La Tecla Fèrtil
Emiro Vera Suàrez
Henri Kissinger, estuvo
muy claro sobre la política exterior de Estados, él siempre se va por las
tendencias, teniendo en cuenta el orden internacional, nunca sufrió por los
conceptualismos del idealismo y trato todo como un sistema. Sus expectativas están
dadas en la fe y creencias para conceptualizar un mundo hacia la paz, un papel
muy adecuado al perfil que Estados Unidos desea dar sobre toda América y
Europa. Los del norte vienen asumiendo el liderazgo internacional bajo un solo
pragmatismo de conducción política exterior, teniendo como marco la ideología bajo
tirantes religiosos y morales. El conflicto es el tema central estadounidense,
teniendo en cuenta el idealismo histórico de los pueblos y el realismo que lo
caracteriza, teniendo en la percepción, el mejor camino para interpretar el
camino del pueblo y el ejercicio humanitario que los caracteriza, siendo la
democracia ese proceso ideológico de perfección.
Kissinger, es un gran
estadista norteamericano por sus estrategias tomadas, aunque la mayoría merecen
una clasificación de fatales. Reconoce en sus ideales, un orden mundial basado
en el liberalismo y la democracia debe ser un principio que guíe la política en
toda su extensión me refiero al campo diplomático, nunca quiso que Asia o
Europa fuesen dominada por otro país o influenciada que no fuese la nación norteamericana.
Siempre se movió con destreza en la defensa de los intereses del
mundo capitalista industrializado, conteniendo las demandas tercermundistas en
el diálogo Norte- Sur, promoviendo la unidad de los países capitalistas. La apertura hacia China
ha infundido gran flexibilidad y nuevas perspectivas a la diplomacia
norteamericana. Para 1976, el panorama político del Medio Oriente había cambiado
en forma acelerada, y de ser un área en la cual la influencia soviética parecía
en ascendencia, pasaba nuevamente —en líneas generales— "a manos" de
la diplomacia norteamericana. Aún en el terreno económico, que no era propiamente
su especialidad, Kissinger avanzaba en
reuniones como las de Rambouillet y Puerto Rico, y erosionando la unidad de la
OPEP a través de maniobras económicas y políticas para lograr comprar petróleo
barato.
Como dice Coral Bell, el
Secretario de Estado norteamericano fue un manipulador de crisis y conservador del poder en
Occidente, conto siempre en esa época con la aprobación del ex presidente
Richard Nixon y la CIA.
Kissinger establece que fue el idealismo de Wilson el que
triunfó durante el siglo XX, ya que Estados Unidos, la potencia más poderosa,
se comprometió consigo misma y persuadió a los demás a que se comprometieran
con un orden mundial basado en la seguridad colectiva. Cabe mencionar que la
seguridad colectiva durante la Guerra Fría no se basó en el sentido original de
la Liga de las Naciones, pero se usó como un pretexto para la construcción de
alianzas durante el periodo de la post-guerra. Es así que nos lleva a un viaje histórico de cuatro
siglos en el que recuerda los grandes momentos de la diplomacia del pasado; y
examina los esfuerzos de líderes como Richelieu para conducir una política
exterior y de guerra basada en el concepto de balance de poder.
, Kissinger
cree que Estados Unidos debe ser el líder mundial, siendo el interés nacional
debe ser el que el que moldee su política, pero… ¿el concepto de interés
nacional todavía cabe en un mundo que se ha vuelto tan interdependiente?
Kissinger está consciente que el predominio de los Estados Unidos va
declinando, por lo que la operación del sistema internacional se dirigirá hacia
un nuevo equilibrio. El sistema internacional del siglo XXI sufrirá de una gran
contradicción: una fragmentación al mismo tiempo que una creciente
globalización. El nuevo orden no será tan rígido e incluirá a más potencias,
además de países de mediano y pequeño tamaño. Asimismo, las relaciones
internacionales cada vez se volverán más globales: una economía mundial,
comunicación instantánea; además, los problemas cada vez serán de tipo
universal: problemas ambientales, proliferación nuclear, explosión demográfica,
etc. Todo esto ya lo vemos hoy en día.
De allí, el interés de
repetir en Rusia y Venezuela la opción del Chile Allendista.
Establece que los dos
órdenes mundiales que fueron más estables -el del Congreso de Viena y aquel
dominado por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial- tuvieron
percepciones muy similares. Sin embargo, el orden de hoy en día debe ser
edificado por estadistas con culturas totalmente distintas. Por ello Kissinger
establece que el ascenso y caída de los órdenes mundiales anteriores es la
única experiencia que tenemos para poder entender los desafíos que se presentan
en la actualidad.
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