Aventis
Vivamos la intensidad de los
discursos políticos, con todo el esplendor de su naturaleza. Algunas veces, provoca
huir a un lugar común para observar las golondrinas pasar y degustar una torta
de chocolate, o huir al campo y montarse en una rama de ciruelo, ellas reflejan
la voluptuosidad de un cuerpo femenino.
Frente al televisor, guardo
silencio y observo que el discurso de nuestros dirigentes parece un condimento
para la incertidumbre, porque, para escucharlos, hay algo más importante,
descubrir la vida. No es una censura que deseo plantear, pero, por favor lean
la historia patria y no se acerquen tanto al barranco de lo incierto.

Así que, socialdemocracia es
igual que Psuvista, todos buscan el poder desde la década 80- 90. Poco existe
la posibilidad de supervivencia para el pueblo. Este es el gran año para
Venezuela, debe reconquistar el Socialismo. Todos, en Latinoamérica quiere a
Zapatero porque es un gran negociador y, en verdad, tiene una mente excepcional.


Los socialistas, nos engrinchamos
cuando nos dicen la verdad. Y, desde un principio es complejo el bloqueo sobre Venezuela,
porque no se ha superado el tema de la corrupción y la sublevación, es
enfrentar los retos entre una oposición individualista que pone en riesgo la
gobernalidad del país.

La posición del presidente, debe
ser clave para cualquier aprobación, por su situación interna, hay muchos
riesgos fuera del mercado, ya los analistas internacionales han alertado de las
enormes consecuencias negativas que tendría un conflicto directo con La OEA, el
Estado y las instituciones cubanas que nos asesoran y, que podría afectar la
confianza de los inversores. Se debe llegar a acuerdos multilaterales y frenar
el proceso de desconexión con la actualidad económica.
El Plan Marshall, es un programa
diplomático y tiene su contexto histórico exitoso, no todo es fracaso, porque
el plan permitió que Europa Occidental, devastado por la guerra, sustituye a su
sistema comercial y facilitara la convertibilidad de la moneda, hasta llegar el
euro.

El marco global de la diplomacia
comercial ha sido así y no discriminatorio. El mundo está rompiendo las
fronteras, castiga a los depredadores, bachaqueros y mafias, para lograr normas
comerciales que beneficien al pueblo. Estamos, ante un caos de la política
comercial. Empresas individuales e privadas, gracias a éste peligroso flagelo
ilegal que deteriora la economía interna.
Por eso, los discursos deben ser
diplomáticos y no personalistas, contravienen la seguridad arancelaria de un
país
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