La Tecla Fértil
Emiro Vera Suárez
El sistema bancario
internacional, busca una manera que los países latinoamericanos deudores no
politicen sus deudas y busquen los remedios técnicos de los expertos
financieros para pagar los créditos otorgados por Europa y el Fondo Monetario
Internacional, debe ser un programa cuidadoso de plazos realistas que tengan
un compromiso reciproco para reanudar el crecimiento y desarrollo. Únicamente con tal enfoque podrán los países
deudores pedir a sus pueblos los sacrificios que ahora resultan inaceptables al
en tenderse como un recurso de los bancos para exigir los pagos de los
intereses.
la vitalidad de los
vínculos de Estados Unidos en el hemisferio occidental, en un momento en que
Latinoamérica cuenta con la mejor y más democrática serie de Gobiernos de este
siglo, creyentes en la democracia socialista y socialdemocracia. En un mundo
interdependiente, acreedores y deudores se arruinarán mutuamente si se entregan
a pruebas de fuerza al imperio. En realidad, la única cuestión realista es la
de si nos adentramos juntos por las nuevas sendas. Porque si no trabajamos
ahora unidos para evitar una catástrofe, nos veremos obligados a realizar
posteriormente esfuerzos mucho mayores para sobreponernos a la misma. Venezuela
y Brasil no escapan a ésta verdad.
Pero por mucha que sea la
previsión de los Gobiernos y las democracias industriales y por muy
responsables que sean los bancos, no existe la menor probabilidad de poner bajo
control el problema del endeudamiento, a menos que los deudores
latinoamericanos estén dispuestos a cumplir con su obligación de relanzar el
crecimiento mediante unos mayores esfuerzos en materia de reforma económica
-contener la inflación, modificar las circunstancias desincentivadoras del
ahorro y la inversión, crear sistemas tributarios equitativos cuyo cumplimiento
sea exigible por la ley, eliminar las subvenciones a las industrias
ineficientes, procurar una política sensata de paridades monetarias. Los
deudores deben abandonar la ilusión de que ciertas habilidades puramente
políticas pueden disculparles de la necesidad de llevar a cabo serios programas
de ajuste, y aceptar el hecho de que la estimulación de la inversión privada
-tanto extranjera como interna- es la única vía hacia un crecimiento sostenido.
El sistema actual de pagos
por nuestra deuda no es beneficioso para el sistema económico del Sur.
Mientras, algunos países como Chile, Perú y Colombia buscan aminorar las
importaciones con el fín de reducirlas al máximo, buscando estabilizar algunas
exportaciones, los Estados miembros de Unasur se hacen peligrosamente
mercantilista, a pesar del esfuerzo de lograr una economía libre, tenemos
sanciones impuestas y buscamos negociar para evitar un default. Bolivia y
Ecuador ya lo hicieron, Evo firmó acuerdos fundamentales con los empresarios e
inversionistas de la ciudad de Santa Cruz, mediando Estados Unidos y la
asesoría del Fondo Monetario Internacional, gracias a la gestiones diplomáticas
de su presidenta Lagarde. A Venezuela se le merece un estudio especial por la
gran cantidad de extranjeros residentes en nuestra patria lo cual limita el
abastecimiento de productos, originando graves carencias en la distribución de
rublos agroalimentarios.
Yo estoy de acuerdo con el
diagnóstico de que hace falta una reforma económica en todos los niveles de la
estructura, algunos voceros irrespetaron el Legado del Presidente Chávez Frías y lo adecuaron a sus
intereses. Pero el remedio es a la vez paternalista y algo desesperanzador como
consejo. Garantiza que cada crisis se verá precipitada por el menos responsable
o el más fuertemente abrumado de los deudores, los industriales venezolanos no
dan tregua, porque, se rigen por las pautas
diplomáticas dadas por Henry Kissinger en sus argumentaciones como ex
canciller y canciller de Estados Unidos en la época de Gerard Ford, Richard
Nixón y en la era de los Bush. Un programa bien concebido para la intervención
de Chile, Argentina, Venezuela y Rusia. Al Medio Oriente o vieja Mesopotamia,
tenemos a Libia, Egipto, Irak, Siria Turquía, Irán y Afganistán. Se plantea la posibilidad de la confrontación
y un asalto directo al sistema bancario internacional por parte de Estados
Unidos a través de La Casa del Tesoro y las acciones bélicas correspondientes.
Los proponentes del
procedimiento actual, argumentan que las presiones bancarias y mediáticas constituyen el único mecanismo para forzar en
los países deudores el ajuste económico definitivo sin el cual su situación es
desesperada.. Los hombres de Estado deben ser capaces de ir más allá de la puta
teoría. Ha llegado el momento de alinear los fines declarados del sistema financiero
internacional con las realidades políticas.
El gran
problema es que nuestros ex Cancilleres han fallado en el uso de su experiencia
en la carrera diplomática porque tienen profesiones no afines a la legislación
internacional y ya Estados Unidos y los británicos nos alteran con decisiones
que han de tomarse con el caso de Guyana o territo esequibo, o pagamos la deuda
o caemos en default, en caso contrario, debemos cancelar con territorios, desde
una isla hasta todo el vasto tterritorio esequibo para que los británicos se adentren más al Amazonia y ejecute la
definición de varias exploraciones ya pre establecidas en los laboratorios de
Georgetown, Hay una Compañía de soldados ingleses con rango de médicos y
militares analizando nuestra ecología, petróleo, gas y agua en las fronteras.
Un programa de intervención ideológica y militar que aparece en el Legado de
Henry Kissinger, cuya tesís se inició en el año 1949.
Mientras,
las FANB y Armada Nacional solo se han dedicado a vigilar los supermercados y
la gente en cola, mientras fuerzas internacionales recopilaban información
sensible para el Estado Bolivariano de Venezuela. El Estado Delictivo,
guarimbas y paramilitares son parte de ese plan de acción programada por el
facismo internacional con sus caretas. Nadie los denuncio, ellos solo actuaron
en una plataforma de supervivencia al lado del sistema financiero y la banca
internacional.
Las democracias
industriales pueden tomar algunas medidas unilaterales para aliviar la crisis
de endeudamiento. Deberían adoptar políticas económicas que dieran alas a la
expansión económica, promoviendo así las exportaciones latinoamericanas. Podían
moderar el proteccionismo y sobre todo rebajar los tipos de interés -esto
último, un problema en gran medida norteamericano- Pero el problema del
endeudamiento no puede esperar hasta que el proceso político de Estados Unidos
permita un ataque estructural al déficit presupuestario estadounidense. Los
Gobiernos de las democracias industriales necesitan abandonar su actitud de no
reconocimiento de responsabilidades en relación con la crisis mundial de
endeudamiento. En una estructura de
este tipo, los bancos tienen que ser estimulados para que desistan de la
pretensión de que es posible el servicio completo de la deuda y dejen de hacer
las contorsiones necesarias para mantener con vida este mito. Deben idearse
nuevos mecanismos para hacer equiparable la carga de los intereses con la
capacidad de pago y renegociar la devolución de la deuda a lo largo de un período
de tiempo realista. Los Gobiernos tendrán que establecer criterios para colocar
los costes de dilatar el pago de la deuda entre aquellos que admiten riesgos
imprudentes y el interés público por mantener un sistema bancario vital. Y
sobre todo deben encontrar los medios de proporcionar nuevos recursos
financieros a los países en vías de desarrollo, ya sea directamente o a través
de instituciones financieras internacionales
Esto exige un enfoque
globalizador del problema. Los bancos no pueden continuar con la carga de
negociar la reforma económica sin convertirse ellos mismos en un tema de debate
político. Los Gobiernos deben intervenir a fin de crear las condiciones políticas
que permitirían a cada una de las partes hacer los sacrificios que en cualquier
caso impondrá la realidad.
Estados Unidos mostró sus
inhibiciones a los países deudores y dio su bendición o maldición, aunque fuera
inintencionadamente, al principio de un cártel de deudores. Nosotros, caimos en la
trampa y nos fuimos a China, quizás en el futuro tengamos que cancelar con
territorio a USA, China, Brasil o tengamos una acción bélica a la puerta, más
allá de Unasur o Mercosur o de las alianzas del Pacifíco o Atlántico. Giordani
no pudo más, lo rebasaron algunos economistas ávidos de dólares y la impunidad
continua, solo exigimos contraloria férrea y soportes para el juicio de estos
hombres que se burlaron de la Nación, el Pueblo y del Comandante Chavéz, razón
tenía Mario Silva en la plenitud de sus
argumentaciones, los casacas rojos nos depilaron el dinero público.
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