La Tecla Fértil
La derecha venezolana
busca una alterativa para asumir el control del gobierno y, el pueblo no
permitirá su llegada al poder porque representa el neoliberalismo y, pocos se
preocupan por las propuestas diarias para definir nuestra economía, está subordinada
a un grupo de hombres que quieren una
relación con el Fondo Monetario Internacional. Peor, aún, son incapaces de
motorizar un recetario para ayudar a las comunidades en su visión política.
Venezuela, debe ir a una transformación
en su estructura económica, se debe diseñar un mensaje para lograr el objetivo final, como es su
expansión económica.
Las propuestas y ejecución de programas, son los que se hicieron en el año 1989 y 1996, siendo
rechazados por el pueblo en ambas oportunidades. La economía venezolana se basa
en laboratorios para la formación de cuadros profesionales y para la
industrialización de cualquier Estado.
Occidente, está
conspirando contra su propia tierra, ha dejado al descubierto una trama
conspirativa que busca hundir al país y enterrar la revolución bolivariana.
Ya pasamos por una fase
de terrorismo local, que la oposición que, la oposición decidió empelotar una
acción guarimbera. Es un constante
saboteo en contra de la dignidad y seguridad social. Los ajustes al país, la
han dejado mal y existe una situación de pobreza general de industrialización
progresiva, como caída delas inversiones.
El mundo está
convulsionado, Venezuela no es extraño a esta realidad por las declaraciones
imprudentes de nuestro presidente y sus malas asesorías.
A quienes asoman a
la realidad con lo ocurrido en París la noche del viernes 13, habría que
recordarles que el Daesh o ISIS o Estado Islámico (EI) que se ha
"adjudicado" la autoría de los actos terroristas, está integrado por
mercenarios organizados, entrenados y financiados por la alianza sionista-saudí
que dirige EEUU, desde fines del siglo pasado.
El Estado Islámico
(EI) nada tiene que ver con los árabes, ni con los persas, ni con los
musulmanes o el Islam. A no ser, en este caso, con la ambición sectaria y
extremista del reino Saudí y del Emirato de Qatar de querer imponer al mundo
árabe su versión espuria del Islam denominada "wahhabismo",
utilizando a sus mercenarios "takfiristas".
Estos, juntos, a
los mercenarios israelíes, estadounidenses, europeos y del resto del mundo
forman el autodenominado Estado Islámico que ha sembrado el terror en París.
Lleva a cabo los genocidios en Siria, en Irak, en Libia y el exterminio de
musulmanes, cristianos, yazidíes, kurdos y otras minorías étnicas y religiosas.
Es un acto
terrorista. No es "una guerra" como proclama el presidente francés.
Un acto planificado, premeditado. Nada distante en su concepción, alcances y
parafernalia de aquél perpetrado por los mismos actores el 11 de Setiembre del
2001 contra las Torres Gemelas en Nueva York. Éste sirvió para justificar la
invasión de Afganistán primero y, hasta hoy, para la destrucción y usurpación
de Irak como objetivo principal.
Ahora se trata de
Siria. Y la urgencia es inminente. Los avances alcanzados con los ataques
combinados de Rusia y Siria contra los "yihadistas" mercenarios del
Estado Islámico (euro-estadounidense-israelí-saudí) han puesto en riesgo la
estrategia geo-política, económico-financiera y militar-religiosa de esta
alianza y sus principales objetivos: Derrocar al Presidente Bashar al Assad e
instaurar un gobierno títere que asegure el desmembramiento de Siria y el fin
del apoyo ruso; asegurar la hegemonía israelí en el Levante Mediterráneo y el
exterminio palestino; imponer el "wahabismo" y garantizar la invasión
a Irán; cercar a Rusia; aislar a China.
Desde el punto de
vista integracionista y financiero: Acabar con el BRICS; con su Banco para el
Desarrollo que es una alternativa a la dupla FMI-BM y a las imposiciones
estadounidenses y europeas sobre política económica, crecimiento y desarrollo
en los países emergentes; frenar el avance del Banco Asiático de Inversión en
Infraestructura (AIIB) y de la Corporación de Shanghái, ambos liderados por
China.
Económicamente, se
trata de asegurar la usurpación de las ingentes riquezas energéticas y mineras
de Oriente Medio y del Magreb Africano; asegurar el control comercial en los
"cuatro mares", el Océano Índico y el Mar de China; manejar el
comercio de las drogas; invadir y controlar el Ártico desplazando a Rusia.
Si hubiera que
hablar de "guerra", esta es la que tienen Estados Unidos, sus aliados
europeos, Israel y las monarquías árabes contra Oriente Medio, Rusia y China.
Así está escrito en las "doctrinas de guerra" que vienen desde Reagan
hasta Obama, sin querer decir que alguno de éstos, o los Bush, o Clinton hayan
pensado siquiera una línea.
Hay Corporaciones
en nuestro país que facilitan este gran
negocio para apertrecharse al Sur, bajo el voto inocente de venezolanos que son
manipulados por una gama de buitres de
la pseudoizquierda y la centro derecha que vomitan sus garras en el militarismo
y las imágenes de líderes ya muertos por la incapacidad de resguardo de su
militancia.
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