Aventis
La guerrilla mediática,
prosigue y se torna agresiva cuando se acercan tiempos electorales. Pero, es
necesario conseguir la decencia política en éstas luchas y es necesario
definirse por una ideología política. La
aventura, tiene sus costos y límites.
La Guerra Mediática y
económica, vienen afectando la economía y, ante ésta emergencia, el pueblo se
encuentra en conmoción, pero desea estabilizarse, deseando que sus gobernantes
gobiernen.
Estos días,, el
presidente Rafael Correa ha sido sacudido por una gama de violencia con algunos
protagonistas venezolanos, busca la ultraderecha incendiar Latinoamérica y
arropar principalmente Argentina y Venezuela. Luego Bolivia. Es el colmo
paramilitar en el campo político de éste tiempo.
Jamás, estuvo la
humanidad más amenazada que en éstos tiempos. El repertorio de técnicas y
tecnología para el espionaje se han constituido en una leyenda mediática o
literaria. Es un manipuleo ideológico que nos ha vuelto inaccesible hacia la
realidad, hay una mafia de mercenarios burgueses que quieren acabar con el
Estado Socialista.
El espectro político,
es muy importante y, en éste momento, es crucial por la toma de conciencia y el
quebranto económico que sufrimos cada uno de los venezolanos, cuando hay un
peso de mala fe y una conducta dolosa de agentes económicos jugando al caos y
amasando fortunas fabulosas a costilla de los pobres, clase media.
Es una conducta
delictiva, aprovechan el estado generalizado de inflación para ganarle el porcentaje
que les venga en ganas, incluso a productos que no han sufrido incremento
alguno.
El gobierno
bolivariano, hace un esfuerzo titánico para garantizar el abastecimiento de
productos regulados, pero, la población hace compras compulsivas alentadas por
una campaña mediática de sabotaje progresivo.
Hay una burguesía parasitaria
que se alimenta del acaparamiento y especulación, buscan darle mala imagen al
gobierno, aunque, algunos comerciantes son llamados marrulleros y corruptos, la
cuenta del jueguito sigue.
Las Fuerzas Armadas,
las élites o vanguardias y las masas, son las fuerzas decisivas para evitar la
crisis sistémica, hay que conservar un proyecto a nivel nacional y poner a
funcionar el aparato ideológico del Estado.
Ya, el presidente
norteamericano no huele a azufre. Tiene un proyecto de invadir a Venezuela,
luego de controlar el Medio Oriente y Siria. Con decir, “Somos hijos de Bolívar”
basta. Se debe preparar a la militancia por los hechos que han de venir.
El Estado Oligárquico-
territorial, justifica el terrorismo, aplica una política pragmática en el Sur
y desea burlarse de nuestros mártires, ellos despliegan sus tropas en Colombia,
Aruba, Curazao, Trinidad- Tobago y el Perú. Sus comandos de la IV Flota, busca
una ruptura diplomática para insurgir en Venezuela. Solo la alianza estratégica
de China- Rusia- Cuba los detiene. Los aliados norteamericanos deben tener una unidad
en la acción diplomática.
Desde las penumbras del
Socialismo, aparecen para arremeter contra el pueblo algunas fichas de la
derecha y utilizar las peores brutalidades para quebrantar la paz de
nuestra nación.
Hay que desmitificar
todo éste asunto, utilizando la inteligencia y los cuerpos élites de seguridad
del Estado.
La historia, nos ha
enseñado que las reformas no garantizan los cambios por venir, el asunto no es
de fachadas, estamos frente a una guerra psicológica, económica y mediática y
cuenta con un escenario mundial que nos agobia por el espionaje yanqui. La
oligarquía de cabotaje nos ataca fuertemente junto a la burguesía criolla.
El capitalismo, juega
al linchamiento y nadie está a salvo. Las víctimas jamás han tenido defensa y
quedan marcadas de por vida, aplican episodio tras episodio. Son políticas a
largo, mediano y corto plazo, toman un territorio de manera delincuencial para
hacerse sentir. Matan escoltas, humildes padres de familia, niños que transitan
solos por las calles. Nadie dice nada, está el caso de Alcedo Mora, solo están pendientes
de la campaña electoral.
El aumento de la
productividad, solo puede realizarse mediante la consolidación de las bases
materiales de la gran industria y del nivel cultural y educacional de la
población.
Los trabajadores,
cumplan con sus labores y principios en defensa del salario, no deben dejarse
manipular por sindicalistas extraños. La esfera económica domina a la política
y, desea darle al socialismo, un carácter democrático. El Estado en su fase
administrativa debe ser agilizado para lograr un aumento en la productividad
local.
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