Fuente Literaria
Los movimientos
literarios, vienen consolidándose con mucha objetividad, por parte de sus
autores y, sin duda, corresponden al modo de sentir y pensar del hombre en un
momento de esa historia. El realismo, futurismo y el cubismo, influenciaron
esos movimientos narrativos y poéticos para adelantar en ese campo, los
conflictos del hombre contextualizado en su realidad y, donde lo testimonial
alcanza cierta prioridad.
Los lectores, desean leer
imágenes en algunas plumas y, esas historias despiertan múltiples emociones,
que, nos llevan inevitablemente a ser espectador de personajes que reflejan
vidas o, ciclos de su propio autor.
Los poetas de este tiempo
se encuentran comprometidos con la libertad y coherencia de sus acciones, para
ser dueños de las emociones centradas en su Ser.
Ya, el idealismo esta atrás,
el realismo mágico juega con nuestros sentidos.
Ahora, nos toca transitar
una senda para conectarnos como espectadores o, que nos acompañe esa persona
que cada noche, toma su plumilla para exteriorizar su mundo subjetivo.
De momento, la tecnología
nos ayuda para procesar el lenguaje y sus significados. Cada escritor refleja
un aspecto único de su propia verdad, la información se encuentra allí, solo
resta procesarla.
De allí, la importancia
de reseñar cada acto, es un juego referencial de palabras que, a nivel íntimo,
nos da un parecer al paisaje humano. En definitiva, es estupendo la manera íntima
y sutil que se nos presenta cada escena en su metamorfosis referencial a ese
mundo mágico.
El significado de una
palabra, implica un conocimiento y compromete una expansión del pensamiento
lógico. Ciertamente, las evidencias nos llevan a una diversidad de contextos
que implica organizadamente, la explicación y determinación del lenguaje
María Cristina Resca, nos
lleva a la caracterización de esa imagen como concepto, permitiendo una
identificación con la realidad, expresada en la investigación y almacenaje de
un lenguaje en nuestro conocimiento sensorial.
Aquí, las figuras
simbolizan una visión del Hacer en cada individualidad, Es una perspectiva
sociopolítica de una escenificación del tema poético para detallar una
racionalidad de los hechos.
Su poesía, nos da la
posibilidad de fomentar la reflexión o el conocimiento imaginativo.
Es una fraternización con
la palabra, para abrir los espacios de nuestras vivencias en un territorio. Es
la proyección de nuestra propia vida.
Su poesía, nos traslada
al diálogo y determina en un instante, los sueños del amor en la vida eterna de
las palabras y, el lenguaje que poseemos para desarrollarlo.
Resca, nos habla
coloquialmente. Nosotros, asumimos ese momento el encuentro amoroso con ella,
para llevarnos a una relación dialógica que de una manera dual, el lenguaje
restablece en nuestro sentimiento, la capacidad de comunicarnos con el yo
interno..
Es un cuadro genial del
silencio- Cristina- donde el borde existencial de nuestro Ser, se aboca a que,
seamos la expresión humana del mismo Ser.
Cada individuo, debe
emprender su ruta, en ese tránsito, vincular el lenguaje hacia disciplinas y
conceptos afines.
El lenguaje, aunque
susceptible, nos traslada a un nuevo mundo para cooperar en la convivencia
vecinal.
Es el silencio, un peso onírico
dispersado por la dispersión de los sentidos, es el tiempo de nuestras vidas.
Es una comunión con lo profundo e íntimo de nuestro Ser. y, donde el cuerpo se
hace extensible.
Somos un trazo, mundo de
una realidad mutante que comulga con las verdades de sus lectores.
La enunciación de
su prosa, desde el marco de la polifonía enunciativa, resulta una respuesta a
una inquietud en cierto modo histórica; una solución que permite ahondar en el
conocimiento de la lengua; una perspectiva lingüística para la concepción,
explicación, descripción, adquisición y formulación de la lengua, propia al
sistema de la lengua en el que se combina con la argumentación. Plantearemos la
forma como una resultante del significado en el sentido. La enunciación es no
sólo una condición de la lengua, sino también del propio lenguaje, del ser
humano y de sus capacidades intelectuales y emocionales. El propio signo
lingüístico comportará de hecho, como principal esencia, la enunciación como
componente básico de su fundamento y existencia, de modo que definimos el signo
lingüístico como un tejido intersubjetivo del lenguaje que comporta varios
puntos de vista discursivos dialógicos, con un tenor verbal, así como lugares
discursivos comunes, que contemplan un objetivo discursivo y susceptible de
construir un mundo discursivo, lugar de presencia y de interacción, de un
YO.
Desde esta, nuestra
perspectiva, lenguaje y lengua se dan la mano en el marco de la
intersubjetividad y guardan una relación íntima con la interrelación de los
objetos, los procesos, la razón, las teorías, la sociedad, con la perspectiva
humana, la subjetividad, las emociones, las energías, el individuo, en su
vínculo con el progreso científico y la sociedad del conocimiento, ya sea en el
ámbito de las humanidades, como en el de las ciencias. De hecho, es una
tendencia científica y académica general que constituye un hito en la historia
del pensamiento actual y está, cada día, más presente.

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