perfil de algunos militares en la acción política del país. Hay
que reaccionar hacia el futuro, un amanecer de tecnología y esperanza que
adviene en el espacio territorial de nuestra avanzada socioeconómica.
Ojala el sacudón, sea el
distanciamiento de una vieja verruga. Necesitamos acelerar el paso hacia la
tecnología
y un verdadero marcaje económico, es na cirugía de alto nivel que
necesita nuestro Estado, muchos funcionarios tienen la sensibilidad de
acercarse al pueblo, a otros no les gusta entrar en profundidades ideológicas y
costumbristas.
Los problemas en
nuestro país se han acentuado, la crisis
se propaga y nadie la detiene, menos la Guardia Nacional y el ejército
que ahora controla la distribución de alimentos, los bachaqueros y el negocio
informal ha asentado bases que cristalizan su proyección desde diversos marcos
de referencia que explosionan el mercado común, casi nadie desea trabajar en
las factorías, ni producir desde su comunidad a través del Poder Comunal, más fácil
es tomar una acera que es de carácter público y
montar un kiosko.
Los amantes del
Socialismo y de las perspectivas democráticas del país, debemos levantar
estrategias para la lucha citidiana y tomar el control del Estado de una manera
progresiva, ya basta de pelucones irresponsables en las instituciones que con
sus vehículos modernos, solo van a los comités de base a buscar los votos del
pueblo en épocas decembrinas, día de los comicios electorales.
El sacudón es un
parapeto publicitario. Así lo reconocemos
quienes hemos trabajado en el campo del periodismo, ya nuestra colega Mariadela
Linares describió en un artículo, como se encuentra nuestra patria, abandonada
y desértica. La dirección del país no es colectiva, sino personalizada e
individualizada, un asunto que no refleja los intereses de un Estado moderno,
sino clásico.
Es necesario, como
pueblo, pelear por nuestros derechos y expresarnos, conformar un criterio
general de lucha y expresar que somos gobierno. La calle nos llama junto a las
diferentes corrientes políticas y es menester de una vez, activar el estado
productivo y avanzar en sus factores de desarrollo.
Se debe ir a un
conjunto de reformas para estructurar al nuevo Estado, que, los industriales se
aboquen a la producción y los ideológos a su trabajo en organizar a la
sociedad, ya no es factible que un empresario sea alcalde o gobernador, no
atienden ni a la factoría ni a la representación de su cargo público,
constituye un principio de contradicción. De verdad, se hace necesario un
diálogo social y mejorar la infraestructura del país para hacerla más
funcional, es dar la calidad de vida y realismo a favor de la gente y el país.
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