Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

viernes, 14 de agosto de 2015

EL ABROJO DEL MAR

Fuente Literaria

Herido por el arpón de tus sentimientos, recorro los mares,
Me diste por presa a los mares, es mi lecho para morir en sus abismos.

Tu mirada pedernal me vio morir, junto al río, tu ilusión te llevó a ser una bestia.
Apestada por la bestia del mar.

El mar se levantó en cólera, tremendo. El aire nos faltó. Me dio su sal
Para morir como abrojo.

El corazón, es como el mar bravío, bajo las horas cálidas, se abre sereno y tú eres
Tórtola.

Abierto en mil heridas, cruzo el río para abrazarme a ti y me entregue a tus labios.
Llegas a mí fin, entre aguas.

Las lágrimas llenan el río, es mi alma, tú alma y mi alma. El mar late en nuestro corazón
Y mis pensamientos.

Eres tú y no lo sabes, te desconozco. Esta hambrienta por amor de otro cuerpo,
Esclavizas tu arena y van y vienen, hieres mi frente.

En ti, está todo el mar, cruza tu mirada en la playa junto al mar. Retozamos, nuestros cuerpos
Sin pensar, hasta irme a La Cordillera.

Se amaron y codiciaron juntos, tus besos fueron encerrados en mi tumba, y el viento
Arrancó tu sonrisa y se detuvo entre la arena y la luna.

El aire del mar, siempre es inmortal, tú tórtola te transformaste en paloma, es mi locura
En palabras y dejarme en el río para una vida serena.
Mi corazón, no necesita tu cintura, en duelo de mordiscos y azucenas, quiere es tu cuerpo,
Para el vestir de la Luna, en la piedra inerte de tus sentidos.

La ola se pierde, como bonanza y los vendavales cubren los cristales de nuestra esperanza,

Las noches de mi adolescencia en Puerto Cabello se llenaron de figuras que aquellos momentos no me parecían fantásticas, aunque tampoco ahora tienen menos realidad ante mis ojos. La existencia es una cartulina con hojas amarillentas en su interior, todas llenas de fantasía que se ensanchan, encauzando el universo.
Ahora, lleno mis noches de muchas cosas, desbordo en mí fantasía muchas historias, cuya imaginación lleva página tras página mi universo encauzado en cantos, guitarra y poesía. Dios las ha creado para mí.
La noche, no me deja dormir. Consumo todo lo que encuentro en las librerías. Ya no estoy en Mérida, ni en San Felipe con mi maestro espiritual. Todo es cordel y palabras, una vez más la escritura, uno navega por muchos mundos y tú vida esta integra en mi memoria. Todos, somos cómplices de la noche.

Juan Manuel, Celestino, Asdrúbal, pronto les acompañare  en este cuento fantástico del existir, muy cerca del mar y el río de Patanemo.

He abrazado el mar, muy de mañana, cuando las corocoras se navegan por su alimento. No me gusta la figura de amante, en estos tiempos nunca se sabe. Hay incienso en el ambiente, pero,  debo irme.  El tono de las olas ha cambiado, escucho rock, contemplo un futuro a tu lado, tu voz debe ser segura, jamás nerviosa, contemplemos el futuro, un mundo no imaginado hasta el momento.
Emiro Vera Suárez, 15 agosto de 2015

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